Claudia González/CDMX
Todos aseguran que Juana estaba loca, pero ¿Es esto real? Recapitulemos un poco, quién fue Juana la Loca, su nombre era Juana I de Castilla, tercera hija de los reyes católicos, la casaron con el archiduque austriaco Felipe, el «Hermoso».
La muerte de sus hermanos mayores y de un sobrino la convirtieron en heredera de las coronas de Castilla y Aragón desde 1500.
El mismo año en que fue jurada como heredera por las cortes de Castilla, se sabe que empezó a manifestarse una enfermedad mental derivada, se cree de las infidelidades de su marido, hacia quien sentía un amor apasionado.
Juana de Castilla además de ser atractiva desde niña, era una persona sin duda inteligente, aprendió latín y tenía notables aptitudes para la música, parecía predestinada a convertirse en un adorno en la corte de algún insigne príncipe europeo, como sucedió en un principio, fue una niña normal que no dio prueba de sufrir ningún tipo de «trastorno mental» hasta la madurez.
Siendo la reina legítima de España, estuvo confinada en un palacio de Tordesillas durante casi 50 años, pero ¿cuáles fueron los actos que llevarían a pensar que Juana estaba loca?
Muchos estudiosos han sostenido que su supuesta «locura» obedecía únicamente a una conspiración política, ya que se convirtió en un obstáculo para que su padre y su hijo ejercieran el control absoluto sobre Castilla, su trastorno mental, se dice, se exageró deliberadamente con el objetivo de hacerla inaceptable como soberana.
Con la muerte de Isabel, la «Católica» inició una disputa entre Fernando, el «Católico» y Felipe, el «Hermoso» por el control de Castilla, Juana quedó en medio, Felipe llegó a ser rey de Castilla por dos meses, falleció súbita y sospechosamente en 1506, después de un juego de pelota, se cuenta, bebió abundante agua fría y por esta razón, cayó enfermo con alta fiebre y murió unos días después.
La hija de los reyes católicos mostró un carácter obsesivo en lo referente a su marido, tuvo episodios de ira a raíz de las infidelidades de Felipe y cuando este murió, durante el cortejo fúnebre llevó el cuerpo de su marido por buena parte de Castilla; por estás actitudes se extendió entre la población la creencia de que tenía graves problemas mentales.
El carácter de Juana iba y venía entre la euforia y la melancolía, se creía que era hereje y era vista como una mujer histérica llevada a la locura por los celos y la pasión, su padre aprovechó todas estas actitudes para conseguir gobernar Castilla.
Pero también hay indicios que se inclinan hacia la conspiración; en 1520 el movimiento comunero que exigía a Carlos I más respeto por las instituciones castellanas se dirigió a Tordesillas a liberar a Juana y a pedirle su ayuda, lejos de la mujer loca encontraron a una reina lúcida, con una conversación inteligente y mente clara.
La descripción que hicieron los comuneros de Juana ha llevado a pensar que su locura pudo ser solamente de carácter transitorio a causa de la muerte de muchos seres queridos en poco tiempo.
Entre la historia y el mito, Juana I de Castilla es uno de los personajes históricos más fascinantes del renacimiento, después de varios siglos, este personaje sigue siendo un enigma para los historiadores y motivo de inspiración de dramaturgos, novelistas, poetas y cineastas de todo el mundo.
Porque después de todo… de músico, poetas y locos todos tenemos un poco.