La Springfiled Preparatory School pone en venta los certificados
Redacción/CDMX
Arliya Martin es una habitante del estado de Luisiana, Estados Unidos, quien obtuvo su certificado de secundaria en una escuela donde los estudiantes pueden obtener un diploma por 465 dólares.
Sentía que era su boleto hacia un trabajo mejor pagado, “Este es un nuevo camino para seguir adelante con mi vida”, dijo.
Los programas de educación en el hogar o las escuelas privadas tradicionales no necesitan la aprobación estatal para otorgar títulos.
Los estudiantes del sistema escolar aislado de Luisiana no están desaparecidos, pero no hay manera de saber qué tipo de educación están recibiendo, o si la están recibiendo en absoluto.
Los defensores dicen que estas escuelas no aprobadas del estado son una extensión natural de la doctrina de los derechos de los padres.
“El gobierno no tiene forma de verificar la seguridad, la calidad o incluso si existe una escuela”, dijo Laura Hawkins, exfuncionaria del Departamento de Educación del estado.
Luisiana tiene dos opciones para la educación en el hogar: los padres que quieran que sus hijos reciban un diploma de escuela secundaria reconocido por el estado pueden solicitar el programa oficial del estudio en el hogar.
Además, deben presentar los resultados de exámenes o copias del trabajo del estudiante para demostrar que su hijo ha recibido 180 días de escolarización con la misma calidad que la de una escuela pública.
Sibley Morrison, directora de la Escuela Preparatoria de Springfield, mencionó que “algunas familias que educan en el hogar vienen en busca de arte o ciencia, otras en busca de servicios como orientación profesional, preparación para exámenes y explicación y apoyo en sus derechos de paternidad”.
Después de enterarse que su diploma no está aprobado por el estado, y que es posible que algunas universidades no lo acepten, Martin comentó que no se sintió disuadida: “Amigos y familiares obtuvieron diplomas de la misma escuela y fueron a la universidad y tuvieron carreras exitosas”.
Jaime Vander Meulen, es madre de 3 hijas con dislexia, por lo que decidió abrir su propia escuela privada no aprobada.
Dice que otros padres pensaron que estaba loca cuando comenzó a educar en casa, pero desde la pandemia, las familias tienen menos confianza en la escuela pública.
Ruby, la hija de 8 años de Jaime, describió la escuela como “realmente divertida”, su hija de 12 dijo que le gusta poder aprender a su propio ritmo.
Las escuelas no aprobadas de Luisiana surgieron en 1980, cuando los ministros cristianos que dirigían pequeñas escuelas privadas unieron fuerzas con la incipiente educación en casa, movimiento para desregular la educación privada.
Así que los legisladores derogaron el requisito que una escuela tuviera, al menos 50 alumnos y maestros certificados por el estado.
Los intentos de los opositores por eliminar esta ley se enfrentan al enorme cabildeo de los grupos de educación cristiana en el hogar.
Actualmente más de una docena de estados permiten las familias abran una escuela privada como una forma de educación en el hogar, como California, Illinois y Texas, alrededor de la mitad de ellas exigen la enseñanza de materias básicas como Matemáticas o lectura, sin embargo, no es el caso de Luisiana
(Con información de AP)