CIUDAD DE MÉXICO, (N22/UNAM).-
En México, cuatro de cada 10 mujeres han sido agredidas por su pareja en algún momento de su vida, afirmó René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 50 por ciento de las víctimas han padecido ataques que ponen en riesgo su vida, indicó en la conferencia Violencia social, un problema para investigar.
La mitad de las que han vivido episodios severos se sienten provocadoras del enojo o malestar de sus esposos o compañeros por opinar diferente, desobedecer, no pedir permiso, no dedicar suficiente tiempo o mostrarse desinteresadas por tener sexo, subrayó.
La violencia contra la mujer y de género son manifestaciones de la influencia de las condiciones del entorno sobre las distintas formas de agresión en todos los niveles y grupos de una comunidad, precisó el coordinador de la Unidad de Análisis sobre Violencia Social de esta casa de estudios.
El demógrafo señaló que se trata de algo común en el país. Por ejemplo, el Estado de México presenta la prevalencia más alta de violencia física y/o sexual (33.3 por ciento), seguido por Tabasco, Puebla, Jalisco y Guerrero.
Otra manifestación, abundó, es la violencia juvenil, que comprende un abanico de actos que van desde la intimidación y peleas, hasta formas más críticas, como la violación y el homicidio.
En todos los países, los varones jóvenes son tanto los perpetradores más numerosos, como las principales víctimas. Conforman un sector de la población discriminado y criminalizado, recalcó en el auditorio Manuel Sánchez Rosado, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
Esto es un error porque en lugar de aprovechar el potencial del sector para buscar crecimiento económico, se les trata como delincuentes y se les deja sin oportunidades de desarrollo, tanto social como profesional. De ahí que el pandillerismo surja como respuesta a la frustración, y que los grupos juveniles se formen y permanezcan con una fuerte identidad debido a la necesidad de saber quiénes son.
Una muestra de la situación en la que viven es, por ejemplo, el hecho de que en la Ciudad de México, de cinco mil 299 jóvenes en conflicto con la ley, el 90.15 por ciento están detenidos por robo y, de éstos, 70 por ciento por ilícitos menores a los seis mil pesos.
Otra forma de violencia social es la trata de blancas, es decir, la captación, transporte, traslado y recepción de personas mediante la amenaza, el uso de la fuerza u otras formas como el rapto, el engaño y el abuso de poder con fines de explotación, precisó.
Entre los factores de riesgo, el especialista mencionó la falta de cohesión familiar y educación sobre la explotación sexual, además de la necesidad de sobrevivir, que ha empujado a los niños fuera de sus casas.
Otro peligro se presenta si no existe un cuidado con el manejo de los blogs, chats,facebook, Hi5 o twitter, pues por estos medios se puede obtener información confidencial de las personas, alertó.
El avance tecnológico, enfatizó, ha contribuido a la difusión de material que denigra la integridad de la persona, como en el caso de la pornografía. “De hecho, el 50 por ciento de los delitos cometidos a través de Internet están relacionados con ella y la prostitución infantil”.
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