Por Alizbeth Mercado
Ciudad de México, México, 09/09/12, (N22).- Apuntes sobre literatura barata es el primer libro del caricaturista Jorge Flores Oliver, se trata de un trabajo de investigación sobre los cómics, dividido en varios ensayos publicados anteriormente.
Los cómics son parte de la cultura popular desde el siglo pasado, sin embargo son poco comprendidos hasta nuestros días. “Blumpi”, como se autonombra Jorge cuando dibuja, partió de las preguntas: ¿Qué es un cómic y qué no lo es?, ¿sigue siendo un medio exclusivo para niños?, ¿hasta dónde puede llegar un cómic?
A través de un estudio fenomenológico de este hecho cultural, Flores Oliver intentó responder las cuestiones y acercar a los lectores –neófitos, expertos o reticentes– hacia la verdadera esencia de las historietas.
La Agencia N22 platicó con el autor a propósito de la publicación.
–Los cómics son trasmisión de ideas a partir de imágenes, ¿piensas en alguna historia cuando creas?
–Sí, a veces sale de una cosa muy estructurada, pero a veces sale de un chispazo, depende de la idea que tengas es lo que desarrollas. Una idea pequeña se puede volver grade y la historia que piensas que sería una novela gráfica se convierte en una tira de cuatro cuadros, nunca sabes que va a salir, básicamente los comics es llegar de A a B, llevar una historia de su principio a su fin, eso lo puedes tener claro el chiste es encontrar su camino.
–¿Miras a tus dibujos como personajes de una historia o como signos que indican algo?
–Son personajes, como en la literatura, en el cómic también se trata de contar historias, entonces se trata de personajes con vida y personalidad, entonces ese es el trabajo del creador, pero lo que trato de demostrar en mi libro es, que el cómic puede tener la misma importancia que cualquier área de las artes, la literatura, la pintura, lo que sea; pero tiene un plus que es la gráfica. Mientras que un escritor tiene que batallar con las palabras, el dibujante de cómics tiene que hacerlo y además traducirlo en imágenes. No creo que un trabajo sea más difícil que el otro pero la carga de trabajo para el dibujante es extra, debe ser claro, tiene que comunicar y tiene que dibujar lo que está expresando, es como un obstáculo más por sortear.
–Tienes que jugar con la imagen y el texto, ¿cómo creas el equilibro?
–Justamente es eso, el cómic es yuxtaposición de imágenes que van concatenadas, que van contando una historia, que tiene que hacer economía visual, aunque eso puede debatirse, hay dibujantes que atascan la página y son efectivos, es decir, es una decisión artística, cómo quieres desarrollar tu trabajo, básicamente se trata de comunicar.
–¿Cómo podemos entender al cómic como forma de comunicación?
–El cómic es un medio que puede tener muchas vertientes. Puede ser un medio de comunicación, de expresión personal o ser un medio de entretenimiento, como en la literatura hay géneros y subgéneros. Depende de cada autor y cada género. Hablo en mi libro sobre dibujantes que decidieron ser reporteros de guerra, que es lo que se ha dado muchísimo, que escriben sus reportajes en este medio de los cómics; hay gente que simplemente quiere plasmar historias personales o hay otros que exploran los géneros como la ciencia ficción o el noir, tiene muchas posibilidades y muchas capas de lectura.
Capas de lectura
–Mencionas que el cómic tiene una sintaxis, una morfología, ¿cómo articulas estos elementos?
–El cómic tiene un lenguaje, funciona de dos maneras a la vez, obviamente el dibujante de comics usa su propio lenguaje, que es el que encuentras en los globitos, ahí usa el lenguaje para contar una historia; pero al mismo tiempo el cómic tiene una serie de elementos que son propios y únicos de él, que hace que cuando tu veas un cómic o al menos un panel de cómic digas ¡ah eso es cómic!, es un juego de estética y elementos básicos.
Entones los globitos, donde va el texto, la ausencia de cuadros, las onomatopeyas, la estructuración de la página, la manera de leer; todo eso son elementos que forman parte de esta especie de sintaxis y lenguaje propio del cómic. Es un lenguaje, entonces necesita, hasta cierto punto, cierto grado de especialización del lector, que no cuesta trabajo, pero debes aprender a leerlo, eso es lo que me da a pensar que tiene sus propias reglas y se basa en dos lenguajes: el escrito y el dibujado, por eso digo que el cómic tiene muchas capas de lectura.
–Tú eres monero y has realizado caricaturas políticas, ¿qué diferencia hay entre este trabajo y el cómic?
–El dibujante de caricatura política que tiene que salir todos los días y publicar, tiene que usar todos los elementos y lenguaje del cómic, pero sintetizado como el cómic.
Lo que apuesto en el libro es que tal como lo conocemos, como Superman o una tira de Mafalda o un chiste gráfico de una imagen, entran en el cómic porque narran algo.
Mientras que un cómic necesita varias páginas para narrar, la caricatura es el final de una serie de acciones que no ves pero las intuyes.
Historias dibujadas de corto o largo aliento
–¿El cómic podría ser desde una metáfora hasta un ensayo?
–Sí, yo creo que sí, yo he hecho ensayos dibujados, hay artistas de cómic que no utilizan diálogos, el desarrollo de la historia lo ves con imágenes; sí, el desarrollo y las posibilidades son muchas.
–¿Cómo nace la separación entre caricaturas y cómics?
–El punto central de mi libro es “dejar de pensar el comic como cosas para niños, sin dejar de ser para niños”, es decir dentro de esta multitud de géneros puedes encontrar títulos para niños, ensayos, historia. Una de las cosas que es muy común, cuando una persona dice “leo cómics”, la gente piensa en Batman o Bob Esponja –quien no es cómic, es parte de la cultura visual, relacionamos cómic con dibujo.
La intención de mi libro es poner al día el estado del cómic en el mundo, y explicar de qué se trata, explicar qué es y qué no es. No creo que mi libro, o ninguno, termine con el cliché de que los cómics son para niños, pero consideré necesario exponer qué es y qué posibilidades tiene. Ahora hay una proliferación de web comics, internet es una plataforma donde no pensamos que fueran a vivir los cómics pero ahí están, cambiando la presentación de los comics y siguen siendo eso historias dibujadas de corto o largo aliento.
Entretenimiento y cultura
–Hablas sobre Marvel y DC cómics como representantes de la industria con tendencias distintas, ¿por qué existe polarización de los cómics?
–Ellos vienen de la tradición del cómic como entretenimiento puro, que no está mal. Muchos nos acercamos así a los cómics: primero vimos una revista de Superman, una Mafalda, un Memín Pinguín, depende del medio en que te desenvuelvas, nos llega lo inmediato y eso son los cómics de superhéroe. Pueden tener un trasfondo más amplio, pero en general buscan entretener.
El público de los cómics puede ser crítico o no, exigente o no. Depende de ellos y de las editoriales, que les dan lo que quieren consumir.
Por otro lado, en Estados Unidos en los 60 hay cómics underground, de problemas duros, de sexualidad abierta, los autores consumían drogas y lo plasmaban; esos títulos fueron el impulso de que provocaron este otro lado de los cómics, gente que no le interesaban los súper héroes ni entretener, sino trata historias más interesantes. En los 90 se dio un boom de historias personales y mundanas, continuaron la tradición romper y experimentar.
En mi libro trato de demostrar que hay un lado y otro lado, que digan “me interesa leer estos otros cómics”.
–¿El cómic pretende ser estético?
–No, en términos de ser bonito, claros o agradables a la vista. Hay otros autores como Gary Panter el padrino de los cómics punks, que hacía cómic e ilustraciones en un estilo apresurado, feo, pero con actitud. El cómic tiene tantas posibilidades que puede tirar a lo que sea, al hiperrealismo, al feísmo, a la claridad como los comics de Tin Tin que son muy claros en sus historias y dibujos, el cómic es así.
–El cómic es parte de la cultura popular ¿Quiénes son los representantes más importantes?
–Es una pregunta difícil, hay muchos como hay muchas vertientes hay igual número de autores o títulos. Quienes lean de superhéroes dirán algunos, yo propongo otros, como Daniel Clowes o Charles Burns, que a mi parecer son de los más interesantes, pero la oferta es amplísima. Mi libro no habla tanto de México, pero depende de tus intereses.
La múltiple subjetividad y el reflejo del tiempo
–Los cómics van de la mano con el pensamiento político-social o son una respuesta.
–Creo que la labor de los dibujantes es representar lo que pasa en su realidad, sea o no caricaturista político, es decir no sólo los que están en un periódico tienen el derecho de expresar sus ideas políticas. Como toda expresión humana, es totalmente subjetiva. Cada autor tiene una ideología, una postura, un odio hacia otra postura y también tiene un jefe, no hay que olvidar que cada caricaturista tiene encima de ellos alguien que le publica su trabajo, y muchas veces se tiene que ir por la determinada línea editorial de sus jefes. Idealmente entras a trabajar en un lugar donde tus ideas conviven perfectamente pero no siempre es así.
Entonces el caricaturista representa lo que está pasando en su mundo y lo que él mismo piensa.
También hay el caso que los caricaturistas son representantes de un poder político, que están con la derecha o pertenecen a la izquierda y anteponen un proyecto político a su arte, pero en general debe ser un reflejo de sus tiempos.
–¿Algún género domina la escena del cómic?
–No lo sé, el cómic se va a adaptando a los tiempos. El cómic actual (en lo personal) refleja lo que estamos viviendo, lo tiempos son muy cínicos, los autores son más cínicos. La música, por ejemplo es importante, su estilo de vida es la música y eso reflejan; la crisis, problemas para encontrar trabajo; no es un género, pero es la manera que están representando.
–¿Cuál es tu cómic favorito?
–Más que cómic, los autores que vienen en mi libro, porque sabes a dónde puedes llegar, es muy motívate.
Foto de Jasvier Sánchez, tomada de http://bit.ly/Vd1AuW
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