Naranjo: erótico, político y retratista

Por Irma Gallo
Ciudad de México, México, 22/01/13, (N22).- En entrevista a propósito
de la exposición Vivir
en la raya. El arte de Rogelio Naranjo,
que se inaugura este jueves 24 de
enero en el Centro Cultural Tlatelolco, el dibujante y caricaturista Rogelio
Naranjo conversó con agencia N22 acerca de las
diferentes facetas de su obra artística: el dibujo erótico,
el retrato y la caricatura política.
Irma Gallo: Crítico
infatigable del poder, y más allá de eso un artista de
la línea, del trazo, del dibujo, presenta una
exposición retrospectiva en el Centro Cultural
Universitario Tlatelolco. Muchas gracias por esta entrevista maestro.
Rafael Naranjo: Gracias a ustedes.
I.G: En esta exposición nosotros podemos ver distintas facetas de su obra. Háblenos de esta formas.
R.N:
Creo que todo mundo tiene esas preocupaciones. Es natural, Freud lo descubrió
y nadie se escapa de tener preocupaciones de tipo sexual, erótico,
con consecuencias que pueden ser patológicas, en un momento
dado. Pero es un terreno que para un artista es un terreno muy fértil,
para muchas cosas. A mi me parece muy bonito todo lo que está
en el terreno de lo erótico. Y para dibujar
siempre, desde niño, que yo estaba
medio reprimido porque había cosas que no debía
yo de dibujar. Cuando me solté ya de adulto y me
quité ese miedo, me quité
primero el miedo de la religión, que me parecía
que no me funcionaba, entonces me convertí en una especie de
ateo.
Siempre el erotismo se escapa de la mojigatería,
de la moral…
I.G: También
hay otra faceta muy interesante en la vida de usted en donde se ve perfecta la
línea, el trazo, que es en el retrato. ¿Por
qué le ha interesado hacer retrato a lo largo de estos años?
R.N: Circunstancialmente entré
al retrato con… Siempre lo practiqué, pero la verdad no
era muy hábil en eso. Pero
cuando hicimos mancuerna con Monsiváis en el suplemento cultural de la revista Siempre, él mismo me propuso
que mi trabajo ahí iba a ser de hacer
retratos de escritores mexicanos.
Me ponía como ejemplo,
imposible igualarlo o si quiera acercarme, a David Levine, el norteamericano. Él
dejó, digo dejó
porque ya murió, dejó
una cantidad… Yo creo que no se le escapaban los grandes autores de obras
literarias, a casi todos los tiene dibujados.
En mi caso, yo tenía que inventarme una
forma de hacer los retratos de los escritores mexicanos o latinoamericanos, y
entonces empecé con Sergio Pitol, y
después fueron apareciendo una cantidad que,
la mayoría de esos dibujos
los compró Monsiváis y los
metió en el Museo del Estanquillo.
I.G: ¿Cómo
se siente ahora al ver hacia atrás todos estos dibujos, todos estos
cartones que dejó? Testigos de épocas
duras, por ejemplo el 68, ¿no?
R.N: Yo siento que… Esto tenía que llegar. No era
posible que siguieran los crímenes autoritarios
que existían en ese tiempo, en
que de veras, todo el mundo que pensaba un poquito, que estaba un poquito
preocupado por política acababa
macaneado. La situación ha cambiado, ha
habido una evolución en los partidos
políticos, algunos para bien otros para
mal, pero está funcionando ya en
otra forma más civilizada.
Cuando voltea uno a los años cuarenta,
cincuenta del siglo pasado, da terror de la situación
en que estaba el país. Ahora pienso yo
que sigue habiendo gente muy obtusa, pero se han fabricado, digamos, los medios
para neutralizar el daño que pudieran
hacer.
I.G:
¿En qué está
trabajando, qué está
haciendo?
R.N: En
lo que estoy trabajando es en apuntalar, dentro de lo que se pueda, mi salud.
Mi energía está
tratando de no preocuparse, de pensar que las cosas están
en bien y que puedo seguir trabajando. No se si estas enfermedades en combinación
me dejarán todavía
trabajar un tiempo.
I.G: Esperemos
que sí.
R.N: De
todas maneras si no es una cosa es otra. Setenta y cinco años
ya es una edad respetable, y quien sabe qué pase.
I.G: 75
años muy bien vividos, 75 años
afortunados para todos nosotros. Muchas gracias Rogelio Naranjo.
R.N: Gracias
a ustedes.
A pesar de padecer mácula
degenerativa, diabetes y haber sufrido dos infartos, Rogelio Naranjo conserva
ese sentido del humor y, paradójicamente, esa timidez, que lo han
hecho tan querido en el ámbito del arte y el periodismo.
Imagen:http://bit.ly/VSnB3K
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