- «Rastros inadvertidos del tiempo», que exhibe en Le Laboratoire, muestra la faceta como pintora, escultora y fotógrafa de Perla Krauze
Por Perla Velázquez
Fotografía: Karen Rivera
Ciudad de México, México, 19/06/13, (N22).- Hay gente que sí sigue comprando el arte, pero claro, es una cuestión elitista. Uno quisiera pensar que todo mundo debería de tener acceso a él, porque a veces en este mundo duro y difícil que tenemos en nuestro alrededor sería rico tener una ventanita de serenidad y quietud para gozar, dijo en entrevista Perla Krauze.
La galería Le Laboratoire presenta la primera exposición individual de Perla Krauze, quien ya había tenido otras muestras, pero no en un recinto comercial. La artista aseguró que “era un reto, porque en las anteriores no había obra de mi taller”. En la colección se puede apreciar el trabajo que realiza en torno a distintas disciplinas: pintura, escultura, instalación y fotografía.
“Mucha gente no conocía mi faceta como pintora. Muchos me dicen que soy escultura, pero yo todo el tiempo pinto, es probablemente la actividad en la cual centre mi estructura y de la cual parto para ir y venir a las otras disciplinas”, afirmó.
«Rastros inadvertidos del tiempo» tiene un eje importante: la fusión de la naturaleza y lo artificial es el núcleo para lograr una integración de todas las disciplinas. La muestra se compone de obra reciente, además de piezas que realizó años atrás, con las cuales Krauze pretende que haya una conexión, “que platique una cosa con otra. Los paisajes en las fotos hacen eco en la pintura y también la naturaleza en la escultura”.
Y esa comunicación que hay entre los cuadros, la escultura y la fotografía para la pintora es el inició de lo que todo artista pretende establecer con su obra: traducir y abrir ventanas para que la gente vea algo de otra manera; ver la realidad más contemplativa, más brutal e intensa. “Mi forma de presentar las piezas es un poquito a contracorriente, ir a lo más contemplativo y hablar de la naturaleza, del valor que tiene el paisaje ante esto”.
Krauze, y las evidencias del proceso creativo
La exposición está dividida en tres cuartos, en el primero de ellos se pretendió que sólo figurara la pintura; sin embargo, la necesidad de darle un eco y un hilo conductor a todo, llevó a la artista a exhibir cuadros y fotografía en donde se nota la relación entre el paisaje, la naturaleza y la obra pictórica. El color azul sobresale y aunque Krauze aseveró que no es lo más común en ella, eligió esas piezas porque es hablar de las improntas del lugar en donde trabaja.
“La mayoría de las pinturas son de mi taller, todas son huellas de los pisos, de los pavimentos. Las hago frotar con carboncillo, luego restiro la tela y por último muestro cómo se restiró dejando las grapas o las tachuelas. Me gusta evidenciar cómo fue el proceso y la estructura detrás del bastidor, porque para mí son los comienzos de la pieza”.
En la sala también se puede observar una serie de fotografías que tomó en 2009. Los recorridos cotidianos de viajes, en lo urbano o paisaje rural, se vuelven muy importantes; las imágenes capturaron al mar en el mismo momento del día, pero en jornadas diferentes para detener cada paso que daba la artista mientras se encontraba en un viaje familiar. “Es hablar de la memoria y las huellas que deja el tiempo a nuestro paso, es parar en la foto el tiempo y el instante preciso”.
«Bosque», es el nombre de la instalación que abarca el centro del segundo cuarto. En ésta, Krauze inmortalizó ramas de árboles, rosas u objetos que fueron recolectados en sus caminatas. Están fundidas al aluminio y no tienen moldes. “Las llevé al fundidor e hice el proceso; no están pintadas, son de aluminio. En su momento estuvieron vivas, se secaron, y yo lo que quiero es hacer fósiles de hoy en día, darles permanencia”.
En la última sala hay una mesa de trabajo: “son como colecciones”. Piedras intervenidas, grietas en silicón y réplicas de todas estas convergen en dos espacios. “Hice una serie de flores reunidas en material con piedra y con materiales poco amables y que hablen de la fragilidad de nuestro medio ambiente.
“Todos esos procesos a mí me hablan de cómo son las cosas en la vida, todo es un proceso y todo es cambio y transformación. Nos guste o no todo deja huellas y deja marcas”, finalizó Perla Krauze.
«Rastros inadvertidos del tiempo» estará en exhibición hasta el 5 de julio en la galería Le laboratoire, Vicente Suárez 69, int. 2, colonia Condesa. Para mayor información puede visitar www.lelaboratoire.com.mx
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