El sonido, elemento fundamental en el día a día, es la columna vertebral de los cuentos que dan forma a este libro de Cecilia Magaña que sale, en su segunda edición, bajo el sello Paraíso Perdido
Ciudad de México (N22/Ireli Vázquez).- Saber escuchar la voz, el sonido y los ruidos es una parte importante dentro de nuestra vida. Para la escritora mexicana Cecilia Magaña, éste es un elemento fundamental en el día a día y forma el eje central del libro Todos los ruidos del mudo, que acoge diez cuentos breves que más allá de la ficción, se pueden explicar como vivencias, y a través de la ambientación bien delineada de Cecilia nos pueden trasladar al lugar, todo a través del sonido que se describe en cada uno de ellos.
El escritor Mario Heredia lo explica bien; «La soledad, un accidente, el desamor, un embargo, un bazar, todo lo que pasa en este mundo puede convertirse en una gran historia gracias a Cecilia Magaña. Narradora sorprendente, su obsesión son los objetos, los detalles que logran convertirse en actores primordiales de sus relatos. Con habilidad desmenuza el interior de cada personaje y logra una sobrecogedora profundidad, nunca clara, siempre abierta a varias lecturas.»
Platicamos con la escritora, que ahora nos trae la segunda edición de Todos los ruidos del mundo, a través de la colección Árbol Adentro de la Editorial Paraíso Perdido, una colección joven dedicada exclusivamente al cuento que se pueden adquirir en línea a través de su página oficial.
¿Cómo surge la idea de hacer este libro?
Surgió cuando acababa de terminar una novela. Sé que los procesos creativos de cada persona son diferentes, pero a mí me sucede que cuando terminó un proyecto largo siento esta sensación de vacío, de duelo, y extrañaba a los personajes y la historia y no sabía qué hacer ante la situación, cómo si me hubiera quedado sin voz. A partir de esta sensación me propuse tal cual este tema, el tema de la voz, y empecé a escribir esta serie de cuentos; la ficción breve me permitía abordar distintos aspectos de la voz, algunos de los cuentos están inspirados en esta idea de la voz o encontrar la voz o la voz del pasado y entonces fui agarrando ese hilo conductor y eso fue lo que apoyó para realizar el libro
El título del libro me parece muy significativo en estos momentos, en los cuales al estar confinados en casa nos hemos encontrado con ruidos o sonidos que aunque siempre han estado ahí, ahora se nos han hecho más presentes que nunca, y otros a los que estábamos acostumbrados, pareciera que “no los extrañamos”, incluso llegamos a sentir una calma, ¿crees que tu libro pueda explicar ciertas partes de los sonidos a los que no estábamos acostumbrados y en otros a los que nos desapegamos?
Ésta es la segunda edición del libro, porque el libro originalmente fue editado en 2016 y que salga la segunda edición en este momento es muy loco porque pareciera que este fuera un muy buen momento. Me parece también, con este tema de los ruidos, la vida cotidiana está llena de ellos, lo que pasa es que siempre están ahí y los hemos bloqueado y ahora con este silencio al que nos vimos obligados por la cuarentena, pues abre los oídos a ellos. Pero también vuelvo al tema de la voz, creo que también es un momento en el que hay muchas voces, curiosamente, desde esta sensación de igualdad y de encierro ha habido una necesidad colectiva de hablar, de expresar y de buscar otras formas de encuentro.
Justo mencionas que el relato breve te permitió abrir tu mente, y no extrañar tanto el escribir.
Yo empecé escribiendo cuentos, entonces es un género que me gusta mucho, que quiero mucho y que me permite, a través de diferentes personajes, trabajar muchas facetas de un tema y, sobre todo, cuando se trata de una colección. Mientras que en la novela a lo mejor es difícil, es como un abordaje diferente porque lo sigues por medio de un mismo personaje, entonces la versatilidad que tiene una colección de cuentos me permitía lo que necesitaba en ese momento que era recuperar mi voz narrativa y también que antes de generar un proyecto nuevo y largo, como lo es una novela, a mí me sirve “tantear” en pequeñas historias y probablemente de una de esas historias surja o me dé para un relato más largo o para un proyecto de novela.
Algo que se puede leer en tus cuentos es que parecen ser experiencias propias, que no surgen tanto de la imaginación, y que pueden parecer experiencias que tú viviste, ¿cómo un escritor puede lograr esto?
Es muy chistoso, porque si alguien nos ve escribiendo, pueden decir que somos muy aburridos, que nada más estamos ahí frente a la computadora, mientras internamente están pasando muchas cosas. A mí me gusta mucho el género del cine, entonces lo que yo hago en las historias es que visualizo mis historias un poco como una película y dentro de una película hay una sensación de atmósfera, hay texturas y justamente hay sonido, y creo que una característica que tiene el sonido y que era muy importante en este libro, es que nos hace sentir ahí, es uno de esos sentidos que vuelven todo muy atmosférico.
La verdad es que hay algunos relatos o cuentos de este libro que surgen de pequeñas experiencias autobiográficas, uno las toma, las magníficas, y les metes un poco de ficción, a veces observo algo que no necesariamente me esté sucediendo a mí y me dispara toda una historia, pero que surja de algo real me da una serie de detalles. Creo que a lo mejor muchos de esos detalles que están ahí surgieron de estas pequeñas experiencias que uno va coleccionando.
Es curiosos, porque aunque nosotros escribamos la historia, siempre la otra parte la pone el lector, y se pueden mezclar tanto las historias del escritor como las del lector y así se hace una historia igual o diferente a la que está escrita.
Algo que sorprende en estos cuentos es que son anécdotas inciertas, donde si bien te atraen durante la lectura, justo cuando es el final éste no concluye, se queda abierto, el lector le da una interpretación ¿por qué hacer los cuentos así?
La verdad es algo que me gusta, dónde los lectores completen la historia, generalmente propongo finales relativamente abiertos para que el lector ponga la acción final, o hacia donde terminaría todo, me parece otra forma más de hacer partícipe al lector, aunque existen lectores a los cuales esto les genera mucha frustración, y aunque si es un final “abierto”, siempre hay una pista, y puede tratarse de un final “tramposo”, porque siempre se da una pista de hacia dónde va o cómo va a concluir.
Algo que me llama la atención de este libro es que los lectores pueden leer cada “capitulo” como quieran, sin necesidad de seguir el índice o el paginado del libro.
El género de cuento durante mucho tiempo era catalogado como que sólo le gustaba a los escritores, porque nos educaron a leer novela, y se asoció siempre el cuento con la literatura infantil, era como los cuentos para los niños y las novelas para los adultos, pero lo cierto es que en la vida cotidiana, el chisme de la oficina, la anécdota de la amiga todos son cuentos, son historias breves, porque estamos contando pequeñas historias, y como lectores no las consumimos, por eso durante mucho tiempo se privilegió a la novela. Pero también esta parte de la actualidad y las redes sociales nos han empezado a estimular la brevedad, hay una nueva mirada hacia el género de cuento.
¿Te hubiera gustado agregar más cuentos o con los que están plasmados en el libro son suficientes?
No, yo creo que no. Justo cuando Antonio Marts el director de Paraíso Perdido me propuso lanzar la segunda edición, me preguntó si quería modificar algo, y la verdad es que no, porque este libro pertenece a un momento de mi vida y como quedó y el testimonio que se le dio, agregarle algo no me agradaba mucho.
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