Janis Joplin: la eternidad es suya

A 70 años del nacimiento de la bruja cósmica
Por Abril Palomino
Ciudad de México, México, 18/01/13, (N22).- Janis Lyn Joplin nació el 19
de enero de 1943, en Porth Arthur, Texas. Primogénita de una familia de clase
media su padre Seth Joplin, (con quien tenía una relación muy cercana) era
supervisor de una planta de refinamiento petrolero; su madre fue Dorothy, ama
de casa. Janis contaba con dos hermanos, Laura y Mike.
Desde pequeña Joplin se
interesó en la pintura y en la poesía, actividades que de inmediato la
catalogaron como una niña excéntrica. El roce constante con dichas opiniones
transformó su infancia despierta y vivaz en una pubertad introspectiva y
solitaria. A los catorce años ya era una marginada que construía su propio
mundo, pensaba en James Dean y su consigna “vivir rápido, morir pronto y dejar
un cadáver resplandeciente”.

«Yo era una artista y
tenía todas las ideas y sentimientos buenos que había recogido en los libros.
Pintaba y escribía, pero sola, no había con quién compartir algo en Porth
Arthur», comentó años más tarde sobre su etapa en el Jefferson High School,
cuando escuchaba a Bach, Beethoven, Odetta, Leadbelly y Bessie Smith.

«Uno de los muchachos»
Se mostró con una actitud
rebelde y con maneras que la alejaban de la forma de ser tradicional de una
mujer. Fue considerada por sus compañeros del Port Arthur College como
«uno de los muchachos». Comenzó a beber al parejo de ellos y luego
los superó. Externó de manera abierta sus opiniones sobre las cosas al igual
que su contundente liberación sexual, antes de que las feministas siquiera
pensaran en ello. Su peinado, su estrafalaria vestimenta y su lenguaje
callejero pronto la hicieron notable y repudiada.
En 1961, descontenta con su
entorno, viajó a Los Angeles, se volvió asidua de las playas de Venice, en las
cuales se reunían los beatniks. Llegó
hasta San Francisco para pasar una temporada en el ambiente underground de la
bahía.
Regresó a Porth Arthur en
1962 y comenzó a cantar en público. La primera vez fue en un club de Beaumont.
Mientras estuvo en el Lamar Tech, se entrenó en clubes y en algunos lugares de
Houston y Austin. Cantaba por los tragos casi siempre. Retornó varias veces a
California y actuó en diversos sitios, donde se acompañaba con la guitarra al
interpretar el más sentido country and western.
La voz rasposa y salvaje
En 1963, la costa occidental
de Estados Unidos atestiguó el brote del movimiento hippie. Janis fue absorbida por él.
Durante su estancia en San Francisco se inició
en el camino de las drogas («Quería experimentarlo todo, ingerirlo
todo…Y lo hice -confesó tiempo después-. Todo lo tomé, lo chupé, lo lamí, lo
fumé, me lo inyecté, lo tragué, me enamoré de ello») y el alcohol. Muchas
veces se presentó en el escenario con una botella de whisky Southern Comfort en
la mano.
Por aquel entonces, Chet
Helms, un tipo a quien la joven de veintidós había conocido en los bares de
Texas, se convirtió en el publicista y manager de un grupo de San Francisco:
Big Brother and the Holding Company. Buscaban un o una cantante, así que Helms
les recomendó a Janis.
Comenzó su carrera trabajando
en el Avalon y algunos bares de alrededor. Soltó las amarras de su voz de
torbellino y aprendió a fusionar el blues con la fuerza eléctrica de los
amplificadores de una banda de rock. Cantó libre y salvajemente.
Janis vivía en comunidad con
los músicos del grupo: Peter Albin (bajo), James Gurley (guitarra), Sam Andrew
(guitarra) y David Getz (batería). Compartía cama con el primero.  El grupo pronto recibió ofertas para grabar.
Sin pensarlo, firmaron por cinco años con el sello Mainstream y produjeron un
LP con el nombre del grupo -hecho del que se arrepentirían, ya que esta
disquera nunca les pagó regalías por los miles de ejemplares vendidos.
Ese trago amargo quedó
olvidado tras su aparición en el Monterey Pop Festival de junio de 1967. Fue la
ocasión para presentarse en plan grande junto a luminarias como Otis Redding,
The Who, Animals, Jimi Hendrix y Jefferson Airplane, entre otros muchos. La
interpretación que hizo Janis de «Ball and Chain», un tema de Big
Mama Thornton, con su ruda y áspera voz, hizo polvo a todos los concurrentes.
Fue el nacimiento de una estrella con aura.
Todo mundo se preguntó quién
era esa mujer y así surgió la información importante: una vocalista que vivía
lo que cantaba; una estudiosa que hacía esfuerzos por poner al día la tradición
de la bluesera clásica, tan olvidada, con Bessie Smith como materia prima de la
cual abrevar. Era una mujer liberada que le entraba duro al alcohol y a la
pasión, dándole con ello un matiz propio a la era psicodélica. Era una bebedora
famosa en medio de una cultura consumidora de ácido. La expresividad de su voz
compensaba cualquier falta que cometiera: su sonido rasposo abarcaba la gama
del arrullo al alarido.
«Prefiero vivir poco, que envejecer viendo el televisor»
En enero de 1968, Janis
Joplin y Big Brother firmaron con el famoso empresario Albert Grossman. Estaban
listos para viajar. Sus giras incluyeron los más importantes auditorios de
Estados Unidos. Janis era una auténtica bluesera que no dejaba de gritar su
doliente herida empapada de whisky, agitando las plumas, los collares y otros
adornos. Era todo un espectáculo: «Algunas veces me sentía tan excitada
que no dejaba de cantar y me ponía a brincar de arriba a abajo. No sabía cuándo
detenerme. Cantar no es sólo dejar salir todo, eso es más bien defecar. Cantar
es tomar un sentimiento y convertirlo en algo terminado, bien hecho, que luego
pasado por las cuerdas vocales trate de crear un sentimiento igual en la gente
que te ve y oye», comentó al respecto.

Con esa idea entró al
estudio con el grupo de 1968, para grabar un disco para la CBS que llevaría por
nombre Cheap Thrills. Cuatro de los
tracks del álbum fueron clave para volverlo importante e inscribirlo en la
historia del rock: «Ball and Chain» (de la cual Janis hizo su
versión), «Piece of my Heart» (tema original de Ema Franklin),
«Turtle Blues  y «Summertime”.
Cheap Thrills se convirtió en álbum de oro y número uno de las listas al vender
más de un millón de copias
El espíritu comunitario de
la banda ya no fue suficiente una vez que el talento de Janis fue reconocido a
nivel internacional. En noviembre de 1969, grabaron “I Got Dem Ol’ Kozmic Blues
Again Mama!” A pesar de sus esfuerzos, los músicos no resultaron más que una
banda de respaldo y la magia era sólo de Janis. «La gente espera que los
cantantes de blues agonicen en cada pieza. Yo lo hago con cada una de ellas -declaró
tras la salida del álbum- A este paso no voy a llegar a los veintiocho años.
Tengo diez de cantar al máximo, pero prefiero eso a vivir hasta los setenta
frente al televisor».
Perla Póstuma
En mayo de 1970, Joplin
formó otra banda: Full Tilt Boogie. Grabó con ellos un álbum que incluía dos canciones escritas por
Janis: «Move Over» y «Mercedes Benz». Así llegó la
madrugada del 4 de octubre. Tras un arduo día de trabajo, Janis murió
«accidentalmente» de una sobredosis de heroína en el Motel Landmark
de Hollywood. El disco titulado Pearl-sobrenombre de Janis- salió a la venta de manera póstuma, con dos tracks
instrumentales para los cuales no tuvo la oportunidad de grabar la voz. El LP
llegó al número uno de las listas y el sencillo «Me and Bobby McGee»  también lo fue.
Se le lloró mucho. Su cuerpo
fue cremado y sus cenizas esparcidas sobre la costa californiana, según sus
deseos. Su voz encarnó la pasión de una época y desde entonces no ha tenido
rival. Janis entró al Salón de la Fama de la Música en 1995. Su imagen
permanece fija, como personificación del espíritu sesentero: sensual, joven,
fiero, delirante, acompañada de sus sueños y fantasmas. Aún se le considera la
mejor cantante blanca de blues de todos los tiempos.
Imagen:http://bit.ly/U7iFbe
12AM/PV

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