¿Por qué muchas personas creen en teorías de la conspiración?

Redacción/CDMX

Creer teorías conspirativas puede deberse a una combinación de rasgos de personalidad y motivaciones, como confiar mucho en su intuición, tener un sentimiento de antagonismo y superioridad hacia los demás y percibir amenazas en su entorno.

Esto, de acuerdo a una investigación publicada en línea en la revista “Psychological Bulletin” de la Asociación Americana de Psicología.

“No es probable que todos los conspiracionistas sean personas de mente simple y mentalmente enfermas, como suele retratar la cultura popular”, afirma Shauna Bowes quien cursa el doctorado en Psicología Clínica de la Universidad de Emory, Estados Unidos.

Asegura, que al contrario, “muchos recurren a las teorías conspirativas para satisfacer necesidades motivacionales carentes y dar sentido a la angustia y el deterioro”.

Las investigaciones anteriores sobre lo que impulsa a los conspiracionistas, habían analizado sobre todo a la personalidad y la motivación por separado.

El estudio actual, pretendía examinar estos factores conjuntamente para llegar a una explicación más unificada.

Se analizaron datos de 170 estudios con más de 150 mil participantes, principalmente de Estados Unidos, Reino Unido y Polonia.

Descubrieron que, en general, las personas estaban motivadas para creer en teorías conspirativas por la necesidad de comprender y sentirse seguras en su entorno y por el apremio de sentir que la comunidad con la que se identifican es superior a las demás.

Aunque muchas teorías conspirativas parecen aportar claridad o una supuesta verdad secreta sobre sucesos confusos, la necesidad de cierre o la sensación de control no fueron los motivadores más fuertes para respaldarlas.

En cambio hallaron indicios de que las personas eran más propensas a creer determinadas teorías conspirativas cuando estaban motivadas por las relaciones sociales.

Por ejemplo, los participantes que percibían amenazas sociales eran más propensos a creer en teorías de la conspiración basadas en hechos concretos, como la teoría de que el gobierno estadounidense planeó los atentados terroristas del 11 de septiembre, en lugar de una teoría abstracta según la cual, en general, los gobiernos planean perjudicar a sus ciudadanos para conservar el poder.

Los investigadores descubrieron que las personas con ciertos rasgos de personalidad, como sentimiento de antagonismo hacia los demás y altos niveles de paranoia, eran más propensos a creer teorías conspirativas.

Los que creían firmemente en estas teorías también eran más propensos a ser inseguros, paranoicos, emocionalmente volátiles, impulsivos, desconfiados, retraídos, manipuladores, egocéntricos y excéntricos.

(Con información e Infosalus)