Una entrega diferentes desde la Cineteca Nacional polarizada por temas como la migración, el derecho a la cultura y un estruendoso #YaEsHora; gana como mejor película Roma
Ciudad de México (N22/Redacción).- Una tarde lluviosa y gris fue el escenario que enmarcó el inicio de la entrega de los Premios Ariel en su edición 61. Con una nueva sede, la logística cambió luego de que por mucho tiempo su casa fuera el Palacio de Bellas Artes.
La entrega de los premios inició con la entrega del Ariel a Revelación actoral a Benny Emmanuel, por De la infancia. A la que le siguió la entrega a mejor Coactuación masculina que fue otorgada a Leonardo Ortizgris, por Museo.
El nombre de Marina de Tavira se escuchó en la sala de la Cineteca al ser la ganadora de la categoría a Mejor coactuación femenina, por Roma. Sinfonía de un mar triste, de Carlos Morales, se llevó el premio a Mejor cortometraje documental y Viva el rey a Mejor cortometraje de animación, éste de Luis Téllez. El trabajo de Ángeles Cruz, Arcángel, fue galardonado con el premio a Mejor cortometraje de ficción.
El Ariel a Mejores efectos especiales se los llevó Alejandro Vázquez por Roma. Seguido del premio a Mejor maquillaje que fue dado a Pedro Guijarro Hidalgo por Las niñas bien.
Luego vinieron las palabras del presidente de la AMACC, Ernesto Contreras, quien resaltó que la entrega se realiza en su casa más noble, la Cineteca Nacional. Que la cultura es un derecho humano, que no debe despreciarse una expresión cultural en función de otra. «La cultura no es un gasto, no es un bien prescindible. Los creadores no son el enemigo. […] Vamos por reformas justas a la ley, en favor de la cinematografía. […] Queremos seguir haciendo películas que impacten nuestro presente.»
El mejor vestuario fue entregado a la cinta Las niñas bien y a su creadora María Annai Ramos Maza.
El Mejor diseño de arte fue dado a Roma y a las mentes detrás de ellos: Eugenio Caballero, Bárbara Enríquez, Óscar Tello y Gabriel Cortez. Mientras que la Mejor música original fue, también para Las niñas bien y a su creador Tomás Barreiro.
José Antonio García, Skip Lievsay, Craig Henigham y Sergio Díaz, ganan el Ariel a Mejor sonido, por Roma.
Dentro de los premios especiales, un reconocimiento al argentino y especialista en diseño sonoro, Nerio Barberis. Que en diez ocasiones ha sido nominado al Ariel y que ha ganado tres de ellos, además de participar en cien filmes. En su discurso agradeció a sus maestros, a los que fueron maestros directos, indirectos y a los que «robó», una parte de su conocimiento. En una «consideración», al discurso de Ernesto Contreras que reconoció por su justeza, agregó: «la cultura y el cine como parte de ella es quien cimenta la memoria. Cimentar la memoria es una necesidad imperiosa de cualquier pueblo. Pueblo que pierde la memoria, pierde el rumbo.»
Vino entonces el premio a Mejor edición, que fue otorgado a Alfonso Cuarón y Adam Gough por Roma. Cuarón envió un video en el que explicó que las razones de su ausencia se debieron a motivos familiares. En el cierre del «círculo de Roma», como llamó a esta entrega, agradeció el pertenecer a una comunidad generosa y reconocida en todo el mundo. En seguida, el Ariel a la Mejor fotografía también fue dado a Alfonso Cuarón, por Roma.
Luego de un homenaje a todos los que partieron, se entregó el premio a Mejor guion original que se lo llevó también Cuarón, por Roma y que fue recibido por Carlos Cuarón, su hermano, que señaló que el premio le pertenecía a Libo.
El Ariel a Mejor guion adaptado fue para Silvia Pasternac, Carlos Carrera y Fernando Javier León Rodríguez por De la infancia, que fue recibido por Pasternac con un pañuelo rojo anudado a la muñeca en consonancia con el discurso del #YaEsHora: un grito de las mujeres en la industria cinematográfica para romper el silencio, para liberarse de la violencia, el acoso y el hostigamiento; para caminar juntas; y que pide por protocolos que atiendan a víctimas de violencia de género.
Vinieron las palabras de Paz Alicia Garciadiego, reconocida con el Ariel de Oro, guionista mexicana que ha trabajado codo a codo con Ripstein y para quien el guion es la oportunidad de «vengarse del mundo como el mundo se merece». En su discurso dedicó el premio a su gremio, los guionistas. «Los guionistas somos la mano de obra prescindible y reemplazable a pesar de que, cual demiurgos juguetones, sacamos la historia de la nada […] El guion ha muerto. Viva la película […] Vivir en papel para morir en la pantalla. Yo asumo ese dolor. Soy guionista y asumo ese reto. […] Y va para ese gremio, tan injustamente relegado y tan enormemente importante…»
Luego de unas palabras al talento que llegó a México hace ocho décadas como parte del exilio republicano, se dio el Ariel a Mejor Película Iberoamericana que recayó en Pájaros de verano, de Cristina Gallego y Ciro Guerra, una coproducción Colombia-México.
El premio a Mejor Ópera Prima fue para Lila Avilés por La camarista. Y el de Mejor Largometraje Animado fue para Ana y Bruno, de Carlos Carrera; seguido del premio al Mejor Largometraje Documental que fue para Hasta los dientes, de Alberto Arnaut.
La mejor actuación maculina fue para Noé Hernández, por Ocho de cada diez. Y el galardón a mejor actriz fue para Ilse Salas, por Las niñas bien.
El actor mexicano, Héctor Bonilla, fue reconocido con el Ariel de Oro, luego de un caluroso discurso de María Rojo.
Seguido de este homenaje y de un discurso de Ripstein, siguió el Ariel a Mejor dirección que fue para Alfonso Cuarón, por Roma, quien desde los quince años empezó a pensar en hacer una película basada en sus memorias de la infancia.
El Ariel a Mejor película fue para Roma.
(Actualización 23:03)