«Yo no me arrepiento de nada de lo que he escrito»: Fernando del Paso

Por Noé Cárdenas

@noedrus

Distrito Federal, 27/11/12, (N22).-  
La voz de la emperatriz Carlota fue leída por primera vez hace 25 años en Noticias del Imperio de Fernando del Paso. A propósito, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara rendirá un homenaje a este escritor.

Agencia N22 platicó con Fernando del Paso sobre la percepción que tiene de sus obras a través de los años, sus distintas dedicaciones como escritor, artista y periodista, y lo que significa el reconocimiento.
Una lectura retrospectiva

Yo no me arrepiento
de nada de lo que he escrito, releo a veces páginas de José Trigo, otras de Palinuro
de México
, otras de Noticias del
Imperio
, y hasta de Linda 67 y
digo está bien, estuvo bien, estoy contento.


José Trigo pasó a ser una especie de favorito de los profesores
norteamericanos de literatura latinoamericana yo creo que por complicado, les
gustan las complicaciones. Y bueno, pues ahí están mis otras dos novelas; Palinuro es la que más quiero, porque
tiene un contenido autobiográfico muy grande, pero ojo: es un contenido
autobiográfico entremezclado completamente con la ficción, recreado, de modo que
casi soy yo la única persona -o quizá mi hermana- que pueda descubrir esos elementos entre
los personajes compuestos.

Lo que
yo puedo apreciar -y eso me satisface mucho- es que tanto Palinuro de México como Noticias
del Imperio
son leídos con entusiasmo por muchos jóvenes, hombres y
muchachas, eso quiere decir que no escribí nada más para una generación sino
para otras. Eso me llena de alegría, hay dos o tres muchachas que me han dicho «mi hija se llama Estefanía…», por el personaje femenino de Palinuro, ese es un placer inmenso.
Dos expresiones artísticas no muy amigas: pintura y literatura

No se concilian
porque no están peleadas, tampoco son muy amigas, sino simplemente son dos
cosas muy distintas. La novela, la literatura, se da en el tiempo, y el
dibujo y la pintura se dan en el espacio, son actividades muy distintas. Una, la escritura, requiere una concentración enorme -al
menos la exige de mí- y  la otra, el
dibujo, no: yo puedo estar dibujando y oyendo la televisión, o dibujando y
conversando… no necesito la misma clase de concentración. Pero sí son muy
distintas. 

Literatura e Historia: la esposa y la
amante


Mi interés en la
Historia se manifiesta desde José Trigo
donde amalgamo en un solo barrio los movimientos ferrocarrileros importantes
que generalmente acababan en una represión brutal. Ahí está la Historia. Está
la historia de los cristeros también, bueno, novelada, en ficción. Porque los
cristeros llamaron mi atención a partir de un libro del rielero José Guadalupe
de Anda, que escribió un libro sobre ferrocarriles y un libro sobre la
Cristiada. En Palinuro hablo un poco
de la Primera Guerra Mundial y dedico un capítulo a Pancho Villa y a Ambrose
Bierce, el viejo gringo ¿verdad? O sea, ése es mi gran interés por la Historia
que desemboca finalmente en Noticias del
Imperio,
que es una novela histórica. Yo creo que solamente yo sé discernir dónde está la línea que separa a una de la otra, la ficción de la
Historia. Y finalmente caí en la Historia; ahora estoy escribiendo Historia,
ensayos sobre el Islam y el judaísmo. Yo creo que es una pasión que he tenido
siempre, que me casé con la literatura y mi amante es la Historia.
Juárez y el Archiduque

Hay un capítulo que se llama «Nos salió bonito el Archiduque» donde Juárez
se siente preocupado porque [Maximiliano] es un hombre alto, de barba rubia, de ojos azules… es que hay que tener en cuenta que el hombre rubio de ojos azules fue durante
muchísimos años -lo es todavía- el símbolo del imperialismo y la opresión en
América Latina, en África, en Medio Oriente, en el lejano Oriente, y él está preocupado. Yo creo que a pesar de todos sus enormes éxitos, Juárez en
el fondo decía «pero si yo soy un indio zapoteco, qué hago aquí», pero el saco
nunca le vino grande, ¿no?, como él pensó -eso sería lo que yo opino- pensaba que le
venía muy grande, pero se enfrentó a Europa. 

Memoria y olvido, vida de Juan José Arreola

Fue una
experiencia muy agradable. Una vez una persona me dijo qué maravilla que haya
hecho hablar a Juan José, yo dije: «no, la maravilla es que lo contuve, lo contenía
yo porque hablaba mucho». Fue una experiencia maravillosa porque primero me
deslumbró con su taller cuando yo era muy joven y después, en un viaje a París,
ya la relación no era tanto de maestro y alumno sino de dos viejos amigos y fue
cuando dije, «pero si nunca se ha grabado a este hombre, vamos a hacerlo hablar
sobre tal y tal tema». Me costó trabajo porque sí tenía que contenerlo, o
regresar a algo que se había quedado a la mitad porque se iba por las ramas, y
por las ramas de las ramas y había que regresar a la raíz. Pero fue un libro
que yo disfruté mucho. Nada más que es la vida y la palabra de Arreola, no la
mía.

“Un día de éstos escribiré periodismo”
Yo no había sido
nunca periodista hasta que el fundador del periódico El Día, Enrique Ramírez y Ramírez, pasó por Londres en una visita
que uno de los presidentes mexicanos de aquel entonces le hizo a la Corte
inglesa, y yo necesitaba dinero, yo tenía un sueldo muy bajo, no me alcanzaba y
le propuse y me dijo: «claro escriba una sección semanal», y le llamé «Un
día de éstos» porque yo siempre decía un día de éstos voy a escribir
periodismo. Me fue muy bien porque reportaba cosas muy interesantes de los
aspectos culturales de Londres -a veces una película, a veces un libro, a veces
una exposición, a veces hasta un ballet-, y escribí muchos años para El Día y quedé muy contento. Después me
atrajo Scherer García para Excélsior
y luego para Proceso.
Café con Juan Rulfo

Me dieron una beca
para lo que se llamaba el Centro Mexicano de Escritores donde nos reuníamos
todos los becarios cada miércoles a leer nuestras cosas y a criticarlas. Las
sesiones las presidía el maestro Francisco Monterde, pero también estaban
presentes Juan José Arreola y Juan Rulfo. Entonces yo lo invité a Rulfo un día
a un café aquí al sanatorio Dalinde y desde entonces se convirtió en tradición: cada miércoles nos íbamos a tomar café, a fumar como chacuacos y a tomar café,
bueno… enormes cantidades. Y así empezó una amistad muy agradable, muy
profunda.
“La Feria es muchas cosas más que el Premio
FIL”
 Yo creo que lo que sucedió, y que compartimos la
vergüenza de la persona, del escritor peruano [Alfredo Bryce Echenique], la compartimos porque ahora la
Feria tuvo un poco de vergüenza, la compartió también el Jurado, yo mismo por
partida doble, como escritor latinoamericano y como miembro de la Universidad
de Guadalajara. Yo creo que eso no debe afectar al Premio ni mucho menos a la
Feria, la Feria es muchas cosas más que el Premio. Yo me siento muy halagado
por ese homenaje. El homenaje en realidad es por los 25 años que tiene de
publicada Noticias del Imperio, participarán amigos míos y estoy muy contento
de eso.  
Imagen:http://bit.ly/U1fFbq
12AM/MAG 

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