Son Temoyo representó la tradición del son jarocho en Cumbre Tajín Festival de la Identidad

Fuente: http://mysp.ac/FQGFuv
Samara García / Enviada
 
TAJÍN, México, (N22).- 
Vestida de blanco, dos trenzas y sandalias, la niña Lilia Ivonne de 8 años recitó versos con habilidad en honor al Tajín, a los sones jarochos y a la vida. «Soy como la primavera/ cantora del mes de marzo/ ave con alma de cuarzo/ divina y mensajera/ y que cada año espera/ volver a este mundo a fin/ bamba y el tilín tilín/ color y hombres que vuelan/ desde las alturas velan/ tu arquitectura Tajín.»
La escenografía era idónea para que el grupo Son Temoyo cantara y bailara: dibujadas, posaban una mariposa color café sobre una rama, y a los lados dos avispas volando; estos dos insectos representativos del Tajín, la región totonaca del estado de Veracruz.
Son Temoyo, integrado por el cantor, como marco musical: la jarana, guitarra, cajón peruano y dos quijadas de caballo generando el sonido del güiro; además de 11 niños en parejas, que con el golpeteo rítmico del zapateado hacían vibrar el escenario y cada una de las notas de los sones jarochos, se rodeó de cultura y tradición de la Cumbre Tajín Festival de la Identidad.
Transcurría el fandango con canciones como «El Colás», «La iguana», «Candela», entre otras.
«Para bailar la bamba/ para bailar la bamba se necesita una poca de gracia/ una poco de gracia y otra cosita…», cantaba Alfredo Gutiérrez, vocalista de Son Temoyo, mientras una pareja infantil zapateaba gustosamente en la tarima al ritmo de la música y contagiaba al público que aplaudía, coreaba la canción y disfrutaba los movimientos de Alfredo, de 4 años, y Lilia Ivonne.
Riqueza cultural
Mientras los sones jarochos invadían con alegría a una parte de los visitantes, otros recorrían el Parque Temático Takilhsukut, que significa «el principio», adquiriendo experiencias en los diversos Nichos: de la Tierra, de la Música, de la Purificación, de Aromas y Sabores, donde a través de talleres se conocía más acerca de la riqueza cultural Totonaca: arte, idioma, gastronomía, música y danza.
Lijas, pintura y madera fue suficiente para la realización del Chénchere, juguete Totonaca que simula el sonido del pájaro carpintero cuando hace su nido. Hombres totocanas son los que en cada taller guían la elaboración de cada uno de los objetos importantes dentro de esta cultura que se sitúa al norte de Veracruz en el municipio de Papantla.
Danzantes, voladores, tejedores, bordadores, alfareros, es poco de lo que ofrece la cultura Totonaca no sólo con este festival, sino también en cualquier ocasión con la única finalidad de conocer el patrimonio tangible e intangible que México posee.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *