“Videotape”, la violencia, la memoria y la infancia

El abuso sexual infantil es la temática central del cortometraje de ficción de Sandra Reynoso; una mirada a lo profundo de la condición humana

Ciudad de México (N22/Ana León).- En pocos minutos, la directora de cine, Sandra Reynoso, nos plantea en Videotape, su corto de ficción, una reflexión de una profunda complejidad respecto al abuso sexual infantil: «que una niña sentiría más compasión por su agresor en el momento de llevar a cabo la venganza que la que el agresor tuvo sobre ella en el momento del abuso […] Ver la capacidad humana de una niña y la capacidad humana de un adulto.»

Sandra Reynoso tiene 34 años y cree que el cine es «una manera de decir, de hablar y de sacar las inquietudes. […] Creo que el cine cambia a lo mejor ciertas vidas y permite reflexionar. No sé si realmente solucione problemas. Por lo menos, en mi caso, a la hora de hacer una película o contar una historia a través del lenguaje cinematográfico sí es una vía de escape, de decir, de sanar hasta cierto punto, de alguna manera. Tampoco es una terapia psicológica el cine, pero sí creo que es una manera de sacar esas inquietudes, esos conflictos que uno tiene. Al final los cineastas no somos muy diferentes de las demás personas. Yo creo que lo que decimos mucha gente lo quiere decir, mucha gente lo piensa o mucha gente lo ha vivido y creo que tenemos esa herramienta de la cual podemos hacer uso para encontrarnos y conectarnos con las personas y de alguna manera entender pedacitos de situaciones de la vida», me cuenta en una entrevista realizada en el Centro de Capacitación Cinematográfica del que es egresada. 

Su corto estuvo nominado en la 61 edición de los Premios Ariel a Mejor cortometraje de ficción. Antes de eso fue semifinalista de los premios estudiantiles de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (BAFTA Students Film Award 2019), se presentó en el Festival Internacional de Cine de Morelia y viajó a Shanghai para participar, también, en su festival de cine. 


Videotape como tema general habla sobre el abuso sexual, pero también está el tema de la amistad, de la venganza y de la búsqueda de justicia, ¿cómo es el proceso para que fusiones estas ideas y cómo las aterrizas en esta historia? 

Lo que me motivó a hacer el corto fue retratar a través de la ficción una venganza de un abuso sexual infantil. Darle ese poder a unas niñas de buscar una especie de “justicia”, de revancha. Pero, en aras de lograr esto, me di cuenta que una niña de nueve o diez años no podría sola, entonces decidí poner otro personaje un poquito más grande que ella, al fin y al cabo una niña, pero con un poquito más de conciencia que le ayudara a situar la gravedad de lo que ella vivió, porque en sí una niña de esa edad no tendría tanta conciencia de lo que le está pasando o de lo que vivió. Entonces, el otro personaje que es el de Elsa, una niña de trece años que está entrando un poco más a una juventud y tiene una inquietud sexual más desarrollada es de alguna manera la autora intelectual y la que la está empujando a buscar la venganza y la justicia. 

Tal vez podría parecer una pregunta muy obvia porque es un tema súper relevante y muy complicado el del abuso sexual infantil, pero ¿por qué justo es este tema el que decides contar y llevar a la pantalla? 

Creo que es un tema del que casi no se habla, no es un tema cómodo socialmente hablando y permanece oculto todo el tiempo; son delitos que no se denuncian, que para la familia es muy difícil tratarlos y se mantienen en secreto. 

Cuando empecé a escribir, México era el tercer país en abuso sexual a nivel mundial. Ahora es el primer lugar. Eso me parecía que era muy importante de escribir y también porque es un delito muy cruel que afecta de por vida a las víctimas. 

Creo que es necesario hablarlo, que las víctimas de abuso sexual se vean reflejadas también en el cine. Y esto de la venganza también era una especie de regalar a través del cine una catarsis a las víctimas. Después se fue transformando y evolucionando la historia porque me di cuenta que una venganza no iba a ser una manera de que la víctima pudiera solucionar psicológicamente o emocionalmente lo que vivió. Y justo una de las cosas que yo leí es que realmente nunca lo sobrepasan, no es algo que se pueda borrar. Justo por eso también es Videotape, porque habla de la memoria y de la incapacidad de borrar lo vivido. 

¿Cómo tratar esta temática con estas dos niñas actrices (Natasha Cubría y Camila Risser)? ¿Cómo decirles, hablarles y hacerles entender de lo que se trata el corto y de lo que van a interpretar?

Primero hablé con la familia, ellos leyeron el guion y les pedí a los padres que hablaran con ellas porque al final las niñas eran personas que yo no conocía realmente, no sabía qué habían vivido, no sabía cuál era su contexto realmente. Para mí era más fácil a través de los padres que son sus guías, y ya una vez que ellas tenían el contexto del tema y la historia, yo hablé con ellas de cómo me imaginaba estos personajes, cómo me imaginaba que actuaban, que hablaban, lo que iban sintiendo en cada secuencia. Y ellas también de alguna manera hicieron propuestas de cómo se iban imaginando las cosas, propusieron diálogos. Realmente lo entendieron. Ahora los niños ya están en otro nivel. 


Tocas un tema muy importante que es esta necesidad de hacer justicia en un país sin justicia, pero también la necesidad de hacer justicia para sanar, como una especie de catarsis y es una idea que justo recorre todo el corto, y que la abordas como esa parte que no se cierra porque es un abuso que se da en un entorno familiar, y la venganza en realidad no cierra ese ciclo. 

Parte del proceso fue ése, darme cuenta que una niña sentiría más compasión por su agresor en el momento de llevar a cabo la venganza que la que el agresor tuvo sobre ella en el momento del abuso. Y creo que ese contraste para mí era también muy importante, ver la capacidad humana de una niña y la capacidad humana de un adulto. 

En cuanto a la justicia, el sistema legal es un caos en México, creo que también por eso me gustaba esta onda de hacer justicia por propia mano. Aunque haya una venganza o una pena legal, realmente no va a haber nada que se iguale a la justica emocional o psicológica de la situación. Por lo que he estado reflexionando, creo que es imposible encontrar esa justicia y que la mejor opción es el perdón. Creo que para muchas víctimas es imposible, pero tal vez sí es la única solución. Es importante que se reconozca el delito y que se acuse a los agresores. 

Al inicio marcas mucho el seguimiento del rostro de la niña con la cámara y cómo el rictus cambia conforme avanza el corto. Y también colocas la mirada de la cámara poniendo al espectador en los zapatos de la protagonista, desde la perspectiva de la protagonista, ¿fue tu intención hacerlo y a través de esto generar empatía? 

Sí. La intención fue contar esta historia a través de los ojos de la protagonista, sobre todo, y meternos en ese mundo de la infancia. Tratar de meter al espectador en cómo esa niña va entendiendo lo que vivió y cómo va reaccionando ante eso y, al final, cómo el dolor está en ella. 

También era toda esta cuestión del juego, de la infancia, de retratar una infancia robada, interrumpida de alguna manera. Y es parte también del lenguaje, de dónde ponemos la cámara. Tratar de con la cámara no sólo retratar o ir ilustrando la historia, sino de intentar conmover a través del lenguaje cinematográfico. Ver que estas niñas a pesar de que viven en un contexto crítico, con muchas carencias, están teniendo una infancia llevadera y divertida, y cómo de pronto después del abuso sexual, esto se va cayendo.

Sí fue una intención de narrarlo a través de los ojos de la niña. 


Hay algo que ya has mencionado y me parece súper simbólico, porque el corto inicia con ellas lanzando desde la azotea rollos de papel blanco en contraste con el cielo azul y terminan lanzando la cinta de video oscura en contraste con el cielo azul. Hace rato hablabas de memoria, hay un inicio muy inocente y luego también hay un final muy cargado, oscuro, de una memoria mala. 

Es justo la tesis de la película, que más allá de la venganza, que más allá del abuso sexual, la historia va a permear la vida de esta niña, el abuso va a permear la vida de esta niña de por vida. Sí creo que la emoción final del corto es dejar esta desolación de lo que significa sufrir un abuso sexual sobre todo a esa edad. 

Hay un detalle bastante significativo también que es la locación. Filmas en el Multifamiliar Tlalpan antes del sismo y ahora hay cosas que vemos en Videotape que ya no existen. ¿Qué significó para ti, no sé si ya habías terminado tu corto, el ver que mucho de eso que habías grabado ya no existe?

Fue muy duro, la verdad. Justo estábamos buscando filmar en un multifamiliar y ése fue el que más nos gustó estéticamente. Era parte de retratar la crisis de los años noventa y cómo esta niña vivía en un mundo con mucha gente, pero al final estaba sola con su amiga. Era también retratar una pequeña vida en medio de muchas vidas en crisis. 

Cuando empezamos a filmar ahí nos dimos cuenta que justo la gente que vive ahí, desde entonces, 2015, ya estaba muy mal y la estructura del edificio, desde entonces, estaba muy mal. Recuerdo que cuando nosotros filmamos en la azotea fue “no pueden filmar en tal edificio y en tal edificio, porque en esos puede ocurrir un accidente grave”. De hecho, ese edificio en el que filmamos la azotea no se cayó, se cayó el edificio donde Elsa vivía. 

Nosotros estábamos conscientes y la gente estaba consciente de que los edificios ya estaban mal; son departamentos muy pequeños. Los interiores de los departamentos no los pudimos filmar ahí, los filmamos en otra unidad habitacional que está en Coapa porque eran un poquito más amplios. 

Desde ahí, desde el contexto donde ellas están viviendo, la unidad habitacional en realidad sí estaba en esa situación de crisis y bueno, sigue estando. 

Cuando pasa el terremoto del 17 y se cae, yo todavía no terminaba de postproducir, pero ya habíamos terminado de filmar. Es triste ver que eso se pudo haber previsto y que ya lo sabían. Y yo creo que la gente, los vecinos ya estaban buscando ayuda desde entonces. Así es la situación gubernamental, que no se presta a tiempo el apoyo ni se toman a tiempo las previsiones necesarias para evitar los accidentes como lo que ocurrió. 

¿Qué significa el cine para ti? 

El cine para mí significa, en primera instancia, una manera de decir, de hablar y de sacar las inquietudes que traigo. En segunda instancia, a mí me gustaría que lo que yo hago le sirva a otras personas. En este caso del corto me gustaría que las víctimas o que los victimarios se vean, y ojalá pudiera cambiar algo. Lo veo muy complicado, creo que el cine cambia a lo mejor ciertas vidas y permite reflexionar. No sé si realmente solucione problemas. Por lo menos, en mi caso, a la hora de hacer una película o contar una historia a través del lenguaje cinematográfico sí es una vía de escape, de decir, de sanar hasta cierto punto, de alguna manera. Tampoco es una terapia psicológica, pero sí creo que es una manera de sacar esas inquietudes, esos conflictos que uno tiene. 

Al final, los cineastas no somos muy diferentes de las demás personas. Yo creo que lo que decimos mucha gente lo quiere decir, mucha gente lo piensa o mucha gente lo ha vivido, y creo que tenemos esa herramienta de las cuales podemos hacer uso para encontrarnos y conectarnos con las personas y de alguna manera entender pedacitos de situaciones de la vida.

 Imágenes película: Centro de Capacitación Cinematográfica

Imagen Sandra Reynoso, tomada de Facebook