En el monte Ekeberg se despliega este espacio que igual contiene obras de Damien Hirst, Louise Bourgeois y Botero
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- El monte Ekeberg es fundamental para entender la historia de Noruega desde la antigüedad, también es importante para el deporte. Aquí hay un parque escultórico con obra de artistas como Damien Hirst, Louise Bourgeois y Botero, entre otros.
Desde aquí se observa la nueva zona de desarrollo urbano en Oslo, la capital de Noruega, se llama Barcode y está en lo que antes era el solitario terreno en torno a la Ópera de Oslo. Ahora ahí se construye lo que va a ser el nuevo Museo Munch.
El monte Ekeberg está en uno de los límites sureste de Oslo, en su cima se han encontrado vestigios humanos, fragmentos de pedernal y cuarzo tallados que pueden ser del año ocho mil antes de Cristo. Aquí vivieron por milenios, los habitantes de la futura ciudad de Oslo. El monte Ekeberg es un centro de recreo desde 1889, hoy tiene algunas casas, centros de estudio, clubes deportivos, espacio para acampar, un museo y el Parque Escultórico creado en 2012, con inversión privada: las obras pertenecen al empresario y coleccionista noruego Christian Ringnes.
Reúne más de treinta obras de artistas como Renoir, Dalí, Sarah Lucas, el destacado escultor noruego Gustav Vigeland, que a principios del siglo XX creó el parque escultórico que lleva su nombre en Oslo y hasta el irreverente Paul McCarthy.
Se puede seguir el orden curatorial o simplemente apropiarse del espacio.
Nos encontramos con un homenaje de Jake y Dinos Chapman al fugaz e intenso movimiento artístico alemán, Tormenta e ímpetu, de fines del siglo XVIII, que puso la semilla de lo que después fue el Romanticismo.
La mitología noruega se esconde entre los árboles al encontrarnos a Huldra una mujer bella que en realidad es un troll y se roba a los hombres en la montaña, la escultura es de Dyre Vaa.
Desde este lugar se cuenta que Edvard Munch, sintió esa angustia que lo llevó a pintar El grito. Así se llama también la pieza de Marina Abramović, que invita al visitante a angustiarse y gritar.
Imagen de portada: Dilema, Elmgreen & Dragset