Distrito Federal, 22/05/12 (N22).- Un par de objetos
que fueron confeccionados en el siglo XVIII con hilos de oro y plata, son
sometidos a procesos de restauración por especialistas del Instituto Nacional
de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para ser exhibidas en el Museo Regional de Tlaxcala, al cual pertenecen.
hecha en terciopelo de seda y con bordados de hilos de plata, así como de una
casulla con diseños en seda y una cruz bordada con entorchados de oro, que
reciben tratamientos especializados en el taller de textiles,
de la
Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural
(CNCPC) del INAH.
acuerdo con los expertos, la restauración de ambas piezas estará terminada este
año, el sagrario a finales de este mes, y la casulla en diciembre próximo. Las
intervenciones hechas hasta el momento, han sido variadas y específicas debido
a la diversidad de materiales que conforman las piezas, entre ellos, seda,
hilos de plata y oro, lentejuelas, listón dorado y algodón.
“La
puerta del sagrario —pequeño nicho en el que se guardan las hostias— está
compuesta por un bastidor de madera y una tela de terciopelo de seda azul con
diversos bordados al centro, que es sostenida al bastidor por tachuelas
doradas”, describió la restauradora Fabiana González Portoni, encargada de la
intervención del objeto religioso.
“Es una hermosa pieza,
que debido a sus materiales y manufactura (madera y textil) se considera del
siglo XVIII, ya que los sagrarios posteriores a esta fecha suelen ser de otros
materiales”, detalló la especialista del INAH.
De acuerdo con la
restauradora, el objeto religioso —de 66 cm de longitud y 48 de ancho—
presentaba diversos deterioros ocasionados por humedad, ataque de insectos y
corrosión natural de los metales.
“El bastidor ya no
brindaba el soporte que el textil necesitaba, porque ya estaba debilitado por
ataque de termitas (insectos xilófagos que se alimentan de madera), además
presentaba un faltante en la parte inferior, por lo que hubo necesidad de
fumigar la pieza, hacerle limpieza superficial y colocarle elementos nuevos en
la zona del faltante”, comentó González Portoni.
El textil, cuya base
es terciopelo de seda azul, bordado con entorchados y lentejuelas de plata,
está finamente decorado con figuras de liebres, pájaros y flores, que están
alrededor del diseño de un cordero al centro, mismo que presenta un estandarte
y está acostado sobre un libro con siete separadores.
“Debido a la
corrosión natural de los metales, hubo necesidad de limpiar los entorchados
hechos con hilos de plata, estabilizar y protegerlos con sustancias especiales,
a fin de recuperar algo de su brillo original, y evitar —en la medida de lo
posible— que se oxiden; además los hilos de plata, principalmente los que
estaban desprendidos, se volvieron a sujetar al lienzo mediante hilos de seda”,
agregó la especialista.
“En tanto, el
terciopelo de seda de la puerta del sagrario —dijo— fue sometido a limpieza
detallada por inmersión, que permitió desvanecer algunas manchas que
presentaba, y se le hicieron costuras especiales con hilos de seda teñidos, a
efecto de atender algunas roturas y rasgaduras que tenía debido al paso del
tiempo; procedimiento con el cual se consiguió darle estabilidad”.
González Portoni
refirió que el textil tiene indicios de haber sido recortado en la orilla,
porque varias de las figuras de los animales están incompletas; en su lugar, en
algún momento se colocó alrededor de él un listón dorado, mismo que durante la
restauración se volverá a sujetar con firmeza a la tela.
Asimismo, la restauradora Fabiana González adelantó
que durante este mes el textil será montado sobre el bastidor, por medio de las
tachuelas que lo sostenían originalmente, mismas que ya recibieron un
tratamiento de limpieza de corrosión, estabilización y una capa de protección.
Además
se colocará un soporte auxiliar de tela en la parte posterior del lienzo, a fin
de darle estabilidad y evitar lo más posible que la suciedad y los insectos la
dañen nuevamente.
Al término de la
restauración y del montaje, la pieza regresará al Museo Regional de Tlaxcala,
que se alberga en el Ex Convento de Nuestra Señora de la Asunción, construido por
los franciscanos en el siglo XVI.
Por su parte, la
restauradora Susana Miranda Ham, responsable del taller de restauración de
textiles de la CNCPC,
mencionó que la casulla tiene bordados de hilos de seda y entorchados con
láminas de oro, y no obstante que en los años 80 tuvo una primera atención,
este año será sometido a tratamientos de limpieza superficial y consolidación,
con el fin de retirar suciedad, y atender desgaste y desfazamiento de algunos
hilos.
La casulla, elaborada
en tela brocada posiblemente compuesta de seda y algodón, es una vestidura
litúrgica que utiliza el sacerdote católico sobre la sotana o el alba para
oficiar misa; es una sola pieza en forma cónica, con una abertura en el centro
(para meter la cabeza), y cuya tela cae por el frente y espalda del oficiante.
“En este caso, el
objeto tiene en la parte posterior una cruz bordada con entorchado dorado, que
se acompaña con motivos florales de diferentes colores”, señaló la restauradora
Miranda Ham, al comentar que la restauración de la casulla se prevé terminar a
finales de 2012, con el objetivo de que sea exhibido en el Museo Regional de Tlaxcala.