- Andrián S. Bará realizá en Casa Vecina un happening donde las rampas y las patinetas son los objetos principales
Por Leslie Varela
Esto muy bien lo sabe Andrián S. Bará, creador del proyecto «Rock and Roll»¸ que se exhibe en la Casa Vecina, en el Centro Histórico. En ella, el artista presenta el skateboarding como expresión artística desde el punto de vista del arte contemporáneo.
La muestra está conformada por instalación, fotografía, paint happening y fanzine. El artista mexicano nos explica en entrevista en qué consistió su proyecto.
-¿Por qué el skateboarding?
-Para mi el skateboarding significa expresión, para mí es arte, porque hay movimientos, hay geometría, por ejemplo para aterrizar, debes tener un pensamiento científico autodidacta que visualizas, hay ideas; es un deporte que he practicado por algunos años, es algo que me gusta. Es un deporte que te hace liberar mucha energía, hay chavos que lo ven como su estilo de vida, hay muchos chavos que tienen problemas como todo el mundo, y tú ves que van al skatepark y se olvidan de todo y lo sacan en una sesión.
Creo que el skateboarding te da herramientas para vencer límites, miedos, y una cierta herramienta de independencia, de no esperar que la gente haga las cosas por ti, sino de hacerlas a tu manera y como puedas. Es una herramienta para vencer tus límites, puede ser un truco que intentas, te caes y te caes, te lastimas, pero ahí estás, lo sacas o no lo sacas e intentas otro, y sigues, creo que puedes llegar a aplicarlo a tu vida diaria.
-¿Cómo se te ocurrió el título para esta exposición, «Rock and Roll»?
-El «Rock and Roll» es un truco en el skateboarding. El proyecto que desarrollamos tiene como idea principal mostrar el skateboarding desde otro ángulo, no como un deporte urbano, sino como una expresión artística, que podría compararse con un happening. De hecho, tratamos de relacionarlo mucho con el action painting; hice una investigación sobre esta subcultura y la forma de cómo se relaciona este grupo de personas en espacios específicos, en un contexto como son los “skateparks”, en el que se desarrollan entre ellos mismos y con la sociedad. Por otro lado, «Rock and Roll», de alguna manera, es un juego de palabras, hace referencia a la música, que por sí sola atrae y uno de los trucos del skateboarding”.
«Rock and Roll» es un proyecto que consistió en etapas, la primera de ellas relacionada a dos instalaciones de rampas para patineta en diferentes espacios, una dentro de Casa Vecina, y la otra en el atrio del templo San Francisco, a un costado de la Torre Latinoamericana, ambas intervenciones se realizaron entre los meses de octubre a diciembre.
-La segunda etapa, en la que continúa la exhibición de tu obra hasta febrero de este año en “Casa Vecina. Platícanos de la primera etapa:
-El proyecto comenzó con la instalación de una pieza que hicimos, yo le llamo, obra escultórica. Fue una mini rampa que diseñamos, la pusimos a vitrina, la rampa se podía ver a manera de escaparate desde la calle; la idea era que la gente interactuara, patinara, que pasaran un rato aquí. Para esto yo comencé a patinar, la gente se asomaba por la ventana, los invitaba a pasar, luego solito comenzó a pasarse la voz de que se patinaba dentro de un edificio. Vino mucha gente, sobre todo, los viernes y sábados, después, los propios vecinos de la zona comenzaron a curiosear, porque no entendían lo que estaba ocurriendo. También los invitábamos a pasar, al final los invitábamos a ver la exposición, que pasaran al Centro de Documentación donde se proyectaron documentales relacionados con el skateboarding. También traje material con el que trabajo, quería mostrar a los skaters y a los espectadores que el skateboarding es más que un deporte, que lo vieran desde otro punto de vista.
-¿Cómo fue recibido tu proyecto?
-Se detonó una energía bastante padre, el espacio generó convivencia, se compartieron ideas, experiencias, fue un experimento el que hicimos; vinieron bastantes personas de distintas partes del Distrito Federal y el Estado de México; también hicimos una serie de demostraciones en el que invitamos a la gente para que viniera a patinar. Otra parte del proyecto consistió en una serie de talleres gratuitos que dimos, uno fue de fotografía skateboarding impartido por Miguel Ángel Virgen, y otro fue un curso de fanzine, «Do it yourself» con un artista que se llama Miguel Maza. Esos talleres fueron parte del proyecto, vino bastante gente, y tuvo bastante éxito.
Fue así como reunimos todo el proceso, todas las vivencias y experiencias que surgieron del patinar dentro de una instalación y dentro de la zona, la diferencia con la instalación en el atrio, es que pienso que en Casa Vecina la experiencia fue más personal, porque el espacio es más pequeño, y en el atrio fue más público, fue más de demostración.
-¿En qué consistió el action painting al que haces referencia en tu obra?
-Se trata de un técnica que realicé con policarbón, que coloqué en el medio tubo de la rampa, sobre hojas blancas en el que se fue marcando a la rutina de los chavos. Si te fijas es una especie de huella, son como retratos, porque depende del estilo, tipo de llanta, tipo de patineta. Lo marcan de distinta manera, entonces, es también como un autorretrato.
La obra de Andrián S. Bará se enmarca dentro del movimiento minimalista y abstracto, utiliza formas geométricas y colores llamativos como el azul, el rojo y negro. Su obra incita a acercarnos al skateboarding desde una perspectiva artística, en ella mezcla la fotografía, la pintura, y el cine. Andrés S. Bará (Ciudad de México, 1982) estudió cinematografía en Vancouver Canadá, ha realizado algunas colaboraciones cinematográficas, fotografía; desde hace cuatro años se ha involucrado de tiempo completo a la creación en Arte Contemporáneo, actualmente está terminando el programa residencias artísticas 2012 “Extudio Extendido” que anualmente concede la Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Casa Vecina se ubica en el Callejón de Mesones # 7, esquina Regina, Centro Histórico de la Ciudad de México.
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