Yann Martel es un navegante de la profundidad animal y espiritual del ser humano

  • «La vida de Pi» es la novela en la que se basó Ang Lee para hacer «Una vida extraordinaria»


Por Huemanzin Rodríguez (@huemanzin)

Distrito Federal, 14/01/13, (N22).-  

Desde finales de 2012 se proyecta en la cartelera cinematográfica la película La vida de Pi, dirigida por Ang Lee, que ha llegado a nuestro país con el insulso título Una aventura extraordinaria, quitándole el nombre original que corresponde a la novela del escritor canadiense Yann Martel. Esta novela ganó en 2002 el Premio Booker y de inmediato puso los reflectores sobre el autor de esta historia que tiene como protagonista a Pi Patel, un joven indio espiritual y un tigre. A propósito de su llegada a México, N22 conversó con Martel acerca de su literatura:
«La característica principal de la literatura canadiense es que no tiene característica principal. Hay una gran diversidad. Se puede decir que Canadá es como un gran hotel, donde hay gente de todo el mundo que vive ahí».

Yann Martel, hijo del reconocido poeta Emile Martel, cuenta que escribió este libro en medio de una mala racha, había publicado dos libros que los lectores pasaron por alto. A finales de la década de 1990, con el poco dinero que tenía, tomó un avión a Mumbai en la búsqueda de algo más que le permitiera escribir: «Una cosa que me gusta es el encuentro con el otro, otro con ‘O’ mayúscula. Que sea un otro animal, un otro religioso (Dios), otro cultural. Siempre en mis obras los personajes empiezan en un lugar y terminan en otro lugar, ya sea de manera literal como un viaje, o en una manera más metafórica. La vida es un viaje y no sabemos exactamente a dónde vamos».

En Mumbai se dio cuenta que las ideas para su nueva novela nacieron muertas. Desilusionado se trasladó a Pondicherry, uno de los lugares de la India que durante 300 años estuvo bajo control francés. Ahí, en un café, la fortuna lo sentó junto a un viejo con quien platicó, al saberlo escritor el anciano dijo: «Te voy a contar una historia que te hará creer en Dios, una historia con animales».

«Cuando estás escribiendo una historia con un dentista de Cuernavaca, la gente conoce Cuernavaca y conoce a dentistas. Entonces tienes expectativas muy concretas. Si yo te digo que escribo una novela sobre un dentista que es un mono, dices ¿un mono, un mono dentista? ¡Qué raro! Estoy listo para creer todo, dijo Martel.

El anciano de Pondicherry se llama Francis Adirubasamy, él le dijo que el señor Patel vive ahora en Toronto y que él sabe de los misterios de la mirada.

«Hay un misterio con los animales porque son como nosotros: viven, tienen necesidades. Pero de otra manera no son como nosotros, no son racionales, no tienen la lógica que nosotros conocemos. Cuando yo miro a un gorila, me pregunto ¿por qué tengo mi inteligencia? No es necesaria la inteligencia. Todos ellos no tienen la calidad de inteligencia que todos tenemos, pero ellos sobreviven en la selva, y nosotros con nuestra gran inteligencia estamos destruyendo al planeta».

Ya en Toronto, después de buscar el nombre en el directorio telefónico, Martel llegó a la casa de Pi Patel. De eso hace muchos años, le dijo. Pero le mostró el diario que llevó en el naufragio y los recortes de periódicos con la noticia. Había naufragado con un tigre.

«Entonces un animal es como un espejo, a dark mirror, un espejo negro que no refleja de una era exacta. Y creo también, con los animales lo que me gusta es que nosotros somos la mitad de dos cosas. De un lado está el ser divino, y del otro lado es el ser animal, entre los dos estamos nosotros».

Un año después de la entrevista, tras varios contratiempos, Martel recibió del Ministerio de transporte de Japón, una grabación de la época donde Patel narró su naufragio desde la India hasta costas mexicanas.
«Y es por eso que en Life of Pi, pongo un chico religioso con un animal. Para mí esa lancha, es una metáfora sobre el ser humano».

En 2005 el cineasta francés Juan-Pierre Jeunet compró los derechos de esta novela, en 2006 tenía listo el guión y la película se rodaría al año siguiente, pero no fue así; el proyecto quedó en el aire. Fue hasta 2011, una década después de leer la novela, que Ang Lee decidió llevar esta historia a la pantalla, quien decidió intercalar las dos historias, la del escritor, y la vida de Pi.

«Todo ese éxito es algo de afuera, al final cuando me pongo a escribir de nuevo, cierro la puerta y estoy sólo», concluyó el canadiense.

12MAG

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