- Ediciones B volverá a lanzar el libro que narra la historia entre estos dos colombianos, desde los tiempos en que ninguno sabía si sus literaturas tendrían éxito
CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).-
“Cuando recién conocí a Gabriel
García Márquez no fuimos amigos, porque a mí me pareció un ser extraño: le hizo
una propuesta a la camarera y le puso la mano en el trasero. Yo era un niño
tímido que estaba criado en un mundo totalmente opuesto al suyo; ahí se notó la
diferencia del niño de Bogotá y el muchacho que venía de la costa”, recordó
Plinio Apuleyo en entrevista con la Agencia N22, a propósito de la reedición de su libro, en el que habla sobre sus experiencias al lado del premio Nobel de literatura 1982 .
García Márquez no fuimos amigos, porque a mí me pareció un ser extraño: le hizo
una propuesta a la camarera y le puso la mano en el trasero. Yo era un niño
tímido que estaba criado en un mundo totalmente opuesto al suyo; ahí se notó la
diferencia del niño de Bogotá y el muchacho que venía de la costa”, recordó
Plinio Apuleyo en entrevista con la Agencia N22, a propósito de la reedición de su libro, en el que habla sobre sus experiencias al lado del premio Nobel de literatura 1982 .
Con un tono irreverente pero
simpático, Plinio Apuleyo es el autor de Gabo.
Cartas y recuerdos, reedición de un libro que ahora incluye once cartas
inéditas y una colección de fotografías, en donde el
escritor colombiano aparece con Mario Vargas Llosa y José Donoso.
simpático, Plinio Apuleyo es el autor de Gabo.
Cartas y recuerdos, reedición de un libro que ahora incluye once cartas
inéditas y una colección de fotografías, en donde el
escritor colombiano aparece con Mario Vargas Llosa y José Donoso.
“El libro es como una especie de memorias
-algo muy íntimo- que va pintando a ese Gabo que pocos conocen: él que
intentaba escribir sin saber si tendría éxito o no, siempre con mucha inquietud
y dificultades”, recordó el ex director de la agencia de noticias Prensa Latina.
-algo muy íntimo- que va pintando a ese Gabo que pocos conocen: él que
intentaba escribir sin saber si tendría éxito o no, siempre con mucha inquietud
y dificultades”, recordó el ex director de la agencia de noticias Prensa Latina.
Descrito como un pésimo
estudiante que se la vivía en cantinas, Apuleyo se quedó con la imagen de
Gabriel García de la década de 1940, que lo relata como un caso perdido, pero con
talento. “Cinco años después nos reencontramos en París. Lo invité a cenar a un
restaurant y cuando salimos del lugar, el boulevard Saint-Michel estaba
cubierto de blanco. En ese momento apareció el personaje que durante tiempo
escondió: un hombre de la costa espontáneo que al ver la nieve corría, saltaba
y se caía. Ahí supe que sí podíamos ser amigos”, enfatizó el periodista
colombiano.
estudiante que se la vivía en cantinas, Apuleyo se quedó con la imagen de
Gabriel García de la década de 1940, que lo relata como un caso perdido, pero con
talento. “Cinco años después nos reencontramos en París. Lo invité a cenar a un
restaurant y cuando salimos del lugar, el boulevard Saint-Michel estaba
cubierto de blanco. En ese momento apareció el personaje que durante tiempo
escondió: un hombre de la costa espontáneo que al ver la nieve corría, saltaba
y se caía. Ahí supe que sí podíamos ser amigos”, enfatizó el periodista
colombiano.
La crisis económica que redacta
el autor en Vivir para contarla a
principio de su carrera, Plinio la cuenta desde sus recuerdos: “Me convertí en
su protector, porque lo invitaba a almorzar, yo sabía que no
tenía ni un centavo”. Durante sus primeros años en París, Gabo era el
corresponsal del diario colombiano El
Espectador, en esa época el escritor pasó hambre mientras escribía El coronel no tiene quien le escriba.
el autor en Vivir para contarla a
principio de su carrera, Plinio la cuenta desde sus recuerdos: “Me convertí en
su protector, porque lo invitaba a almorzar, yo sabía que no
tenía ni un centavo”. Durante sus primeros años en París, Gabo era el
corresponsal del diario colombiano El
Espectador, en esa época el escritor pasó hambre mientras escribía El coronel no tiene quien le escriba.
La historia de cómo llegó a la fama
García Márquez, es contada a través de la correspondencia que mantenían y que posteriormente
el hijo de Gabo, Rodrigo, autorizó para que se publicaran las cartas sobre el
trabajo literario de su padre. “El libro es toda una historia del joven pobre y
desconocido que yo conocí muy bien. Él siempre siguió escribiendo hasta que se
hizo famoso con su libro Cien años de
soledad.
García Márquez, es contada a través de la correspondencia que mantenían y que posteriormente
el hijo de Gabo, Rodrigo, autorizó para que se publicaran las cartas sobre el
trabajo literario de su padre. “El libro es toda una historia del joven pobre y
desconocido que yo conocí muy bien. Él siempre siguió escribiendo hasta que se
hizo famoso con su libro Cien años de
soledad.
“Naturalmente la fama cambia a la
gente. Sin embargo, con los viejos amigos que leíamos en primer término sus
manuscritos, la amistad nunca ha cambiado. Nosotros creemos que no vive muy feliz
con la fama, porque ésta lo abruma”, aseguró Plinio.
gente. Sin embargo, con los viejos amigos que leíamos en primer término sus
manuscritos, la amistad nunca ha cambiado. Nosotros creemos que no vive muy feliz
con la fama, porque ésta lo abruma”, aseguró Plinio.
El también embajador de Colombia
en Italia y Portugal le leyó el primer capítulo de Gabo. Cartas y recuerdos, entonces “Gabo soltó la carcajada. Le mandé todo el libro
antes de publicarlo”. Después de que la lectura contara con la aprobación y los
ajustes pertinentes del escritor, la publicación se editó por primera vez en
2002.
en Italia y Portugal le leyó el primer capítulo de Gabo. Cartas y recuerdos, entonces “Gabo soltó la carcajada. Le mandé todo el libro
antes de publicarlo”. Después de que la lectura contara con la aprobación y los
ajustes pertinentes del escritor, la publicación se editó por primera vez en
2002.
Durante el relato, Apuleyo cuenta
cómo fueron sus viajes juntos a los países comunistas. “Fuimos detrás de un
sueño, porque nos parecía que el socialismo era una cosa ideal, nos metimos en
Alemania Oriental, Polonia y la Unión
Soviética”.
cómo fueron sus viajes juntos a los países comunistas. “Fuimos detrás de un
sueño, porque nos parecía que el socialismo era una cosa ideal, nos metimos en
Alemania Oriental, Polonia y la Unión
Soviética”.
Apuleyo Mendoza mencionó que lo más emocionante del libro es el final. “Gabo escribió: ‘Ya sé que tú estás escribiendo
sobre mí. Vas a decir que yo tenía todo planeado. Nada, yo sólo empujaba el
carro y quería ver hasta donde llegaba’. Y al final hace una confesión: ‘Yo
vivía muerto de miedo por lo que podía ocurrirme y ahora vivo muerto de miedo
por lo que me ha ocurrido”, finalizó Plinio Apuleyo.
sobre mí. Vas a decir que yo tenía todo planeado. Nada, yo sólo empujaba el
carro y quería ver hasta donde llegaba’. Y al final hace una confesión: ‘Yo
vivía muerto de miedo por lo que podía ocurrirme y ahora vivo muerto de miedo
por lo que me ha ocurrido”, finalizó Plinio Apuleyo.
La primera semana de marzo, Gabo. Cartas y recuerdos llegará a
México bajo el sello de Ediciones B.
México bajo el sello de Ediciones B.
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