Una exposición de Rodrigo Hernández en la SAPS, en la que se combinan el futurismo, el cubismo, el realismo social, la escultura mesoamericana, entre otros, para revisitar la obra de Siqueiros
Ciudad de México (N22/Eréndida Lázaro).- ¿Qué escucho cuando escucho el discurrir del tiempo?, en esta exposición del artista mexicano, Rodrigo Hernández (1983), la premisa principal es la percepción del tiempo, no de manera lineal y progresiva como se aprende, sino rompiendo ese paradigma para concebirlo como una idea abstracta y colectiva.
La obra es parte de la Sala de Arte Público Siqueiros, se trata de la intervención de la fachada del museo y El Cubo, espacio que está al interior. En los murales se aprecian interacciones entre el espacio, el color y la perspectiva.
El recinto, que otrora fue la casa del pintor David Alfaro Siqueiros, está dedicado a preservar, resguardar y exhibir la obra y archivo del muralista, al tiempo que aloja proyectos relacionados con el arte contemporáneo.
La muestra, fue comisionada a Rodrigo Hernández con la finalidad de actualizar el legado artístico del recinto cultural, de igual manera funge como una nueva perspectiva de lo que ocurre con la pintura mural contemporánea.
Rodrigo Hernández estudió en La Esmeralda, en la Escuela de Bellas Artes en Karlsruhe, Alemania y en la Academia Jan Van Eyck en Maastricht, Países Bajos. Ha participado en distintas ferias de arte contemporáneo, como Zona MACO y ARCO. Destaca su trabajo en escultura y pintura y artes gráficas.
Curada por Michele Fiedler, son la escultura y la pintura los dispositivos que emplea para revisitar la obra de Siqueiros, con materiales como cartón, papel maché y metal.
La Sala de Arte Público Siqueiros se encuentra en Tres Picos 29, entre Hegel y Schiller, Polanco, Ciudad de México.