La técnica al servicio del futbol. Raúl Rojas lo expone a detalle

Redacción/CDMX

El deporte más famoso del mundo y que aparentemente es el más fácil de practicar, cada día se convierte en uno de los más especializados por lo que sucede fuera del rectángulo de juego.

Dentro del terreno de juego, 22 jugadores se enfrentan para determinar un vencedor, y tres jueces vigilan que se cumplan las reglas.

Afuera, cada vez se tecnifica más pues se ha convertido un gran negocio.

Raúl Rojas González ha diseccionado los distintos elementos que hacen del futbol una de las actividades más apasionantes en la historia de la humanidad.

En el libro «El futbol bajo el microscopio», el matemático analiza los aspectos que conforman el juego que van desde las características de la cancha hasta el miedo del portero al penalti.

Detalla que muchas de las distancias que son parte del juego como: los metros a que se ubica la barrera al cobrar un tiro libre, o la distancia a la que se tira un penalti, surgieron de forma aleatoria.

Calcula que un jugador durante un partido llaga a tener el balón en su poder entre dos y tres minutos totales.

Al analizar el factor del público asistente a un estadio, el llamado jugador número 12 puede llegar a ser un factor intimidante para el equipo visitante, para ello presenta una tabla con las situaciones que más estruendo pueden provocar en el planeta.

Algunas están por arriba del umbral del dolor para el oído humano, en el lugar más alto se encuentra la explosión del volcán Krakatoa o el despegue de un cohete con 180 decibelios, el estadio del Anfiel Road, casa del Liverpool alcanzaría 97 decibelios. (El Galatasaray de la liga griega alcanzó en 2011, 137.2 decibelios)

Sin embargo, el récord lo tienen los Kansas City Chiefs de la NFL con 142.2 decibelios en 2014.

Hablando del público, Rojas calcula cuántas personas son suficientes para que la ola se eche a andar en un estadio.

El balón, elemento central del juego ha evolucionado a tal grado que el grabado y las costuras determinan los movimientos que se espera que haga en el aire una vez que se patea.

Para ello, al igual que se prueba la aerodinámica de los aviones o los automóviles se testa a los esféricos, eso pequeños objetos que en un Mundial, han de provocar explosiones de orgullo o devenir en días de duelo en un país, dependiendo de si gana o pierde.

Las compañías de calzado deportivo también emplean alta tecnología para que sus botines realicen un mejor efecto al golpear la pelota, así como los tachones para tener un mejor agarre o propulsión frontal, y al mismo tiempo puedan girar lo más rápido posible.

El también economista mexicano encontró que en la Premier League un jugador que rebase los 30 años difícilmente obtiene un contrato por más de una temporada, pues la edad optima, según la estadística es entre los 26 y 27 años.

Analiza los tiros de penalti, una jugada que no dura más de un segundo pero que ha sido objeto de toda clase de análisis psicológicos tanto del portero como del tirador.

Encontró que un tirador lanza un disparo hacia su lado natural en la mayoría de las veces y muy pocas veces al centro, así que el portero suele lanzarse la mayoría de las veces al lado fuerte del tirador y casi nunca se queda en el centro de la portería.

A pesar del romanticismo, se ha encontrado que el dinero sí gana los campeonatos, pues los clubes con más recursos suelen buscar a los mejores goleadores.

El libro termina con un capítulo inquietante, con tanta tecnología involucrada, en el futuro ¿los robots podrán jugarán en el futuro los mundiales de futbol?

El futbol bajo el microscopio es parte de la colección La ciencia para todos del Fondo de Cultura Económica, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y la Secretaría de Educación Pública (SEP), la cual tiene como objetivo divulgar la ciencia a través de un lenguaje, formato y precio accesible para la sociedad.