El desarrollo de software, según previsiones, requerirá en tres años más de un millón de desarrolladores en la región. Ante este panorama, se propone que las empresas desarrollen iniciativas que fomenten la participación de las mujeres en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas
Redacción / Ciudad de México
Así como la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que busca reconocer el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, la organización Laboratoria, en conjunto el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), buscan formar mujeres que quieran aprender y trabajar en tecnología.
Aliadas desde el año 2015, ambas instituciones han lanzado iniciativas para formar a más de mil mujeres como desarrolladoras de software, logrando la inserción laboral en el sector de tecnología de más del 80% de ellas, lo que les ha permitido prácticamente triplicar sus ingresos tras culminar el bootcamp de programación de Laboratoria. En 2020 renovaron su alianza con el fin de impulsar y acompañar a las empresas, particularmente pequeñas y medianas, en su proceso de transformación digital con una visión de inclusión, promoviendo que las mujeres formen parte del crecimiento de la economía digital de la región.
Si bien, la ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible. Aun así, las mujeres siguen encontrando obstáculos en el campo de la ciencia: menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres.
A nivel global, la presencia de las mujeres en la fuerza laboral es minoritaria, aunque ellas representan más de la mitad de la población. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, una de las mayores brechas de género es la correspondiente a Oportunidad y Participación Económica, la cual enmarca la participación de las mujeres en el mercado laboral. En promedio global, solo el 55% de las mujeres adultas están en la fuerza de trabajo, en comparación con el 78% de los hombres; además, existe todavía una brecha del 40% en los salarios percibidos por hombres y mujeres en puestos de trabajo similares. Adicionalmente, el 58% de las mujeres con empleo están en la informalidad.
Recientemente Laboratoria y BID Lab, publicaron un estudio en el que se presentan las barreras y obstáculos que enfrentan las mujeres para incorporarse a la industria tecnológica en América Latina.
El estudio refleja que en América Latina existe un contexto generalizado de menor participación femenina en la fuerza laboral y que apenas el 52% de las mujeres adultas forma parte del mercado laboral, un 24% menos que los hombres. Entre las causas de esta brecha social y económica apunta al impacto de los roles de género, la socialización de estereotipos y la inequidad en la carga de responsabilidades domésticas y de cuidados.
En el sector de la tecnología, particularmente, la inclusión se ve dificultada por limitaciones de los sistemas educativos tradicionales, la adopción de sesgos inconscientes sobre su desempeño en el área, la ausencia de modelos a seguir, las expresiones de discriminación laboral y la creencia en estrategias de género neutro. Todas estas barreras limitan las oportunidades de las mujeres para acceder y desarrollarse en tecnología.
La falta de inclusión de las mujeres en el sector de tecnología acarrea consecuencias importantes a distintos niveles de la sociedad. Para las organizaciones, la falta de acciones concretas para incluir más el talento femenino tiene una repercusión tangible en su competitividad. Para las mujeres, representa la amenaza de no ser parte de la revolución digital que está redefiniendo la lógica de nuestras sociedades y, con esto, un factor de exclusión en el acceso a las oportunidades laborales y de desarrollo profesional que conlleva. Para los países de América Latina, la perpetuación de desigualdades frena el desarrollo social y la activación económica
«Las brechas de género dejan a muchas niñas, adolescentes y mujeres sin posibilidad de adquirir habilidades críticas para desenvolverse en un mundo cada vez más cambiante y tecnológico, una realidad en la que hoy es aún más urgente actuar ante el desproporcionado impacto de la pandemia sobre el empleo de las mujeres», señala Irene Arias Hofman, CEO de BID Lab, en un comunicado de prensa.
Asimismo, Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional y la ONU Mujeres reconocen que los impactos de la pandemia por COVID-19 están afectando especialmente a las mujeres. En términos generales, este impacto se sitúa en el aumento de los trabajos de cuidados, la vulnerabilidad de las condiciones laborales y el aumento de la violencia de género experimentados a raíz del confinamiento y la limitación del trabajo presencial.
Como las mujeres son la mayor proporción de quienes se ocupan en el empleo informal, cuentan con menor protección social, lo que las hace más vulnerables a los efectos de las crisis económicas. Así mismo, al dedicarse más a empleos que no pueden llevarse a cabo de manera remota, como el sector de servicios (por ejemplo, el comercio minorista, turismo, hospitalidad) y los trabajos que requieren interacción humana, las tasas de desempleo ocasionadas por las acciones de confinamiento por COVID-19 están siendo más altas en las mujeres, como enfatiza la ONU.
América Latina es la región donde más se está viviendo esta situación. Hasta noviembre de 2020, la Organización Internacional del Trabajo calculó que 17 millones de mujeres en la región han salido de la fuerza laboral para dedicarse a las labores domésticas y de cuidado de infantes.
Hoy más que nunca se requiere un esfuerzo mayor para que los avances que hubo en el pasado respecto a la inclusión de las mujeres en la educación y su incorporación al sector productivo no retrocedan
Para superar estos desafíos el estudio propone recomendaciones concretas a las organizaciones y empresas de la región y señala que, en la economía digital, el sector de tecnología es un espacio de oportunidades laborales bien remuneradas para todas las personas. El desarrollo de software, en concreto, es una profesión emergente relevante que, según previsiones, requerirá en tres años más de un millón de desarrolladores en la región. Ante este panorama, propone que las empresas desarrollen iniciativas que, de forma paralela a las políticas públicas de los países, fomenten la participación de las mujeres en las áreas STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y en empleos del sector tecnológico.
«Desde Laboratoria y junto a cientos de organizaciones aliadas como BID Lab, seguiremos trabajando para construir una industria de tecnología competitiva, diversa e inclusiva, que abra oportunidades para que cada mujer realice su potencial y para que así, juntos, podamos transformar el futuro de América Latina. Esperamos que esta publicación pueda ser el inicio de una colaboración con miles de empresas y organizaciones más que quieran sumarse al cambio», finaliza en el comunicado Mariana Costa Checa, CEO de Laboratoria.
Con información de:
Baratier, Lucile, y Parga Fuentes, Carolina. “El futuro de la tecnología: Inclusión femenina. Una mirada a la representación femenina en el sector de tecnología en América Latina y lo que deben hacer las organizaciones para favorecer su inclusión.” México: Laboratoria, marzo de 2021.
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Imágenes: ©Laboratoria