Redacción/CDMX
La actriz, modelo y bailarina Michelle Yeoh, es embajadora de buena voluntad del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
El 25 de abril de 2015, en Nepal junto a su esposo Jean Todt se encontró con un terremoto mortífero que asoló ese país, «Nunca había sentido el tipo de miedo y pánico que sentí aquel día” argumentó Yeoh.
Afortunadamente aquel día, salió ilesa, sin embargo, la experiencia fue aterradora e inolvidable.
Recuerda que no podía dejar de pensar en lo injusto que era saber que ella tenia un hogar al que podía llegar, a diferencia de las familias cuyas viviendas quedaron en ruinas.
Este tipo de experiencias que dejan daños irreparables, hizo que semanas después regresara como embajadora de buena voluntad para las labores de auxilio.
Las crisis no son solo momentos de catástrofe, pues sacan a la luz las profundas desigualdades existentes.
Por ejemplo, el terremoto que ocurrió en Turquía y Siria el mes pasado, que ha mostrado las condiciones socioeconómicas de Siria.
Desigualdad de género
Yeoh comenta que el tiempo que lleva como embajadora, ha visto como las mujeres suelen ser las últimas en volver a la escuela y las últimas en tener servicios básicos como agua potable, vacunas, documentos de identidad y terapia.
Por lo general, son las últimas en conseguir un trabajo y un préstamo.
Por ejemplo, en Siria, las Naciones Unidas prevé que unas 40 mil mujeres darán a luz en los próximos meses sin acceso a condiciones higiénicas.
También, cuando las mujeres tienen que dormir a la intemperie o refugios colectivos sin la protección adecuada, corren el riesgo de sufrir violencia y agresiones sexuales.
Pero ellas deben tomar la batuta
Las mujeres también deben desempeñar funciones de liderazgo en el proceso de recuperación.
No obstante, las mujeres están infrarrepresentadas, en la toma de decisiones que afectan sus perspectivas de supervivencia en tiempos de crisis.
Pero también sabemos que, con un mayor número de mujeres en puestos de poder y en la toma de decisiones a nivel comunitario conduce a políticas más inclusivas, con el objetivo de invertir en la educación de las mujeres para asegurar que sus voces estén representadas en los más altos niveles del gobierno y de la sociedad.
No olvidemos que el mundo digital también es un lugar de desigualdad, aunque mantenga en funcionamiento los servicios sociales esenciales.
Puesto que, a nivel global 2700 millones de personas están excluidas de la conectividad digital y la mayoría son mujeres.
Así que podemos decir que las mujeres se enfrentan a barreras para acceder a la información y los recursos en todos los ámbitos de su vida.
¿Qué se necesita?
Entonces, lo que se debe realizar son inversiones cuantificables en la educación para las mujeres que promuevan la alfabetización digital.
“Tengo 60 años, y acabo de ganar mi primer Oscar. Sé algo acerca de la perseverancia, y soy demasiado consciente de lo que espera la sociedad de las mujeres”.
“Las mujeres que están reconstruyendo sus comunidades, cuidando de niños y personas mayores y poniendo un plato de comida en la mesa”.
“Asegurémonos de que no falten en la mesa cuando se toman decisiones que las afectan mayoritariamente a ellas”, comparte Michelle Yeoh.
(Con información de The New York Times)