Cristina Gallego y Ciro Guerra buscaron hablar del fenómeno del narcotráfico desde el lugar que en donde se genera la violencia, las muertes y la sangre, no así el mayor consumo; además, así como abordar el papel de la mujer en la sociedad wayuú
Ciudad de México (N22/Julio López).- El abrazo de la serpiente (2015) fue la primera cinta colombiana nominada al Óscar como mejor película de habla no inglesa. No ganó. El trabajo de sus directores, Cristina Gallego y Ciro Guerra, es seleccionado una vez más para representar al país en estos premios en la categoría de cinta de habla no inglesa.
Pájaros de verano narra el ascenso y la decadencia de una familia wayuú en la Península de la Guajira, en Colombia. Sobre esta cinta que tiene nueve nominaciones en los Premios Fénix que se entregan esta noche, charlamos con Gallego.
El color se ha vuelto parte fundamental de sus películas. En El abrazo de la serpiente el blanco y negro se convirtió en un elemento narrativo; ahora lo vuelven a hacer en Pájaros de verano, pero ahora con el color.
Cada película tiene una forma de hacerse. En la medida que uno se va aproximando a las películas ellas te van diciendo cual es la forma que debe tener. La Guajira es una región en la que abunda el color, en la que el color está en el espacio, en las locaciones, en el ambiente, en los textiles, en el vestuario en todos sus tejidos y formas. Es una cultura muy colorida, pero también una cultura que tiene una representación muy fuerte por el color.
Prácticamente todo el mundo tendrá que leer subtítulos por la lengua en la que se desarrolla esta historia. ¿Qué tan complicado fue para ustedes hacer una película en un idioma que no dominan?
Sí, ninguno de nosotros habla wayuunaiki. La película se habla en wayuunaiki. Cuando hicimos El abrazo de la serpiente a mi me preocupaba más tener actores hablando en un idioma que no conocían, en esa película eran extranjeros hablando en un idioma indígena y acá realmente no fue tan complejo porque el guión, la historia, todo se escribe en español y hacer la traducción es un proceso final.
Vivimos en una época en la que la narcocultura vive su mejor momento. En un par de semanas se va a estrenar la cuarta temporada de Narcos, con Diego Luna, y ya pasó por Colombia evidentemente. ¿Qué tan complejo fue, con un tema tan visto, tan escuchado, tan hablado, no caer en clichés?
Sentimos que había un tabú sobre el tema. Nosotros como colombianos y seguramente a ustedes como mexicanos, se nos ha dicho que el tema ya esta saturado, que se ha hablado demasiado del narcotráfico. Nosotros lo que encontramos dentro de nuestra cinematografía es que no había más de cinco películas que hablaran del narcotráfico, pero sobre todo que estas historias siempre han sido contadas desde Norteamérica que también es el caso de Narcos, es una serie realizada por Netflix. Y la idea de que estas historias se hayan contado desde allá nos estigmatiza. Lo más complejo es que nuestras realizaciones nacionales también las han contado desde ese lugar, entonces se ha hecho casi apología del crimen, apología de este mundo del narcotráfico, son casi antihéroes de la sociedad y seres rebeldes que han manifestado contra el establecimiento, que tienen una gran cantidad de mujeres y de armas y de poder, y un mundo muy seductor.
Nosotros queríamos hablar de este fenómeno como lo sentimos, lo que representa para nuestra sociedad: una tragedia, y es una tragedia personal y es una tragedia familiar y en la medida en la que pudiéramos conectarnos con estos personajes íbamos a poder conectarnos con este fenómeno y lo que ha implicado para nuestras familias y para nuestros países. Son los pases que han puesto la sangre y el dolor que significa el narcotráfico para el mundo. El consumo se da principalmente es Estados Unidos y Europa, pero la sangre, los muertos y la violencia lo está poniendo Latinoamérica.
Mencionaste dos cosas que me parecen muy interesantes. Una es la figura del narcotraficante y la otra, la visión que se tiene de la mujer dentro de estas historias. Aquí se rompe con estos estereotipos que nos han vendido. Dentro de la historia que nos presentas, la mujer tiene un lugar preponderante en esta sociedad.
Justamente eso es lo que sentimos que podía ser diferente de la historia, este es un mundo gángster, profundamente masculino, un mundo en el que las mujeres son accesorios, las mujeres son casi el bolso que llevas en la mano para mostrar, la más bella, la que tenga las mejores joyas, la que las tenga mejor puestas, las mujeres siempre son vistas como un elemento, un accesorio. Sentimos que al adentrarnos en el mundo wayuú y al saber que allá las mujeres eran tan fuertes en lo económico, en lo político, en lo espiritual, quisimos contar la historia desde ese mundo. A pesar de que la realidad es profundamente machista, queríamos hablar de esta especie de matriarcado y estas cosas que pasan al interior de las familias, no solamente las familias wayuú sino de cuando uno piensa en su propia familia y sabe de la fuerza de la madre y de la fuerza de la abuela, que todo lo saben y todo lo intuyen. Queríamos hablar de esa fuerza femenina que está tan presente en el interior de la familia y tan ausente en lo público.