- Este filme se presenta en el Festival de Cine de Guadalajara
Por Huemanzin Rodríguez
GUADALAJARA, México, 08/03/13, N22.- Basados en el experimento del montaje cinematográfico del teórico ruso Kulechov, a principios del siglo XX, que detonó las vanguardias y la conciencia del cine como arte, el cineasta valenciano Valentí Figueres hace la curaduría del largometraje El efecto K. El montador de Stalin, una ficción basada en la extraordinaria vida de Maxime Stransky, conocido también como Max Oppuls, amigo de Einseinstein, un espía, cineasta, productor de cine y utopista, en una historia que conecta a Rusia, China, Francia, Estados Unidos, México, España, Polonia, África y la Unión Soviética, a lo largo del siglo XX.
«Integrarla dentro del proceso de ilusión de las utopías y el proceso de destrucción de las utopías, eso fue realmente trabajo de guión, mucha información. El efecto Kulechov nos abrió el ojo, es decir, si ponemos una imagen junto a la otra se contaminan. Y esa contaminación de imágenes crea un significado. Construimos los significados a través del montaje. Y a partir de ahí es cuando elaboramos toda una película de ficción, aunque parezca una película de realidad».
La película, aunque tiene sonido y voces que narran los hechos, fue filmada como cine mudo. Y la edición de ésta, mezcla imágenes documentadas por Stransky, estableciendo primordialmente dos discursos que dialogan: el de Einseinstein, quien aseguraba que las imágenes se domestican como a un animal para que digan y hagan lo que se desea; y por otro lado, el de Stransky, quien creía en que la realidad es más emocionante y con ella se puede crear la obra que represente a toda una nación. Para el director, el gran mérito del actor Jordi Collado es descubrir la no voz de Maxime Stransky.
«Fue un trabajo de mesa muy importante por parte de Valentí, darnos toda la información, cómo se vivía, qué ilusiones tenía la gente para construir su futuro, fue un trabajo de mesa muy emocional que al llevarlo a la cámara Valentí nos dio mucha manga y aportamos estos conocimientos», así lo dijo para N22, el actor Jordi Collado.
«Esta película tiene como punto de estallido, el hallazgo en 2011 de un baúl sepultado en los campos de Kazajistán, con las películas desaparecidas de Maxime Stransky, que permiten saber más de este personaje. Mucho aparece en la película, pero gran parte no, y ese material ha sido usado para complementar una estrategia de publicidad de la película, a través de una página electrónica», dijo Valentí.
«Y lo que hemos hecho ha sido una web www.quienesmaximestransky.com donde se relata la parte que no se relata en la película. Y lo hemos hecho a través de una infección. Al principio es un personaje anodino y lo lanzamos en la red, infectando la red y a partir de ahí la gente nos visita, hemos tenido 25, 30 mil entradas para buscar quién es el personaje y descubrir quién es el personaje de la película El efecto K. El montador de Stalin”, aseguró Figueres.
El efecto K. El montador de Stalin nos recuerda que la realidad y la memoria se construye, con la voz, la palabra, la imagen, en conjunto y nunca se debe tener por segura o estable, y si no se hace así, otros lo harán seguramente, en contra de las mayorías.
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