- El escritor cubano construyó un libro de cuentos como un rompecabezas en el que trata el cambio generacional en Cuba
Por Leslie Varela
Distrito Federal, 28/02/13, (N22).-
Vimos arder un árbol es la más reciente publicación
de cuentos de Arturo Arango, ambientada en la Cuba del siglo XXI. Centra la atención
en la vida familiar de Humberto y su esposa. Historias escritas de forma independiente. Los cuentos pueden leerse en clave a manera de rompecabezas y reconstruir los
fragmentos de cada historia como una novela. La Agencia de Noticias 22 conversó con el escritor sobre este título editado por Sur + Ediciones.
de cuentos de Arturo Arango, ambientada en la Cuba del siglo XXI. Centra la atención
en la vida familiar de Humberto y su esposa. Historias escritas de forma independiente. Los cuentos pueden leerse en clave a manera de rompecabezas y reconstruir los
fragmentos de cada historia como una novela. La Agencia de Noticias 22 conversó con el escritor sobre este título editado por Sur + Ediciones.
– ¿Qué tanto hay de ti en estos cuentos?
–Yo
concibo esto como la parte más triste y patética de mí mismo. Toda persona tiene
muchas personalidades, muchos costados, a ese personaje que se llama Humberto
le constituí una familia y los cuentos giran entorno a esa familia. Poseen un tono a la vez sombrío y humorístico. Cuando comencé a escribir los
cuentos de manera aislada, me di cuenta
de que todos podían pertenecer al mismo personaje. Es un libro que se puede
leer también como fragmentos de una novela y está pensado también como una
especie de rompecabezas al que le faltan piezas. En ese recorrido de la historia
de Humberto se dicen cosas de él que no están escritas, que se apuntan aquí y
allá, pero que no aparecen, son como las piezas que faltan del rompecabezas
para que el lector arme la historia completa.
concibo esto como la parte más triste y patética de mí mismo. Toda persona tiene
muchas personalidades, muchos costados, a ese personaje que se llama Humberto
le constituí una familia y los cuentos giran entorno a esa familia. Poseen un tono a la vez sombrío y humorístico. Cuando comencé a escribir los
cuentos de manera aislada, me di cuenta
de que todos podían pertenecer al mismo personaje. Es un libro que se puede
leer también como fragmentos de una novela y está pensado también como una
especie de rompecabezas al que le faltan piezas. En ese recorrido de la historia
de Humberto se dicen cosas de él que no están escritas, que se apuntan aquí y
allá, pero que no aparecen, son como las piezas que faltan del rompecabezas
para que el lector arme la historia completa.
-¿En este libro, se trasluce algún tipo de crítica al gobierno cubano?
-Es un tipo de libro en que me interesan las
situaciones y los personajes. Sobre todo profundizar en la psicología de los
personajes, en la vida mínima; hay una especie de relevo generacional, son personas
que vivieron quizá en el pasado, con una euforia, una entrega a la Revolución
y que ahora están en otro lado de la historia, y eso se siente sobre todo en
la relación con los hijos, ya que piensan de otra manera. Están ubicados en
otra zona de la realidad, no tienen nada que ver con la de los padres. Curiosamente uno de los hijos se llama Fidel y la otra Celia, quien alude a
Celia Sánchez, una heroína de la Revolución, el nombre de los hijos dan cuenta del fervor de los padres,
pero los hijos no tiene nada que ver con esos modelos, se percibe que hay un
cambio generacional total.
situaciones y los personajes. Sobre todo profundizar en la psicología de los
personajes, en la vida mínima; hay una especie de relevo generacional, son personas
que vivieron quizá en el pasado, con una euforia, una entrega a la Revolución
y que ahora están en otro lado de la historia, y eso se siente sobre todo en
la relación con los hijos, ya que piensan de otra manera. Están ubicados en
otra zona de la realidad, no tienen nada que ver con la de los padres. Curiosamente uno de los hijos se llama Fidel y la otra Celia, quien alude a
Celia Sánchez, una heroína de la Revolución, el nombre de los hijos dan cuenta del fervor de los padres,
pero los hijos no tiene nada que ver con esos modelos, se percibe que hay un
cambio generacional total.
-¿ Cómo construyes tus personajes?
– Casi siempre trato de pensar en personas que conozco y
de imaginar, doy clases de guión hace muchos años y escribo para cine, y cuando
aconsejo a mis alumnos cómo construir personajes, siempre les digo que piensen
en una persona real, que tiene una voz, una estatura. Cada personaje va
cobrando vida propia en la literatura y va exigiendo otras características. A mí eso me funciona bien.
de imaginar, doy clases de guión hace muchos años y escribo para cine, y cuando
aconsejo a mis alumnos cómo construir personajes, siempre les digo que piensen
en una persona real, que tiene una voz, una estatura. Cada personaje va
cobrando vida propia en la literatura y va exigiendo otras características. A mí eso me funciona bien.
– ¿Qué otros proyectos estás trabajando actualmente?
-Actualmente vine a dar un curso de guión por dos
semanas al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y tengo casi terminado
un guión que me gusta mucho, es para un director mexicano joven, Álvaro Curiel, egresado del CCC, tiene un largometraje inicial que se llama el Acorazado. He escrito un guión para él que se llama Vagoneros.
semanas al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y tengo casi terminado
un guión que me gusta mucho, es para un director mexicano joven, Álvaro Curiel, egresado del CCC, tiene un largometraje inicial que se llama el Acorazado. He escrito un guión para él que se llama Vagoneros.
Arturo Arango nació en Manzanillo, Cuba, en 1955. Es narrador, ensayista y guionista de cine. Su producción abarca cuentos, novelas, relatos y guiones cinematográficos. Su pieza teatral El viaje termina en Elsinor obtuvo en 2008 el Premio “Virgilio Piñera”. Es jefe de redacción de La Gaceta de Cuba y Jefe Titular del Departamento de Guión en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba.
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