Rendirán homenaje a Alfredo López Austin

“Soy historiador porque creo que la historia es una de la mejores vías para comprender la religión, para comprender la vida indígena. Esto es lo que me apasiona”, relató el doctor Alfredo López Austin, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en una conversación que sostuvo en 2004 con sus colegas Alicia Salmerón y Elisa Speckman.

Ambas reconocen en López Austin (Ciudad Juárez, Chih., 1936) a un “lector atento de ese conjunto de representaciones simbólicas capaces de revelar el sentido profundo de una cultura”. Esta admiración —común para todo un gremio— es el motivo de un homenaje que se le rendirá a este sobresaliente estudioso de nuestro pasado prehispánico.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la UNAM a través de la Coordinación de Difusión Cultural y del Instituto de Investigaciones Antropológicas, así como el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (Cemca), invitan a un coloquio con dicho motivo, que se desarrollará los días 4 y 5 de septiembre, de 9:30 a 14:30 horas.

En el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología y en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario, respectivamente, 14 especialistas expondrán investigaciones propias que en alguna medida tienen una deuda con los aportes científicos de Alfredo López Austin, sobre todo en el análisis de mitos y ritos, vistos como una “una respuesta racional a las necesidades humanas”. 

Para entender la relación entre mito e historia —considera el homenajeado— “hay que introducirse en un complejo mundo cultural: la cosmovisión de los pueblos. Los hombres en sus relaciones cotidianas se afirman y buscan sustento en acontecimientos históricos, mundanos, pero también en historias teñidas con elementos sobrenaturales, en la inserción del mundo de los dioses. Hacen entonces una construcción doble”. 

Luego de ejercer tres años la abogacía, Alfredo López Austin confiesa que su verdadera vocación, la historia, inició como una aventura a invitación de Miguel León Portilla. Al igual que él, sería discípulo del humanista Ángel María Garibay, quien lo introdujo en el aprendizaje del náhuatl, vía necesaria para comprender la cultura mexica.

En palabras del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH y quien será el encargado de moderar la primera de cuatro sesiones del coloquio-homenaje a López Austin, entre las obras escritas por el historiador, es en Cuerpo humano e ideología, “donde quedan establecidos los elementos de los que partirán sus análisis: la arqueología, las fuentes escritas y el dato etnográfico actual”.

“Para mí —refiere Matos Moctezuma—, Alfredo López Austin representa un formador de nuevos cuadros, un gran investigador y un hombre abierto que siempre apoya buenas causas”. 

A sus 77 años, López Austin sigue dedicando parte de su tiempo a la docencia y espera no abandonar los cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en tanto “la vejez no me impida seguir exponiendo ideas sensatas”. Es en esta dimensión de maestro, donde alcanza una plenitud particular.

“En el salón de clases he aprendido a expresar: ‘Estoy equivocado, tengo que decir que lo que les dije ayer no era lo correcto’ o ‘No sé’ o ‘Debemos construir entre todos la respuesta’. El maestro tiene más experiencia, pero los alumnos tienen entusiasmo y puntos de vista valiosos. Hay que transformar las aulas en lugares de duda, no en lugares de verdades absolutas”. 

Sin embargo, como advirtió en la charla que mantuvo con Alicia Salmerón y Elisa Speckman, “la brevedad de los días invade incluso la vida de los historiadores más jóvenes […] el sistema nos ha apartado de la seriedad de la academia […] nos apartan de lo que es nuclear: la investigación seria, que exige total dedicación y que lleva muchos años. Mientras más se piense en la academia con una mentalidad de mercaderes, el resultado será peor”.

El próximo homenaje a Alfredo López Austin, se suma a una serie de reconocimientos que ha recibido en los últimos años, entre ellos, los premios Linda Schele y la medalla H. B. Nicholson, que le fueron otorgados por las universidades de Texas, en Austin, y de Harvard, respectivamente. Mientras, el año pasado, la Universidad Estatal de California, en Los Ángeles, realizó en su honor el encuentro Teotihuacan to Tenochtitlan: Cultural Continuity in Central Mexico.

Entre los investigadores que participarán en el coloquio organizado por el INAH, la UNAM y el Cemca, se encuentran José María Calderón, Ruy Pérez Tamayo, Andrés Molina, Antonio García de León, Alessandro Luppo, José Rubén Romero, Yolotl González, Guilhem Olivier, Leonardo López Luján y Xavier Noguez. 

Algunos de los temas a abordar serán: Los mitos de Alfredo López Austin, Los pueblos originarios de la ciudad de México y la tradición religiosa mesoamericana, Los vínculos entre arqueología e historia en el estudio de Mesoamérica, Ritos mexicas de sacralidad y purificación y De ancestros, guerreros y reyes muertos. El simbolismo del tlauhquéchol.

Aunque únicamente dictarán conferencias 14 expertos, 35 investigadores contribuirán con textos que serán publicados en un libro coeditado por las tres instituciones convocantes. El volumen, más una semblanza que saldrá primero a la luz, es coordinado por Eduardo Matos Moctezuma y Ángela Ochoa, investigadora de la Dirección de Lingüística del INAH.

El día de la inauguración del coloquio, en el vestíbulo del Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, se montará una exposición que reúne algunos de los libros escritos por López Austin: Hombre-Dios, El conejo en la cara de la luna, Los mitos del tlacuache y Monte Sagrado – Templo Mayor (co-escrito con su hijo, el arqueólogo Leonardo López Luján), entre otros. 

La muestra se complementará con fotografías, reconocimientos académicos y una decena de figurillas prehispánicas con representación de tlacuache, animal-símbolo por el que Alfredo López Austin tiene particular afición.