En su más reciente análisis del sociólogo francés, Gilles Lipovetsky, considera a la seducción como el motor de nuestra sociedad actual
Francina Islas / Madrid
«El capitalismo ha seducido a todo el mundo, los jóvenes, los viejos, los hombres, las mujeres, de forma continua, por las revistas, las novedades, los objetos, las aficiones. El capitalismo se ha convertido en un capitalismo de seducción o lo que es lo mismo, de consumo. O lo que es lo mismo, el mercado debe gustar, debe gustar al consumidor permanentemente por el marketing, el empaquetado, bellos comercios, por las marcas, por la publicidad. Todo el universo consumidor ha derivado en un universo de consumo», señaló en entrevista el sociólogo.
El autor de La era del vacío considera que algunas de las consecuencias de una sociedad basada en la seducción, afectan a aspectos tan diversos de nuestra vida cotidiana como la educación o el cambio climático.
«Tenemos que hacer una revolución cultural, realizar o encontrar una nueva síntesis, entre la educación anterior (que no es aceptable) y ese universo de seducción, debemos buscar un equilibrio que permita a los padres realizar su función y al colegio hacerlo correctamente.
»Tenemos actualmente estudiantes que llegan a la universidad que escriben de mala manera, que no tienen el cuadro intelectual suficiente porque el colegio ha derivado en un colegio demasiado laxo. Y como segunda gran consecuencia tenemos evidentemente el desastre ecológico. Hay ahí un gran problema que no ha terminado porque si todos los consumidores consumen en el planeta como los americanos, los europeos, no es posible, el planeta no podría soportarlo. A lo largo del próximo siglo, no muy lejos, en treinta años, seremos casi 10 mil millones en el planeta. No se podrá consumir todos de la misma manera. La otra consecuencia que es más bien una paradoja, es que esta sociedad de seducción no es divertida para nada, no es alegre, por doquier la gente tiene miedo, la desconfianza en la clase política, la inseguridad, el malestar de la gente, la depresión. La sociedad de seducción marcha hacia la seducción, las imágenes, los objetos, todo eso es muy seductor pero el resultado final es una sociedad extremadamente ansiosa y donde la gente en el fondo tiene miedo.»
Lipovetsky considera que una parte de la solución está en la innovación.
«Yo no pienso que haga falta acabar con la seducción, debemos reinventarla, reinventarla con la inteligencia, la cultura y el arte. Es posible conciliar seducción y ecología. Podemos continuar haciendo cosas bellas, necesitamos bellos inmuebles, bonitas casas, coches, que no perjudiquen al ecosistema.»
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Imagen de portada tomada de El Espectador