Por Marcos Daniel Aguilar
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SOCHI, Rusia, (N22).-
La ideología política en muchas ocasiones ha determinado las tramas de las obras literarias. Tras la caída del régimen soviético surgieron en ese país que es un continente, manifestaciones poéticas y narrativas que desearon poner barrera con el pasado:
Hay algunos escritores que vienen desde esas escuelas de Tolstoi y Dostoievsky, pero creo que eso está mal, uno no debe orientar hacia el pasado. A Tolstoi y Dostoievsky los respetamos, los leemos, pero ya murieron, ya pasaron y ahora no respeto a la gente que se orienta en los escritores del pasado, es como si un escritor griego se orientara en la Iliada, yo como escritor no deseo orientarme en el pasado para hacer refrito, abundó Dimitri Danílov.
A pesar de las fronteras y sistemas políticos, los lectores de esta nación conocieron autores de América que fueron influyentes durante el siglo XX. Tal vez las actuales letras rusas tienen su toque latinoamericano.
Estos autores que han sido mencionados son influyentes, el más influyente en la literatura rusa es Kafka, pero hay otros como Borges, influye también Gabriel García Márquez, y lo leen mucho, pero yo no lo comparto, a Cortázar también lo leen mucho aquí, es una literatura que llega, también William Faulkner, y nos estamos acercando a ellos, explicó.
De Pushkin nacido en el siglo XVIII a Sorokin, quien vivió la transformación mundial tras la caída del muro de Berlín, sus letras refieren no sólo está condición social, sino su relación con el ambiente que a veces se torna gris.
“Para mí, ha sido importante la influencia de un escritor ruso del siglo pasado, de los años 20, 30, se llama Lionel Davichen, él se caracteriza por tener cuentos cortos, fríos y tristes, él vivía en una ciudad muy pequeña y vivía solo, escribía sobre esta depresión interna, él ha sido muy importante. En mis textos se puede encontrar la influencia de este escritor”.
Dimitri tiene otras influencias, poco conocidas por el mundo occidental, como el escritor Harar, quien estuvo prohibido en tiempos de la Perestroika. “Yo acabé el colegio en 1986, y cuando todo se empezó a abrir me di cuenta que se podía escribir de otra manera, y Harar escribía de otra manera, por ello estaba prohibido, y por ello me impactó y es uno de los referentes más importantes”.
Los jóvenes escritores han descubierto en las últimas tres décadas nuevas formas de expresión sin olvidar su tradición, aunque no muy extensa, sí muy intensa.
“Hasta este momento, hasta que los estoy viendo a ustedes no me había puesto a pensar en eso, pues el frío es algo a lo que estamos acostumbrados”.