Rafael Juan Meraulyock, el charlatán del siglo XIX

Por Victor Gaspar (@gaspar_victor)

Distrito Federal, 16/01/13, (N22).-  
En agosto de 1879 un curioso personaje suizo llega al Puerto
de Veracruz a bordo de un buque francés, procedente de Sudamerica. Se trata de Rafael Juan Meraulyock. Un mes después llega a la Ciudad de México y comienza a
inundar las calles con su publicidad. El 25 de octubre la «leperada» se arremolina
en torno suyo mientras él saca muelas y vende sus menjurges. Su apellido, Meraulyock, dará origen al vocablo merolico. Tal fue el revuelo que el
periodista Filomeno Mata publica en 1880 Memorias de merolico que ahora aparece
en una reedición facsimilar a cargo de Jesús Guzmán.
«El libro inicia con una introducción en la que el señala su
estancia en su tranquila Suiza, de cómo dice que ese ambiente apacible a él no
le daba, porque él era un aventurero, un trotamundos, un vagamundo. Se sale de
esa tranquila Suiza, se va a París, enamorado, dicharachero, le birla la novia
incluso al tío, anda con la amante del tío. Al tío le birla la novia y le birla
el dinero hasta que el tío se entera, se pelean», explicó el autor del libro.
De origen judío  Meraulyock tenía cabellera rubia, largos
bigotes, y una espesa barba que le caía sobre el pecho en donde solía colgarse
numerosas medallas. Vociferaba su conocimiento sobre el magnetismo y la ciencia
del siglo XIX. En la primera parte del libro se relata su derrotero en la
ciencias y artes de las que se proclama maestro para después narrar su aventura
en México.
«(El libro) tiene pasajes espectaculares sobre la mujer, qué es la
mujer mexicana, esta mujer honesta, virtuosa pero que es muy aburrida para las
cuestiones del placer, de la entrega del cuerpo. Trata de los teatros y cómo se
vive la presencia cotidiana en los teatros, cómo juega la sociedad mexicana con
esta ilusión de los teatros. Trata con palabras muy especiales su opinión sobre
los diputados, sobre el congreso. Dice que los diputados no sirven para nada,
que él hace más feliz a la población con sus medicinas, con sus bálsamos
milagrosos, que los diputados con sus promesas», agregó.
«Pese a  que recordarnos a personajes de ficción literaria como El cándido  de Voltaire, Rafael Juan Meraulyock es una síntesis de la realidad y
la fantasía», afirmó Jesús Guzmán.
«Se ha tendido a verlo como una novela, algunos de los
literatos que -y hablo de literatos modernos que de una u otra manera han
conocido esa edición de 1880, y les ha llegado alguna referencia de 1880, dicen ¡ah! es una novela que escribió José Negrete, un periodista muy reconocido en la
época. Yo no he encontrado ningún indicio de que sea una novela de Negrete.
Pero sobre todo, he encontrado que es un personaje comprobable, es un personaje
de carne y hueso, es un personaje histórico de una u otra forma», concluyó.
Memorias de merolico 
aparece bajo el sello editorial Los Reyes.
Imagen:http://bit.ly/WJOMdO
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