- «Rulfo entra en trance. Él tiene una serie de términos y experiencias psíquicas. Él no solamente tiene una técnica literaria, antes de una técnica literaria tiene una técnica psíquica que no hemos analizado a profundidad»: Yépez
- «Entonces yo veo a la obra de Rulfo en un sentido psicopolítico, no solamente estético, lo estético es solamente un instrumento para una renovación de la psique»
En el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, como parte del coloquio “El llano en llamas. 60 años: reflexiones multidisciplinarias”, el escritor y psicoanalista Heriberto Yépez propuso leer a Juan Rulfo como un constructor de universos, en una cosmogonía rectora que debe ser destruida. Al respecto platicamos con el escritor radicado en Tijuana, Baja California:
–¿Tienes una visión cosmológica de la obra de Rulfo?
-Sí, para un mexicano lo inmediato es ver la cosmología como una ley que atraviesa todo, así
como ocurre en el mundo maya o náhuatl, así también en Rulfo; sí está presente, todo está coordinado, hay un cosmos. Y a la vez en Rulfo hay una fisura de eso también, creo que por su contacto con el mundo indígena y por otras causas, también veo la posibilidad de que no hay un solo cosmos, sino muchos. Entonces esa lucha entre esas dos tendencias culturales le da estructura a la forma de Rulfo. La forma de Rulfo se trata, precisamente, de una cosmología que está siendo enfrentada por otras muchas cosmologías.
-¿Podríamos pensar que hay cielos y diferentes momentos del caos? ¿Hay diferentes tiempos (tiempos de creación, tiempos de dioses, tiempos de hombres) como nos dice Alfredo López-Austin en relación con la cosmogonía mexica?
-Sí y también creo que rebasa ese modelo. El modelo de López-Austin, que es un modelo extraordinario, es nucleico. Y en Rulfo vemos una especie de alteración, de no núcleo. Como Susana San Juan. Pedro Páramo nunca va a poder acceder a ella, porque Susana San Juan está en otra realidad; entonces ahí no hay una realidad nucleíca, porque ella escapa al poder de atracción de él, no puede ejercer poder sobre ella porque está en otra realidad. Y eso sucede en muchos lugares de la obra de Rulfo.
Otra cosa que me interesa de Rulfo es la terminología que usa Rulfo para entrar en trance. Él tiene una serie de términos y experiencias psíquicas. Él no solamente tiene una técnica literaria, antes de una técnica literaria tiene una técnica psíquica que no hemos analizado a profundidad en Rulfo y es lo que hoy quise hablar.
-Si tiene estas palabras para entrar en trance, ¿cuáles son las palabras con las que provocan el “trance” en el lector?
-Noté que se repite la palabra “Acuérdate”, “Acordemos” etcétera… “Acuérdate” aparece por todas partes de la obra de Rulfo, mi pregunta fue ¿qué significa? El cuento “Acuérdate” es la clave. En el cuento dice: acuérdate… y finalmente el personaje se cuelga. Entonces «recuerdo» aparece como «cuerda». Y las cuerdas en Rulfo son conexiones entre un ser humano y otro, o las cuerdas que se rompieron con Dios, o las cuerdas que se rompieron con el submundo. Entonces Rulfo es un técnico de cuerdas, por toda su obra hay cuerdas. Incluso él habla de cuerdas. Esa palabra, ese concepto está en toda su narrativa y en toda su teoría.
La pregunta es ¿qué significa? Y esas cuerdas significan también el enlace con el lector. Él escribe de cierta manera para que tú te acuerdes de él, para que tú y él tengan una cuerda.
Entonces el lector cuando tiene una cuerda con el mundo rulfiano, el lector entra al inconsciente que es finalmente lo que la técnica rulfiana busca, la técnica rulfiana te seduce para que entres al inconsciente, porque ahí él quiere hacer un operativo. Él lo dice muchas veces. Lo que quiere es meter a esta tropa, a esta serie de seres descontentos con el amo, para destruirlo.
Por eso Pedro Páramo termina con el desmoronamiento del cacique. Porque los murmullos, estos seres que lograron infiltrarse al inconsciente social, quieren destronar ese poder que el cacique tiene en nuestro inconsciente social todavía.
Entonces yo veo a la obra de Rulfo en un sentido psicopolítico, no solamente estético, lo estético es solamente un instrumento para una renovación de la psique.
–¿Crees que Juan Rulfo tenía una intención política en su obra?
-Eso es lo que Rulfo mismo plantea, pero no hemos sabido escuchar a Rulfo. Estamos muy cerca de él y esa cercanía nos impide notar elementos en su obra, se creó un tipo de consenso de quién es Rulfo y no hemos podido romperlo para ver otros aspectos de la obra.
-Lo has llamado Caosmógrafo.
-Caosmógragro. Sí, en él hay un deseo de caos, pero ese deseo de caos reconoce que hay un cosmos operando. Rulfo sabe que hay una ley, la del gobierno, la de Dios, la de los caciques, etcétera, que está operando. Entonces él desea provocar un desastre de esa ley. Y al producirse el desastre, su técnica enlaza a los seres que parten del desastre. Crear alianzas entre los seres del desastre para hacer algo con esa alianza. Eso es muy importante en términos psicopolíticos para este momento mexicano, releer a Rulfo en este momento es reencontrarnos con esa posibilidad de renovación, de subversión, de otra política, de múltiples mundos.
–¿A través de la literatura, provocar una intervención en el subconsciente?
-Soy psicoterapeuta y psicoanalista, esto es conocidísimo en la profesión que con las palabras se produce un estado de consciencia, abren comunicación con el inconsciente, pueden derribar la racionalización. Entonces lo que hace la literatura y la poesía es soltar palabras en un uso no convencional que hacen que la consciencia abra una puerta de comunicación, se comunique una parte del inconsciente y al mantener una comunicación con el lector por esta parte existe una posibilidad de que lo influya. Por eso es importante la poesía y Rulfo es consciente de eso.
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