Chavela Vargas le cantará a la Luna Grande de García Lorca en Bellas Artes

  • Acompañarán a la “dama del poncho rojo” la cantaora Martirio y Eugenia León, el domingo 15 de abril
Por Alejandra Flores

TEPOZTLÁN, México, (N22).- 

93 años de una vida plena, intensa, marcada por la poesía en indisoluble unión con la música. Más de nueve décadas en las que Chavela Vargas, la dama del poncho rojo, como la bautizó su entrañable amigo Joaquín Sabina, ha seguido un camino marcado por el amor y el perdón.

“Estoy rodeada de los ángeles de tierra”, dijo a los medios de comunicación el mediodía del jueves, con sus eternas gafas oscuras y una guayabera en encendido rojo carmesí. El propósito de la reunión, un motivo de orgullo, un acto de “amor, de paz y de belleza” contenidos en la obra de Federico García Lorca, que tan bien conoce Chavela.
La Luna Grande. Homenaje de Chavela Vargas a Federico García Lorca, es el título del disco-libro que contiene 18 fragmentos de los  textos dramáticos del autor granadino, aderezados con temas inmortales como “Noche de ronda”, “Macorina”, “Santa” y “Luz de Luna”, entre otros.
“Yo no hago más que amar lo bello, repetir cosas de Federico, le hablé una noche y quedamos como amigos. Los amigos se quieren de distancias lejos, cerca, se necesitan más que al amor y así me fui un día de la mano de Federico cuando el clavel reventó. Ahí estaba yo y le dije cuéntame de tu vida, es hermosa, para todos los poetas del mundo”, relató con profundo ardor la intérprete de “Macorina”.
Poetas a quienes Chavela reconoce por su valor ante la adversidad: “Por eso los respeto y los venero y los respeto, por la libertad del alma, por la libertad de pensamiento, por amor a su país, amor a sus gentes, amor a todo lo bello que existe y no tienen fronteras, no necesitan pasaporte, se van derechito p’al otro lado, así que allá te espero, como dijo el poeta.”
Una deuda saldada, pero mucho por hacer todavía. La incansable Chavela, querida por todos, ocurrente como siempre, se negó a compartir con la prensa el secreto de su juventud, juventud de espíritu y juventud en el rostro. “No puedo decirte, porque es una crema especial hecha a base de hormonas de mula”, y sonrió pícara.
La Luna Grande llegará al Palacio de Bellas Artes el próximo domingo 15 de abril a las dos de la tarde. Chavela compartirá el escenario de la Sala Principal con la cantaora Martirio y la mexicana Eugenia León en una suerte de “Encuentro de dos mundos”, como han calificado este recital. Acompañadas por los macorinos, los inseparables guitarristas de Chavela: Juan Carlos Allende y Miguel Peña, que recrearán el universo lorquiano.
“Fue brotando para mí, abrí, abrí una fuente de inspiración y belleza que solamente una frase de un poeta: Buenos días  amor, ¿cómo está el corazón? Eso es lo que yo inicié ahora con este disco, tenía que hablarlo, que frasearlo, que poner atención a la música, a la letra y así se hizo el disco”, describió la intérprete.
“Ir siempre buscando una estrella que no amanece todavía, y voy a esperar que venga un día, un día vendrá, yo la esperaré paloma mía, abre tus alas y dile adiós al día”. Así surgió La Luna Grande, afirmó Chavela.
“Me mantiene unida a él que lo admiro profundamente, que pienso que es uno de los seres que se fue temprano porque es elegido de los dioses y así nos vamos de la mano caminando por donde se llega pronto, a la vida o a la muerte.” España y México unidos mediante la voz y las palabras. Lorca y Vargas, unidos eternamente.
España, la hembra de Europa
Martirio, la otra presencia, acompañará a Chavela en su adoración al espíritu del poeta español.
“No sé si puedo hablar porque estoy absolutamente emocionada. Federico García Lorca ha sido el poeta preferido mío de siempre, he cantado mucho, el primer disco que hice en vivo fue de él. Me parece un ser de lo más mágico que ha dado el mundo para enriquecer el alma”, eso es Lorca para Martirio.
“Ha sido el poeta más unido al flamenco, el poeta más unido a la canción popular, ha rescatado cantidad de leyendas, cantidad de canciones, pero para mí también ha sido el poeta más visionario. Si lees poeta en Nueva York parece que está escrito en el siglo 21”. Vigente, recordado, añorado García Lorca.
Mucha expectativa genera ver este domingo a Martirio y a Chavela, juntas en honor a García Lorca y por una fraternidad mutua. Para Martirio, Chavela “es un ser como para aprender todo lo que tiene que ver con la belleza, con el amor, con el dolor, con la sensibilidad. Si todo esto está unido a la mujer que yo más amo, de la que más he aprendido siendo, estando cantando, sin cantar, mirando nada más, en silencio, para mí ella es un altar”.
Y en cuanto a la experiencia en el escenario, en compañía de Eugenia León, Martirio refirió: “Yo creo que va a ser un abanico, un arco iris de sensaciones, de emociones, de sentimientos presididos por la belleza de Federico García Lorca y presidido por la voz y la forma que tiene ella de hablar a tanta gente, de tantas edades distintas de tantos países distintos que han aprendido con ella a cantar a amar a perdonar.”
En este encuentro trasatlántico de talentos, nuestra protagonista nacionalizada mexicana desde hace varias décadas, refirió con nostalgia lo que significa España para ella como mujer y como cantante: “España para mí… qué te dijera, en primer lugar la considero la hembra de Europa. La Señora España. Toda una hembra que te enseña todo lo que no sabes, le preguntas a la Gran Vía, le preguntas ahí donde vivía yo en la residencia de estudiantes, le pregunto lo que no sé y no me lo contestó. Me dijo quédate tranquila, no vengas a hacer el loco.”
Por la mañana, en un atardecer, no importa…
El camino de Chavela no ha concluido. Y no obstante que ahora lo transita sentada, apoyada en su nueva compañera de viaje, una silla de ruedas, este hecho le recuerda a otro querido amigo, el fallecido Facundo Cabral: “Mira cómo será la cosa que dejé de caminar. Estoy pagando el delito a lo mucho que he andado. Un día Facundo Cabral, que en paz descanse, me habló por teléfono y le dije Facundo, ¿cómo estás? Chavela, no puedo caminar. Ay, le dije, ¡eso no importa!.. ¡Ay!, el día que yo no pude caminar me acordé mucho de él, y que me dijo voy a ver qué hago y le dije sí, adelante. Lo fue a buscar la muerte. No la buscó, la encontró de repente y así soy yo. Voy a detener mis pasos una mañana temprano, en un atardecer, como quieran, no me cuesta nada.”
El disco La Luna Grande incluye tres poemas de Chavela a Federico. “Reventó el clavel, se abrió el cielo, el poeta más grande del mundo. Ustedes son los llamados a juzgar, yo lo grabo, se los doy como saludé al poeta, lo saludé con un clavel y salió a la luz de la luna, a la luz de todo lo hermoso que le rodea.”
Y a la pregunta expresa: ¿Cómo quiere que la recuerden, Chavela? Ella respondió convencida, al calor de una anécdota:
“Que me recordaran como una vieja loca que se tomó 40 botellas de tequila y dejé a la casa productora del tequila, ese año le falló, me lo tomé yo sola. Hubo un día, una cosa que fue para mí en la vida adorable. Me invitaron los tequileros a tomar una copa, allá en Guadalajara. Nos fuimos a tomar la copa Eladio Sauza, el otro tequilero, todos. Pero muy bien empezamos a hablar como estoy hablando ahora, normal yo creo, ¿no? Habían empezado d… Eladio… Eladio… ¿Qué le pasa, Chavela? A mí nada, ¿y a usted? No, a mí tampoco. Y ya al rato vino la ambulancia y nos llevaron al hospital. Fue precioso”.
Con la llorona de fondo, Chavela imagina su despedida. Convencida de que la vida no le debe nada ni ella a la vida. “Puede ser por la mañana, en un atardecer, no importa”.

Foto: http://bit.ly/HGhbR7

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