Daniel Barenboim: el mensajero musical

Por Ivonne Reséndiz

Ciudad de México, México, 02/10/13, (N22).- Daniel Barenboim es uno de los personajes más significativos de la música clásica, un concertista que “además de ser un buen pianista, también es un director,  es un músico completo. El director de mayor prestigio del momento”, resaltó Enrique Diemecke, director musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. 

En el marco de la temporada 2013-2014 de la orquesta de Staatstoper, de la cual Daniel es director, él y Martha Argerich, se presentaron en Berlín y recibieron una gran ovación por parte del público germano. 

Los argentinos volverán el 7 de octubre a la capital de Alemania con el espectáculo Para Rusia con amor. Antes del concierto, Agencia N22 platicó con Enrique Diemcke sobre la figura de Barenbiom.

De la pampa a medio oriente

Daniel nació el 15 de noviembre de 1942 en Buenos Aires, su familia tuvo raíces judías aunque eran de origen ruso. El músico se naturalizó israelí ya que desde pequeño su familia se trasladó a Israel. También se naturalizó español y contó con la ciudadanía palestina. 

A la edad de 5 años comenzó sus lecciones de piano, disciplina que le permitió interpretar su primer concierto en Buenos Aires. En Israel sus padres deciden enviarlo a Salzburgo para tomar clases con Ígor Markévich, periodo donde debutó en el piano en el Mozarteum en Austria. 

En 1973 se desempeña como director del Festival de Israel, suceso que marcó su compromiso con la melodía en lo que va de su trayectoria musical. “Es un orgullo para los argentinos tener a un músico que esté en los primeros lugares del mundo representando no sólo a Argentina sino también a la música universal”.

Además de ser un hombre preocupado por el bien ajeno, es un músico reconocido a nivel mundial y con un itinerario peculiar, es un filarmónico con un valor sustancial en todo el mundo. Ha tenido actuaciones en las orquestas más destacadas de Londres, París, Chicago y Milán, entre otras.

Barenboim quien en 2008 recibió el primer doctorado honorario en música otorgado por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, “es un personaje que ha tenido una gran habilidad de poder expresar su música, su deseo sobre la misma y que ha hecho una carrera sensacional, además de cumplir con varios compromisos sociales, artísticos y hasta  políticos”.

Comprensión cultural a través de la música

El músico argentino-israelí junto con el palestino Edward Said concibieron el proyecto musical West-Eastern Divan, taller para jóvenes músicos de Israel y otros países de Oriente Medio con el propósito de combinar el estudio y el desarrollo musical para compartir el conocimiento y la comprensión entre culturas que han sido rivales.

“La música está por encima de cualquier situación política o problemática entre naciones. Ha tenido buenos resultados en la mayoría de los casos y se ha adoptado como himno de alegría, la música ha tenido que ser aceptada como un lenguaje de expresión más profunda del ser humano”, enfatizó  el director Diemecke.

A lo largo de su carrera ha recibido numerosos Grammy y premios, como la Medalla Goethe, la Legión de Honor, el Príncipe de Asturias, recientemente el Premio a la Libertad y Ernst Reuter, entre otros. 

Es  autor de los libros Paralelismos y paradojas, El sonido es vida, el poder de la música y Mi vida en la música: Autobiografía. Asimismo ha realizado sinfonías y conciertos de piano de Beethoven y Mozart.

“La música es una cultura, un lenguaje universal, es una forma de comunicarse más directamente con diversos pueblos, con diferentes naciones y que a todos nos da la oportunidad de mostrar lo que tenemos y lo que somos”, concluyó Enrique Diemecke.