CIUDAD DE MÉXICO, México, 28/09/12, (N22).-
Pablo Lecuona, Secretario de Tecnología y Acceso a la Información de la Unión Latinoamericana de Ciegos, impartió una conferencia magistral en el Segundo Encuentro Nacional de Salas Braille, donde resaltó la importancia de la tecnología en el proceso de acceso a la información y el conocimiento universal.
«Con el surgimiento y desarrollo de Internet, en los años 90, se crearon accesos interesantes para los ciegos y débiles visuales en cuanto al acceso a la información de manera masiva, aunque destacó que en esa época prácticamente no había nada diseñado para este sector de la población», señaló.
Conforme se han ido desarrollando tanto los dispositivos como las computadoras y los hardware y software necesarios para su funcionamiento, se comenzó a tomar en cuenta a toda la diversidad de usuarios existentes en el mundo. En el caso de las personas que como él, que requieren de asistencia especial, sí han obtenido beneficios, aunque aún faltan muchos campos por incluir.
Respecto al trabajo que realiza el organismo al que pertenece, Lecuona destacó que el uso de Internet y adaptación de la población invidente a este recurso se ha dado de manera gradual, primero con unos cuantos usuarios, luego con una amplia comunidad en la red, y finalmente, hasta alcanzar el apoyo de instituciones públicas y privadas.
Ejemplo de este trabajo de colaboración es la creación de la Biblioteca de tifolibros –ediciones especiales en lenguaje Braille, con soportes como la impresa y la audible-; relató que en principio los usuarios accedían a sus acervos a través de Internet, cuyos contenidos se distribuían a través del corre electrónico.
Desde principios de este siglo, gracias al desarrollo de la tecnología, se han creado dispositivos especiales, que adaptan aparatos como las computadoras personales o portátiles, al lenguaje Braille, pero que son muy costosas y por tanto inaccesibles al gran público.
En el caso argentino, la Unión a la que pertenece ha buscado alternativas para solucionar ese problema, como poner en su página libros en versión mp3 para que sean escuchados por las personas que estén inscritas a ella; o bien, poner a disposición de los usuarios fotocopias en Braille de obras específicas, así como la distribución gratuita del software necesario para que cada uno pueda tenerlo de manera individual.
Estas acciones, destacó, abrieron nuevas dificultades, pues en el caso de la impresión de copias, tuvieron que adaptar la ley de derechos de autor al nuevo contexto; la solución fue registrar a los invidentes que integran la Unión, otorgarles identificaciones electrónicas y sólo permitir la reproducción de una obra cuando se compruebe que existe la necesidad de hacerlo en este formato.
Mientras que en lo relacionado a la colaboración con empresas privadas, Lecuona dijo que con la representación argentina de Alfaguara han logrado que los nuevos títulos aparezcan en formato Braille al mismo tiempo que los impresos, para así conciliar los intereses comerciales de estas empresas con las necesidades de los usuarios invidentes.
Consideró que esta experiencia puede servir como marco para que organismos similares a la Unión de Argentina de Ciegos adopten estrategias similares para lograr mejoras en su población, pues es necesario tomar en cuenta para ello diversos aspectos que usualmente están enfrentados o que bien coinciden en muy pocas ocasiones.
El especialista estimó que el siguiente paso en la difusión y accesibilidad de la información y el conocimiento, es llevar esta experiencia al terreno de los dispositivos móviles, como celulares, tabletas y desde luego, las computadoras.
Mientras que a la par de este esfuerzo, se deben proponer políticas sociales incluyentes, no sólo de los ciegos y débiles visuales, sino de todos los seres humanos y sus particularidades, “prefiero pensar que se puede lograr una política social que contemple a las mujeres, y no una que nos divida en géneros.
“Lo mismo sería para nosotros, pues se trata de proponer acciones que garanticen el acceso a este y otros requerimientos cotidianos, en condiciones de igualdad, no como algo especial, no como una regulación que nos atienda, sino como una política que nos incluya por igual… pero ese es un trabajo muy difícil, que no se puede medir, al menos no en Argentina, donde hay avances, pero son pocos”.
Lecuona comentó que compartir este tipo de experiencias es uno de los aportes más relevantes de este tipo de reuniones, que abren la posibilidad de intercambiar por ejemplo, la manera en que se han solucionado en su país diversas dificultades, como por ejemplo, adaptar el marco legal y lograr que les de acceso a la tecnología y por tanto a la información y el conocimiento.
“La tecnología no resuelve los problemas por sí misma, son el uso y aplicación de la misma lo que logra convertir a estos recursos en un beneficio real para los usuarios, porque una vez logrado esto, se accede a la posibilidad de transformar los distintos formatos disponibles de la tecnología y esa es la principal meta a alcanzar”, concluyó.
Imagen: http://bit.ly/Ou5a4V
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