Presentan el libro «El ojo y sus narrativas. Cine surrealista desde México», editado por el IMCINE

Por Huemanzin Rodríguez
Ciudad de México, 04/09/12, (N22).- Como parte de las actividades en torno a la exposición “Surrealismo: Vasos comunicantes” del MUNAL, se ha editado el libro El ojo y sus narrativas. Cine surrealista desde México, editado por el IMCINE, que integra seis ensayos de especialistas que construyen un puente entre las vanguardias europeas, el contexto artístico mexicano, la obras cinematográficas surrealistas y las influencias en el cine nacional hasta los años 80.
«El cine le da al Surrealismo una posibilidad de poner los sueños, vivificar la parte onírica, toda esta parte que la racionalidad no le da, el cine tiene esta posibilidad de jugar, siempre con contrarios, es mágico», explicó la investigadora del INBA, Alicia Sánchez Mejorada.
Al comentario de Alicia, el crítico de cine Gustavo García añadió: «Y esa es la gran lección del Surrealismo, que aprendió del marxismo, de la sexualidad, del erotismo, del psicoanálisis, la transgresión. Pero la última gran forma de la transgresión es la carcajada».
En el libro también se lee al español Javier Espada, que está a cargo de la Casa Buñuel en Aragón. Él afirma que el cine surrealista por principio debe ser inquietante. El investigador Aurelio de los Reyes, por su parte, hace un recorrido del surrealismo en el cine. Olga Sáenz analiza la visión onírica del movimiento. El crítico de cine Carlos Bonfil hace un recuento de Edad de oro del cine surrealista, y Volker Rivinius invita a reflexionar sobre el cine y el surrealismo, que fueron concebidos como expresión artística casi de manera simultánea.
«Se dice que hay dos o tres películas surrealistas, básicamente Buñuel es el surrealista, pero en México tenemos a Alejandro Jodorowsky que hizo un cine muy interesante. Y la marca del Surrealismo sigue pesando en películas que a lo mejor no necesariamente por época, no podrían ser consideradas surrealistas, pero por la forma en que están interpretadas, están hechas, por lo que muestran, si tienen que ver con este sentido del Surrealismo», comentó Sánchez Mejorada.
Para Gustavo García, el cine surrealista llegó frío a México, Buñuel arriba a nuestro país después de estar 10 años en Estados Unidos donde no pudo expresarse como lo hizo en Europa. Es hasta La fórmula secreta (1965) de Rubén Gámez, y después con el cine de Rafael Corkidi, donde se percibe un surrealismo tropicalizado, más allá de Buñuel, a quien le debemos la sensualidad y la libertad de la imágenes, y una narrativa onírica en la yuxtaposición de signos o símbolos: «¿Por qué triunfa Corkidi? Porque tiene sentido del humor, y Jodorowsky no. El Surrealismo posterior a Buñuel es denso, solemne, azotado. Todos estaban preocupados por demostrar que habían ido al cineclub». 
Este volumen se revisa el cine surrealista o con instantes surrealistas como ¡Que viva México! (1931-1979) de Sergei Einseinstein, Dos monjes (1934) de Juan Bustillo Oro, hasta Poetas Campesinos (1980) de Nicolás Echevarría; Octavio Paz, el lenguaje de los árboles (1983) de Claudio Isaac o Maestro prodigioso (2010) de Rafael Corkidi. El libro tiene también un apéndice donde se reúnen todas las películas surrealistas filmadas en el mundo entre 1923 hasta 2012. 
Imagen: http://bit.ly/RI0Gm0
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