La periodista ecuatoriana Isabela Ponce encabeza este proyecto junto a su equipo en el medio GK. Un directorio que visibiliza la experiencia de voces femeninas en varias materias para ser consultadas
Ciudad de México (N22/Ana León).- De acuerdo a información dada a conocer por el reporte “Who makes the news”, sólo el 27 % de las consultas a fuentes hechas por medios de comunicación en América Latina se hace a mujeres. De acuerdo a cifras de las Naciones Unidas, el porcentaje de la población de mujeres en el mundo es del 49.5% frente a un 50.5% que corresponde a los hombres. ¿Por qué entonces si somos casi la mitad de la población la consulta a fuentes especializadas de mujeres es tan baja? La pregunta se la hicieron la periodista ecuatoriana Isabela Ponce y su equipo en GK, un medio de comunicación del mismo país. Luego, se sumó el conocimiento de un directorio de especialistas mujeres en diversas disciplinas hecho en Francia. Frente a este dato, investigaron y supieron que había uno hecho también en Sudáfrica. En consecuencia y paralelo a sus cuestionamientos y con base en la experiencia de la misma Isabela y de su equipo como periodistas, se dieron a la tarea de crear Voces Expertas, un directorio latinoamericano de mujeres especialistas.
Una herramienta necesaria en la región y en países como México donde se ha hecho común y tema de crítica, sobre todo en redes sociales, el hecho de que paneles sobre aborto o el derecho a decidir de las mujeres sobre su cuerpo o incluso el feminismo, se analice sólo desde voces masculinas; también es común mesas de Ferias de Libro o talleres sobre escritura con un cartel con únicamente ponentes hombres, o artículos sobre temas varios donde los únicos consultados son expertos y no expertas. En el caso del periodismo en nuestro pías, el más peligroso para ejercer esta profesión y en donde se matan a diez mujeres cada día, hacer periodismo con perspectiva de género no sólo es necesario, sino urgente y no sólo desde el abordaje y la narrativa de las historias que se cuentan o la manera en que se nombran los hechos, sino también desde las voces que hablan y opinan al respecto. Es por ello que un proyecto como éste es tan pertinente.
Para conocer más sobre éste, charlamos vía zoom con su creadora, Isabela Ponce.
Eres una periodista con un largo camino ya recorrido y notas que las mujeres en América Latina son menos consultadas como fuente por los medios en la región. Como escriben en su página, sólo el 27% de estas consultas son mujeres, de acuerdo a lo reportado por la encuesta Who makes the news. ¿Con qué causas relacionas esta brecha de consultas, cuál es la razón para que mujeres expertas en diversos temas no sean consultadas en la misma medida que sus pares masculinos?
Tiene que ver con la cultura en la que vivimos que es mucho más centrada en el hombre y la palabra que no me gusta es la de patriarcado, pero es eso. Tiene que ver con la crianza, con la educación en casa y con la educación formal. Ponte a pensar cuando estabas en la escuela, en el colegio o en la universidad, cuando tenías lecturas en las clases, ¿a cuántas mujeres leíste? Va por ahí, poder reconocer e ir hilando eso y darte cuenta ya en la adultez, en un proceso personal, no sé si decir profundo, pero sí digo personal, porque me parece que cuando uno descubre o entiende realmente qué es el feminismo o qué es la igualdad, de repente empiezas a hacerte estas preguntas y a partir de ahí a tomar decisiones y decir: “el evento histórico X”, pero ¿por qué no hay ninguna mujer? Y no es que no había, solamente que no están contadas esas historias; como en la literatura o la Historia, con hache mayúscula.
Tiene que ver con un contexto amplio que es cultural, que es social y es esa incapacidad de darnos cuenta. Lo que hace el directorio es decir: mira, aquí está, no es que no existe, no es que sea difícil, solamente que no lo has pensado.
Y también a cuánta gente le hace ruido —que es cada vez más, pero sigue siendo poco— leer algo donde hablen siete entrevistados hombres o vayas a un panel y sean todos hombres.
La razón es estructural, es un machismo estructural.
Llevas muchos años ejerciendo el periodismo, ¿en qué momento de tu carrera te planteas esta idea, el decir: necesitamos un directorio de este tipo para que entonces no exista una razón para que no haya voces especializadas de mujeres dentro de las consultas de periodistas o de medios de comunicación?
Sinceramente no es una cosa de epifanía, o sea, sí tiene momentos específicos que te puedo contar. En GK como parte de la política editorial y también como algo que está bastante medular, es el tema de género. No va solamente en producir los contenidos de género como organización. Nosotros somos dieciocho personas y en los cargos de liderazgo somos seis mujeres y un hombre. Es una cosa que no es que se dice, sino que se va promoviendo, se va practicando y se va observando.
En el caso de las fuentes, al comienzo era una cosa mucho más esporádica, una cosa más informal. Y, en paralelo, esta cobertura de género desde diferentes capas, desde la desigualdad, desde violencias muy fuertes hasta temas laborales. Voces es una cosa que junta las dos. Pero la historia de cómo se concreta no es tan mágica y es haber conocido de cerca un proyecto muy similar en Francia: la editora de política de acá fue a un viaje de invitada y le enseñaron el proyecto y cuando regresó, dijo “miren, vi esto” y fue como “wow, cómo no se me había ocurrido”; lo hacíamos de manera esporádica. Enseguida hicimos una verificación a ver si había en Ecuador y dónde había, y vimos iniciativa de los paneles e iniciativas sueltas en algunos países y bueno ese directorio, a parte de Francia, nos dimos cuenta que un mes después lo lanzaron en Sudáfrica. Sé que Inter News tiene una organización de medios también, o sea, hay iniciativas así. Aquí se alinea súper bien, pero no había exactamente eso que necesitamos. Y lo necesitamos porque es una cosa directamente práctica. Eso es lo que yo quiero que se entienda. También entiendo que puede ser un ejercicio de exposición para mujeres que quieren ser escuchadas. Pero para nosotros, para los periodistas, es súper práctico, es súper útil. Tienes ahí una guía telefónica versión digital y violeta. Es un espacio para poder juntar todo eso. Todavía estamos en el proceso de ver cómo unimos fuerzas con otros espacios existentes.
Hay también entiendo un ejercicio, entiendo, no sólo de hacer periodismo con perspectiva de género sino también de que las fuentes mismas de consulta sean en sí mismas un ejercicio de perspectiva de género, porque desde que consultas a una mujer la narrativa del tema que se está abordando cambia totalmente.
Totalmente. Como te decía, una cosa es hacer un tema sobre género, un caso sobre violencia, y otra cosa —y cuanto digo otra cosa es que puedes separarlas, pero al final va todo transversal—, otra cosa es hablar de los protocolos de violencia dentro de una redacción. Hay gente que dice, pero en este medio la mayoría son mujeres, pero si todas las mujeres están en los cargos más bajos, no es tan sencillo. En el tema de lo de las fuentes es claramente acortar esa brecha. La cifra que decías al inicio en el último estudio es del 27%, de todas las cosas que se publican, las noticias que se hacen en América Latina, el 27% consulta mujeres. Entonces, te das cuenta que no tiene sentido. Por supuesto que el ejercicio es parte de esta igualdad, además de todo lo que se puede hacer desde el periodismo.
También es un mapa de historias, no sólo de ellas como profesionales en un tema X, sino de su misma historia. Cómo llegaron a ser esas profesionistas. Cuéntame un poco cómo fue el mapeo de todas ellas, cómo reunieron esta primera entrega de este directorio, cómo las contactaron y cuál es la dinámica para seguir nutriéndolo.
El ejercicio del mapeo es un ejercicio colaborativo, directamente. Nosotros lanzamos un formulario, lo lanzamos en enero. Y el formulario tiene los datos personales y es muy importantes que quede claro para ellas que va a ser público, que la información que está es para que te contacten. Porque también podemos entender que hay suspicacias o detalles, porque como hay muchas mujeres que no son consultadas por medios, se les puede hacer raro tener este registro público del mail o del teléfono.
El formulario, fue un formulario de Google Forms, muy sencillo, fácil de usar. Eso obviamente arroja una base. De esa base, hay una parte que es narrativa, entonces esa parte tomó más tiempo de editar. Nos tocó enviar correos, más de cien, ciento cincuenta, de uno a uno pidiendo la actualización de esa información. Y al momento que lanzamos la base, que salió con 270, en ese entonces ya había más de 150 que no habíamos incluido en el primer corte porque no habían respondido a esos correos de actualización. Es un trabajo muy minucioso para que tenga un nivel mínimo de lo que ha hecho y también que se incluyan hipervínculos: publicaciones académicas o de artículos, si tuviesen. Toda la cosa que te puedes imaginar que hay que verificar y preguntar.
Hay un proceso de la identidad gráfica que cuidamos mucho, la estética, que sea bonito, legible, atractivo, que provoque leer, así sea un directorio. Ese fue el tiempo que más nos costó porque… porque coronavirus. Vino enero, se empezó a llenar la base y dijimos que la íbamos lanzar en marzo y fue imposible. Y la semana pasada, o sea en julio, se lanza. Seis meses, yo diría, seis meses y medio. Hay equipos interdisciplinarios que trabajan como arte, programación, reportería y edición.
Lo lanzamos y hubo un montón de gente que dijo, “pero yo no estoy, yo llené”, pero no contestó a tiempo. O “quiero cambiar mi foto” y no la puso al inicio. Todas esas cositas toman un montón de tiempo.
Ahora tenemos muchas más. Ahora, el proceso va a ser el mismo: contactar lo que haya que contactar. Lo que estamos haciendo ahora semanalmente es revisar un número específico y subiendo cada semana. Ahorita son mujeres latinoamericanas, pero también tenemos los casos de mujeres que no son latinoamericanas, pero viven en América Latina y preguntan, y no podemos tampoco decir no. Y también hay mujeres españolas. Yo quisiera hacer del mundo, pero más bien creo que el siguiente paso, y eso es un proyecto para de aquí a un año o más, porque es muy ambicioso, es traducir para que tenga acceso a periodistas de afuera. Para que tenga su versión en inglés.
De qué países recibieron mayor respuesta. Y también, ¿aceptan todos los perfiles?
Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Bolivia, Surinam, Guyana, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, México, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Panamá y Belice, España, EEUU, Alemania, Reino Unido. No vi algún país que no esté de toda América Latina, me atrevería a decir que también la región andina como un peso más fuerte y muchas argentinas también. Tiene que ver con cómo se fue expandiendo el directorio y pensando un poco en quienes al inicio no entendían mucho de qué se trataba contestar el formulario; creer que era un tema de feministas y no acceder.
Los perfiles, como es crowdsourced (un ejercicio colaborativo) nosotros verificamos. Si nos llega un perfil que tiene llena una de diez cosas, igual escribimos, pero como tiene las redes sociales, puedes verificar que existe ese perfil. Creo que más que el problema de falsificación de identidad o algo así, el problema puede ser contar la mitad de la historia. Suponte: si dice ahí como “abogada en Derechos Humanos, experta en género y esa persona es todo eso, pero actualmente es asambleísta de un país y de un partido político… no tengo que decir ni complicado, un partido político y punto. Eso es complejo.
A veces también, son pocos los casos, pero justo por esta educación y esta estructura patriarcal, las mismas mujeres no sienten la seguridad de emitir una opinión, aunque la tengan, aunque sean especialistas y dan un paso atrás cuando quieras consultarlas.
Completamente de acuerdo. Tú al inicio me preguntaste ¿por qué los periodistas no consultamos?, pero también está el otro lado: ¿por qué las mujeres no hablan o hay algo ahí? Hay un abanico de respuestas para eso. Pero hablemos de una. Hablemos del tiempo de la mujer. Hablemos de una mujer que puede tener un trabajo remunerado y hacer la cosas de la casa y si es mamá, tiene que cuidar a los hijos. O sea, tiene mucho menos tiempo para ser llamada y consultada. Así de evidente. Luego, también está este temor de equivocación o a ser señalada. El escrutinio para las mujeres siempre, no tengo que decirlo, es cien veces mayor. Creo que el ejemplo más claro y más pop es el ejemplo de la política. Si una mujer va y da un discurso, no importa qué dijo, importa el pelo cómo lo llevaba y la ropa.
También está la parte cultural de la mujer de decir, yo la verdad de eso no sé, no soy experta, cuando los hombres, en el otro extremo, se creen que saben de todo cuando realmente no saben tanto. Es una cosa de cultura, de crianza, social, tiene todos esos componentes que hablamos al inicio.
Toda esta información que están recabando tú y tu equipo de trabajo no sólo va a poner sobre la mesa una lista de expertas, de voces de especialistas, sino que también va a revelar muchas dinámicas alrededor de patrones culturales, qué mujeres y de qué países alzan más la voz, dicen “yo quiero opinar” y sumado a las métricas que ustedes van a publicar, va a ser un ejercicio muy completo.
Creo que a nivel académico puede ser muy jugoso. No es mi foco o mi campo. Yo te dije algo al inicio, pero sin ese contexto, te hablé de Argentina, tiene ese contexto, hay muchas mujeres empoderadas. Pero no hay que olvidar también que depende de la difusión del directorio, nunca va a ser igualitario, pero la cosa es que sea orgánica.
Pienso mucho, no lo digo tanto alrededor de este proyecto porque me parece que el proyecto habla por sí solo, pero el tema de la sororidad y las cosas que se generan a lado me parece muy bonita, pero creo que si empiezo a calificarlo de tal o cual manera, puede ser innecesario. No quiero ponerle un peso ni académico muy fuerte, ni complejizar algo o llevarlo… tú sabes que si yo digo la palabra feminismo hay gente que cree que estoy hablando de activismo. Simplemente son mujeres especialistas. Acá, hay mujeres súper variadas porque son mujeres profesionales y puede haber mujeres que incluso digan “yo no soy feminista”.
Hay material allí para generar nuevo contenido. Y seguramente vamos hacer algo de contenido alrededor de Voces Expertas. Yo lo he pensado más en métricas, pero hay varias cosas que se pueden lograr.