El famoso artista del renacimiento tenía un gran ego, pero ¿realmente se pintó a sí mismo como Dios?
Redacción/CDMX
Existe una nueva teoría entre los estudiosos del arte del Renacimiento, esta sugiere que Miguel Ángel, autor del fresco del techo de la Capilla Sixtina, pudo haberse representado a sí mismo como Dios.
Si esto es verdad, entonces esta furtiva selfie nos puede decir mucho sobre cuánto se quería a sí mismo.
La “Creación de Adán” posee gran cantidad de imágenes que aparecen en el techo del Vaticano.
En ella hay más de 300 personajes bíblicos en este espacio de 464 metros cuadrados (5,000 pies cuadrados), pero la imagen de Dios es representada como un hombre mayor con barba suelta que está suspendida en una capa flotante y señalando con el dedo a un Adán reclinado (representando a la humanidad), es el más famoso de todos.
La imagen ha sido admirada durante siglos, y es probablemente la característica que buscan los turistas cuando visitan la capilla.
El fresco también ha sido fuente de muchas especulaciones e interpretaciones a lo largo de los años.
Por ejemplo, una idea popular surgida en 1990 que sugiere que el manto de forma inusual detrás de Dios representa en secreto el cerebro humano.
En este trabajo, Adriano Marinazzo, curador de proyectos especiales en el Museo de Arte Muscarelle de Virginia en The College of William & Mary, cree que tiene evidencia de que Miguel Ángel realmente se pintó a sí mismo como Dios en esta imagen.
Marinazzo, que ha hecho descubrimientos importantes sobre Miguel Ángel en el pasado, cree haber encontrado pruebas de esta conexión al examinar un soneto que el artista escribió entre 1509 y 1511.
En el soneto, Miguel Ángel se queja de que el trabajo de la Sixtina lo estaba agotando y expresaba su frustración.
En los márgenes de este soneto, hay un garabato inusual de un hombre parado con las piernas cruzadas mientras se estira para pintar una cara en el techo sobre él.
Según Marinazzo, si rota la imagen para que quede de lado, la imagen es extrañamente similar a la pose de Dios en la Creación de Adán.
La idea de Marinazzo resulta interesante y es probable que coincidiría con otros trabajos que sugerirían que a Miguel Ángel le gustaría incluirse a sí mismo en su trabajo, sin embargo, no ha convencido a todos.
No hay evidencia –hasta el momento-, que corrobore respaldar esta interpretación específica, pero varios académicos importantes sí ven mérito en ella.
En particular, enfatizan el sentido del humor de Miguel Ángel, que los historiadores suelen pasar por alto. También se quería mucho a sí mismo, como le dijo a The Wall Street Journal Gary Radke, un experto en el Renacimiento italiano de la Universidad de Syracuse.
“Michelangelo tenía un ego increíble”, explicó Radke, “así que todo su arte era una autobiografía para él. Era un artista moderno en ese sentido”.
(Con informacion de iflscience.com)