Quema de Judas, unas tradición en Santa Rosa Xochiac

  • El señor Osvaldo Zamora recuperó esta actividad artesanal, perdida desde hace décadas 
Por Víctor Gaspar (@gaspar_victor)
CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).- 

En 1983, el señor Osvaldo Zamora inició el rescate de una tradición que por una década había estado ausente en el pueblo de Santa Rosa Xochiac, en la delegación Álvaro Obregón. Treinta años después, la elaboración de Judas en la comunidad es una fiesta comunitaria que inicia 15 días antes de la semana mayor:
«Ha evolucionado de una manera muy bonita porque estábamos hablando del trabajo de una familia y amigos de 15 personas más. Cada año se van integrando más, por lo bonito que es esta tradición, esta costumbre, somos alrededor de 350 personas a 400 los que hacemos esto ahora en Santa Rosa. Activos en la elaboración de estos somos como 60, 70 personas nada más, así lo dijo el señor Zamora para N22. 

«He hecho de todo, desde ir por el carrizo, pelar el carrizo, cortarlo en cuatro partes. También corto las bolsas, las lleno de engrudo, las remojo, he forrado, lo que no, no he pintado», así lo aseguró Enrique Flores Chanocua, estudiante de secundaria, quien ayuda en la fabricación del Judas.

Hace unos años la misma comunidad bautizó a estos artesanos con el nombre de los de siempre, de entre los 4 o 5 grupos que existen en Santa Rosa. Sus Judas miden más de 10 metros. Siempre son diablos porque, dicen, les interesa apegarse a la tradición.

«Se elabora con varas de garambuyo, que son muy flexibles para hacer los aros. También adquirimos lo que es la vara de carrizo, se secciona en varias partes, lo que es una sola, de ahí procedemos a reciclar nosotros el papel de cemento, el kraft de las construcciones y pasamos por lo que es el forrado con engrudo que es harina con agua y un poquito de azúcar para que tenga una consistencia viscosa y pasamos a lo que se ha forrado, después de ahí viene lo que es la pintura», aseguró el señor Osvaldo Zamora.

Los de siempre se ha constituido en un modelo de autogestión cultural en la comunidad que involucra a sus miembros económica, social y educativamente.

«Cada vez nos da con más gusto poner y colaborar con lo económico. Estamos quemando alrededor de 35, 000 pesos en puro cuete. La fiesta y en general gastamos entre las comidas, agua, refrescos, para darle a los que vienen a la elaboración, unos 150, 000 pesos en esta fiesta de 15 días nada más», dijo Fabiana González, estudiante de secundaria de esta comunidad.

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