El escritor, crítico y músico escocés David Keenan, materializa, en una novela, su fantasía sobre este movimiento que trascendió lo musical para convertirse en uno cultural
David Keenan /© Perla Velázquez
Ciudad de México, (N22/Perla Velázquez).- Dice David Keenan que el post punk es más interesante que el punk. ¿Por qué? Porque el primero se gestó en pequeños pueblos y ciudades y no sólo en el Reino Unido, también alrededor del mundo. “Creo que casi todos los pueblos tenían un Lou Reed o un Iggy Pop, pero no era fácil ser esos personajes en zonas como Airdrie (Escocia).”
Keenan está de visita en México por una razón: el Hay Festival Querétaro, en donde tendrá una conversación con Rulo y Amandititita, pero previo a ella, conversamos con el escritor sobre su primera novela Memorial Device (Sexto Piso, 2018), en la cual ha confesado que quiso crear su “fantasía” de cómo era el post punk. “Quería vivir con esos personajes que estaban en las calles, quería llevarme con ellos, quería ver esos grupos, es por eso que escribí este libro, quería recrearlo.”
Memorial Device es una serie de entrevistas y relatos que tratan de descubrir qué pasó con la banda que da nombre al libro. En ella, Keenan no sólo registra el mundo del post punk y las grandes bandas que se originaron, sino también muestra cómo este movimiento cultural permeó a pueblos como Airdrie, de donde es originario el autor.
Sobre el punk, post punk, el arte, la música e Irvine Welsh platicamos con el también crítico de música.
Memorial Device es una banda imaginaria, ¿qué te llevó a escoger una banda imaginaria y no una de las que se formaron en Airdrie en aquella época?
Pensé que la mejor forma de estar cerca de esa historia era inventando una banda que no existió. Estar dentro de un grupo que no existe, de una escena musical que tampoco existió, esto porque la gente podría decir y pensar que es imposible, pero en esa época el post punk abrió muchas posibilidades que quise reflejar.
La verdadera historia de post punk no está en las grandes bandas, no es Gang of four, no es Siouxsie and the Banshees. La verdadera historia del post punk y la manera en que a mucha gente le inspiró fue a través de las bandas que nunca grabaron un disco, la gente que se inspiró en crear un grupo y sólo se presentó tres veces, gente que sacó un fanzine o publicó un corto una vez. Ellos son los que están más cerca de la verdadera historia del post punk.
El punk, que se había gestado tiempo atrás, y el post punk tienen a la rebeldía como bandera, ¿qué encontraste en el post punk que te llevó a retratarlo y no al punk?
Para mí el post punk es más interesante porque cuando la gente habla de los Sex Pistols, por ejemplo, se refieren a ellos como una banda que no sabía tocar los instrumentos, pero cuando los escuchas te dan a pensar que sí lo sabían hacer; no podrías tocar una canción de ellos si no sabes tocar una guitarra. Y creo que el post punk es retomar la idea que el artista quería y en ese caso decir: “puedo tocar un instrumento, voy a formar una banda”. Así que lo hacían. Eso es lo que hace al post punk más interesante que al punk. Así se fue haciendo desde Londres hasta Nueva York, pero también en pequeños pueblos.
Musicalmente el post punk empezó mezclando influencias como el free jazz, música africana, reggae, dub, todos estos diferentes géneros, bandas de garage, todas éstas iban juntas. Para mí, el post punk es por mucho un movimiento más emocionante, porque creo que se sintieron liberados del punk. En el punk decían: “hacemos música para músicos”, pero creo que nunca lo hicieron realmente. Sin embargo, el post punk sí lo logro.
Throbbling Gristle es una de las bandas que podemos poner como ejemplo de lo que mencionas, porque además fusionaron las expresiones artísticas junto con su música, esta es otra de las características del post punk y así también lo mencionas con Memorial Device.
Throbbling Gristle es una de mis bandas favoritas, porque también atrajeron e inspiraron a muchos. El post punk inspiró a la gente, no solo para formar bandas, sino para inmiscuirse en una práctica artística, les dio permiso de ser artistas incluso en los pequeños pueblos o a gente que no tenía acceso a algún entrenamiento, es decir, mucha gente fue inspirada por el movimiento para hacer diferentes cosas, no necesariamente música.
Eso está en el libro, en Memorial Device la gente hizo proyectos artísticos, hay pintores, gente que hizo instalaciones artísticas. Eso fue creado por el post punk, un movimiento cultural, no sólo musical. Por eso quise reflexionar sobre ello: cómo inspiró a la gente y cómo crearon un universo.
Memorial Device también registra cómo era ser joven en ese momento. En una parte del libro cuentas cómo la banda ensayaba debajo de un puente y cómo el sonido del tren era parte de la música, ¿esta atmósfera era la que se percibía en aquellos años?
Totalmente. Una de las cosas que no quería era hacer un libro muy correcto y social, prefería hacer algo más irreal, un libro en donde las cosas fantásticas pasaran, cosas extrañas pasaran, cosas imposibles pasaran. Como tener de personaje a un maniquí, que es posiblemente una asesina.
Creo que lo más verdadero es fantástico. Pensé que debería de ser una especie de verdades de cómo se sentía la gente, de que todo era posible desde el punto en que nosotros hacemos trascendentes las cosas. Lo imposible se puede hacer posible, esa era la manera en que quería que se sintiera esa atmósfera.
La historia se sitúa en 1978, tú eras muy joven cuando se estaba gestando el movimiento, ¿cómo esos recuerdos te ayudaron a crear a los personajes, los escenarios, etcétera?
Estaba en la primaria cuando el movimiento comenzó. Yo era una especie de nerd que le gustaba leer fanzines de ciencia, escuchar heavy metal, me gustaban los cómics, pero luego supe que también había fanzines musicales y veía a todos estos jóvenes que lucían fantásticos.
Además, Airdrie es un pueblo pequeño en donde es difícil vestirse extravagante o ser original, porque era peligroso. Así que yo admiraba a esta gente, los veía reunirse en el centro y recuerdo a un chavo que tenía la playera rasgada, justo para mostrar sus pezones, fumando un porro. Eso era como una visión del futuro para mí. Tenía ganas de hablar con ellos sobre libros, discos, escucharlos y observarlos, porque parecían tan valientes. Fantaseaba con esta gente constantemente.
El libro es una especie de realización, mi fantasía sobre la vida que estos jóvenes estaban disfrutando. Quizás la atmósfera –de la que hablábamos– es porque realmente estaba obsesionado con cómo era esta gente. Por eso, una de mis fantasías fue imaginar cómo esta gente estaba viviendo.
Al leer Memorial Device se distingue un poco la literatura de Irvine Welsh, ¿cómo te influenciaron las novelas del escritor?
Irvine Welsh es el maestro del dialecto escocés. Cuando Irvine escribió ese dialecto fue prácticamente avant gard para mí, es decir muy adelantado, él era un campo fértil y ahora es el maestro. Pero yo no quería parecerme a su literatura, no quería llegar a ese lugar, más bien quería escribir un libro que no fuera tan fuerte con ese dialecto.
Yo quería mostrar un lado distinto de la cultura escocesa, deliberadamente no use esa dialéctica porque quería escribir más poéticamente sobre las experiencias de los pueblos sin usar esa manera de escribir. La idea de la gente sobre estos pueblos usualmente es errónea, la gente puede imaginar Airdrie como un pueblo atrasado, y por supuesto Irvine tiene razón en lo que escribe, pero yo quería mostrar otro lado de estos pueblos, uno poético; porque mientras crecía en Airdrie, éste lucía como un lugar mágico para mí. Claro, que también había un lado rudimentario, pero también uno poético.
¿Crees que actualmente los grupos musicales ya no se esfuerzan en ir más allá que tocar música, es decir, adentrarse en las artes para complementarse?
Es chistoso porque por un lado tienes a las redes sociales y podemos interactuar con bandas y músicos, se puede pensar que somos “más participativos”, pero creo que en realidad es menos. Somos más una audiencia que es parte de una transmisión diferente de lo que era el post punk en donde era: “Hazlo”, “Hazlo, tú mismo”, “Tú haz la música”, no sólo seas un consumidor pasivo.
Siento que en cierto modo las redes sociales te alientan a ser más participativo y son definitivamente alentadoras. Al final del día, lo que me gusta es el impulso de tú lo puedes hacer: “tú puedes hacer arte”, “tú puedes hacer la cultura”. No estés esperando el permiso, sólo hazlo. Eso es lo que es Memorial Device, la parte central de la novela.