La UCSJ celebra el día de muertos con «Desvestidas y alborotadoras»

CIUDAD DE MÉXICO, (N22/Boletín).- 

A
la manera del óleo Las dos Fridas, de
Frida Kahlo, se encuentran Sor Juana y María Félix, tomadas de la mano, una
junto a la otra; la una con su corazón en su medallón, la otra con su corazón
en la mano.

La
Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ) hace un homenaje a Sor Juana y a
María Félix a través de su monumental Altar de Muertos titulado Desvestidas
y alborotadoras
, que se inaugurará el jueves 25 de octubre a las 19:00
horas en Izazaga núm. 92, Centro Histórico de la ciudad de México. Entrada
libre.
Este
año la UCSJ decidió dedicar su ofrenda no solo a la Décima Musa, sino a una de
las mujeres más bellas, inteligentes y de temperamento de sobra conocido, María
Félix, ¡la diva del cine mexicano! a una década de su fallecimiento.
En
primer plano vemos a Sor Juana y María Félix, no están vestidas. La primera Lleva
en el pecho su medallón pero no vemos La
Anunciación
sino su corazón y la segunda sostiene con la mano izquierda su
propio corazón.
En
segundo plano vemos a ocho calaveras que acompañan la escena, se tratan de
mujeres cuyas vidas fueron igualmente intensas y provocadoras: Frida Kahlo, quizás la pintora más
reconocida en nuestro país, con gran fuerza interior. Rita Guerrero, con una voz privilegiada e inagotable fuente de
inspiración. Antonieta Rivas Mercado,
feminista y renovadora de la cultura mexicana y a la Malinche o Malintzin vituperada y admirada, mujer regalada a Cortés
e intérprete entre indígenas y españoles.
Del
lado derecho vemos a Chavela Vargas,
intérprete extraordinaria de la música mexicana. María Ignacia Rodríguez de Velasco, La Güera Rodríguez, mujer bella e
inteligente del siglo XVIII. Josefa
Ortiz de Domínguez, “La Corregidora” insurgente de nuestra Independencia y Pita Amor, poeta trasgresora que luchó
por la liberación femenina.
En
tercer plano se ven cuatro esqueletos suspendidos que parecen ascender, en la
cima está María Sabina, curandera
mazateca que utilizaba los “niños sagrados” en sus rituales. Rosario Castellanos, poeta, novelista y
promotora de nuestra cultura. Leonora
Carrington, pintora surrealista y escritora y María Izquierdo, pintora renovadora de la tradición popular
mexicana. Al igual que Sor Juana y María Félix no llevan ropa, solo son huesos,
solo son alma, solo son espíritu.
En
el proscenio del Sotocoro quien recibe a los vivos es la Sra. Carmen Romano,
mujer impulsora de la cultura mexicana. Ella está tocando el piano junto con
Agustín Lara, compositor e intérprete, también llamado “el Flaco de oro”. Junto
a ellos aparece Jorge Negrete, cantante y actor.
12
mujeres a la manera de apóstoles, testigos de un encuentro alucinante entre “La
Musa” y “La Diva” y una gran anfitriona en el Sotocoro esperan ser visitadas
para compartir el pan y el chocolate.
Todas
las calaveras son de papel maché y sus ropas de papel china. Los accesorios fueron
hechos a mano, cada falda, cada peinado. Al escenario lo delimitan las flores
de cempasúchil (hechas de papel) que cuelgan como largas cortinas de la cúpula
hasta el piso, son 15 metros de altura. Cubren el espacio adoptando formas
ondulantes como cortinas de un gran teatro.
Las
hay también naturales: alcatraces, crisantemos y terciopelo complementan la
escena para dar colorido y tránsito entre la vida y la muerte, entre la
presencia y la ausencia.
No
pueden faltar las velas, los cirios y las veladoras que alumbran el camino de
nuestros muertos; la comida, el pan, los tamales, el mole, el chocolate, el
tequila, son esenciales para recibir a los que ya se fueron.
Este
día se presentará en el Patio de la Fundación, el performance Empatía, de Minerva Hernández y Myriam
Beutelspacher que forma parte de la exposición Empatía_tiempo_espacio
que actualmente se expone en la Celda Contemporánea.

Imagen:http://bit.ly/XVcRSd
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