Por Irma Gallo (@irmagallo)
Distrito Federal, 01/02/13, (N22).-
Lo mejor de mí mismo lo construye
mi deseo de ti. Ven, poesía,
y déjame contigo la
alegría
alegría
y el color que tu mano distribuye.
Nacido en Córdoba,
Veracruz, en 1923, el poeta y traductor Rubén
Bonifaz Nuño, fue Premio Nacional de Literatura y
Lingüística, Premio Jorge Cuesta y Premio Iberoamericano de Poesía
Ramón López Velarde.
Veracruz, en 1923, el poeta y traductor Rubén
Bonifaz Nuño, fue Premio Nacional de Literatura y
Lingüística, Premio Jorge Cuesta y Premio Iberoamericano de Poesía
Ramón López Velarde.
Aunque estudió
la carrera de Derecho, pronto la abandonó por una fuerte vocación
a las letras, e hizo su doctorado en Arte y Cultura Clásica.
la carrera de Derecho, pronto la abandonó por una fuerte vocación
a las letras, e hizo su doctorado en Arte y Cultura Clásica.
En 1945 publicó
su primer libro, La muerte del ángel,
al que le siguieron
otros como Los demonios y los días,
El manto y la corona, El siete de espadas, El ala del tigre y Tres
poemas de antes.
su primer libro, La muerte del ángel,
al que le siguieron
otros como Los demonios y los días,
El manto y la corona, El siete de espadas, El ala del tigre y Tres
poemas de antes.
Fue investigador y
traductor de los clásicos, como Virgilio, Ovidio y Cicerón.
Una de sus traducciones más reconocidas fue La Eneida, en 1973.
traductor de los clásicos, como Virgilio, Ovidio y Cicerón.
Una de sus traducciones más reconocidas fue La Eneida, en 1973.
Eduardo Lizalde y
Octavio Paz reconocieron el valor de su poesía.
El Premio Nobel mexicano dijo: «leo los límpidos
poemas de Bonifaz Nuño y oigo, al través
de cada verso y cada estofa, los pasos del tiempo que pasa y regresa y vuelve a
pasar. Al oírlos, veo cada uno de esos poemas como
un árbol que arde, llama verde en la transparencia del otoño».
Octavio Paz reconocieron el valor de su poesía.
El Premio Nobel mexicano dijo: «leo los límpidos
poemas de Bonifaz Nuño y oigo, al través
de cada verso y cada estofa, los pasos del tiempo que pasa y regresa y vuelve a
pasar. Al oírlos, veo cada uno de esos poemas como
un árbol que arde, llama verde en la transparencia del otoño».
En 1962 Rubén
Bonifaz Nuño también
fue elegido miembro de número de la Academia Mexicana de la
Lengua, pero renunció en 1996.
Bonifaz Nuño también
fue elegido miembro de número de la Academia Mexicana de la
Lengua, pero renunció en 1996.
El poeta también
fue un destacado académico, fundador del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la UNAM, y miembro de El
Colegio de México.
fue un destacado académico, fundador del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la UNAM, y miembro de El
Colegio de México.
Publicó
su último libro, Calacas,
en 2003, a los 80 años de edad. Todos los poemas están
dedicados a la muerte:
su último libro, Calacas,
en 2003, a los 80 años de edad. Todos los poemas están
dedicados a la muerte:
Qué ganas de ponerte
freno,
freno,
de estarse un día sin tu abuso;
de mandarte, y de que hicieras caso:
engarróteseme ahí,
Pelona.
Pelona.
Pero como el heno, a la mañana,
verde, seco a la tarde, es este
camino en tranvía sin paradas.
Rubén
Bonifaz Nuño murió
el 31 de enero de 2013 en la Ciudad de México, a los 89 años
de edad.
Bonifaz Nuño murió
el 31 de enero de 2013 en la Ciudad de México, a los 89 años
de edad.
Imagen http://bit.ly/UKfjv7
13MAG