En un mundo en vértigo, dos libros para entender otros feminismos

La forma de ser en el día a día es ya una militancia irrenunciable, así que desde la voz de Virginie Despentes (Teoría King Kong) y Helen Hester (Xenofeminismo) nos acercamos al feminismo desde diferentes lecturas

 

Ciudad de México (N22/Ana León).- Tengo en mis manos dos libros. Uno rosa y otro rojo. Pienso que los colores no tienen nada que ver con su contenido y, al mismo tiempo, tienen todo que ver: el rosa es Xenofeminismo. Tecnología de género y políticas de reproducción (Helen Hester, Caja Negra Editora). El rojo, Teoría King Kong (Virginie Despentes, Penguin Random House). Cada uno, desde diferentes posturas aborda la autonomía, el derecho a decidir, la negación de todo aquello que se cree “natural” en la mujer, las sexualidades no normativas, el deseo en una sociedad sobreestimulada. Hester lo hace desde la filosofía y su participación en el colectivo feminista internacional Laboria Cuboniks; y Despentes desde la propia experiencia y esa militancia que anuncia la propia manera de afrontar el mundo, de su labor como novelista y como directora de cine.

Xenofeminismo. Tecnología de género y políticas de reproducción

La primera pregunta que uno se hace al abrir este libro es: ¿qué diablos es xenofeminismo (XF)? Pues bien, el XF es un  feminismo adaptado a un mundo en vértigo. Una de las teorías recientemente aparecidas en el campo de estudios de género. «Xeno (del griego, ajeno o extraño) indica no sólo su carácter inclusivo y de apertura a la diferencia, sino también su extrañeza respecto de sí mismo, al concebirlo como un proyecto reversible y sujeto a continuo examen», escribe Toni Navarro en la introducción de este texto que es publicado en español por la argentina Caja Negra Editora.

Pero hay más, mucho más detrás de este concepto que se simplifican en una X y una F= XF. El xenofeminismo es un feminismo que continuamente inventa el futuro. Un feminismo de la diferencia, de lo polisémico, de lo extraño, como hace referencia su mismo nombre. Un feminismo en diálogo con el activismo trans, que «articula una política de género revolucionaria […] que piensa a la tecnología como una herramienta para el activismo». Que ve en la tecnología un «ámbito de potencial intervención feminista». El XF echa mano también del antinaturalismo, «rechazo a aceptar la idea de que la naturaleza sea siempre el límite de cualquier imaginario emancipatorio».

Esta concepción surge en 2015 cuando el colectivo internacional Laboria Cuboniks lanzó su manifiesto.

«El xenofeminismo construye un feminismo adaptado a estas realidades: un feminismo de astucia, aplitud y visión sin precedentes; un futuro en el que la realización de la justicia de género y de la emancipación feminista contribuya a una política universalista ensamblada a partir de las necesidades de cada ser humano, trascendiendo la raza, la habilidad, la situación económica y la posición geográfica».

 

 

Teoría King Kong

Desde el inicio de este libro, que fue publicado en 2006 y que este 2019 aparece en español bajo la traducción de Paul B. Preciado y publicado por Literatura Random House, Virginie Despentes nos advierte las condiciones bajo las cuales escribe este texto: «Yo hablo como la proletaria de la feminidad». Estas mismas condiciones debe aceptar el lector, como un pacto no escrito, al leerlo. No se precisa, necesariamente, de sentirse identificadas con lo que ahí cuenta pero sí entender las razones y los contextos de las anécdotas y memorias que van dando paso a una narración acerca de la prostitución, la violencia de género, la violación, el deseo, la represión del deseo, los roles de la mujer en la sociedad y la pornografía.

Este ensayo arranca así:  «Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.»

Virginie Despentes nació en Nancy, Francia, en 1969. Como chica, dice, es «más bien King Kong que Kate Moss». Asumió desde la adolescencia una postura de control sobre su propio cuerpo: usaba minifalda, tomaba la píldora, inició una vida sexual cuando le vino en gana, se fue de casa a los 17, aunque poco antes de eso fue violada. El hecho sólo sirvió para confirmarle lo que sabía ya de sí misma: «ser del sexo femenino no le impedía hacer gran cosa. Como tenía ganas de vivir una vida de hombre, he vivido una vida de hombre.»

Poco a poco, la escritora va desgranando sus decisiones de vida -muy lejos de la confesión, claro está- y el contexto de las mismas. Teoría King Kong es uno de los libros referentes del feminismo y de la teoría de género.