El descubrimiento es de relevancia para la arqueología, porque indica que el uso del cacao ocurrió desde los años 600 a 500 a.C., en la región hoy ocupada por Yucatán; y que no solo se bebía, sino que también pudo ser condimento alimenticio. Hasta ahora, los expertos solo tenían evidencia de que esta semilla únicamente se consumía en forma de bebida.
El arqueólogo Tomás Gallareta Negrón, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), dio a conocer lo anterior, luego de tener los resultados del estudio de laboratorio realizado a los tiestos con los residuos de cacao, que fueron recuperados por él en 2001, junto con un centenar de fragmentos cerámicos del sitio Paso del Macho, perteneciente a la región Puuc (serrana), en Yucatán.
El centenar de pedazos de cerámica prehispánica fue analizado por científicos del Centro W. M. Keck de Bioquímica Instrumental y Comparativa para la Arqueología, del Millsaps College, en Estados Unidos. El estudio fue dirigido por el profesor en Antropología, George Bey, como parte de un proyecto conjunto de investigación entre el INAH y la institución educativa estadunidense.
El químico Timothy J. Ward, quien realizó los estudios, explicó que luego de analizar el centenar de tiestos a través de métodos de laboratorio, en dos fragmentos cerámicos se identificaron componentes de Theobroma (nombre científico del cacao) y cafeína. Se trata de residuos químicos solo visibles a través de un instrumento óptico, que permite analizar con gran precisión la composición de diferentes elementos químicos, conocido como espectrómetro de masas, que en este caso proporcionó la “firma química” del cacao.
El arqueólogo Tomás Gallareta Negrón sostuvo que en todos los reportes arqueológicos relacionados con el consumo de esta semilla en el área maya, se habla de bebidas, porque sólo se habían encontrado residuos en vasijas con forma de vaso. “Es la primera vez que se encuentra en un plato para servir comida, en tanto que es poco probable que ahí se moliera porque para eso se debieron usar metates”.
Si bien, dijo, en Mesoamérica se han encontrado restos de cacao de una antigüedad de 1500 a.C.; “las nuevas evidencias refieren su consumo también en la región de Yucatán, como un producto que solo estaba destinado para las clases altas y para los sacerdotes”.
A decir del arqueólogo del Centro INAH-Yucatán, este hallazgo es relevante porque indica que desde épocas muy antiguas existió una organización social compleja, estratificada, y en una región que por mucho tiempo se creyó atrasada respecto al resto del área maya, en tanto que las hipótesis apuntaban a un desarrollo tardío en la región norte, resultado de migraciones procedentes de los asentamientos altamente civilizados del sur y probablemente de la zona olmeca.
Lo anterior se refuerza con el hecho de que los fragmentos de platos se encontraron cerca del Juego de Pelota del sitio Paso del Macho, es decir, donde residían las autoridades y se realizaban las ceremonias.
Tomás Gallareta Negrón también destacó que desde hace una década se han registrado una serie de descubrimientos en sitios que datan del periodo Preclásico Medio (1200-400 a.C.), como Paso del Macho y Xocnaceh, en la región Puuc, y Poxilá y Xtobó, entre otros ubicados en la costa occidental de Yucatán, que están obligando a cambiar la concepción sobre el desarrollo alcanzado en la porción norte de la región maya.
“En Yucatán hay evidencias tan antiguas e importantes como las reportadas en otras partes del área maya, lo cual indica un desarrollo paralelo de esta cultura”.
Destacó que en la medida que han avanzado las investigaciones arqueológicas en Yucatán, se demuestra que la península tiene un desarrollo mucho más antiguo, complejo y sofisticado de lo que se pensaba a principios de este siglo; y que desde al menos 500 o 600 años antes de Cristo ya había variaciones regionales en la forma de vida civilizada de la región maya.
“En Paso del Macho y otros sitios —del periodo Preclásico Medio— que se desarrollaron en la región norte, vemos que hay Juegos de Pelota, pirámides y consumo de cacao, elementos significativos que dan cuenta del desarrollo alcanzado para esa época; a través de datos arqueológicos, arquitectónicos y cerámicos, vamos recuperando de manera paulatina el panorama de una vida compleja y sofisticada que desde hace 2,500 años ya existía en la porción que hoy ocupa Yucatán, como se ha descrito para otras partes del mundo maya”, finalizó.
Foto: INAH
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