Por Olivia Teroba
Distrito Federal, 12/05/15, (N22).- Al final ella muere y él se queda solo. ¿Por qué leeríamos una historia de la que ya conocemos el desenlace?
Por el estilo: las palabras elegidas y los juegos retóricos que revelan la
intencionalidad poética del autor.
Por el estilo: las palabras elegidas y los juegos retóricos que revelan la
intencionalidad poética del autor.
En Bonsái (Anagrama,2006) el lenguaje,
aunque lacónico y casi neutro, guarda en su selección y en su orden, un juego
que va de la literatura a la oralidad, que nos permite sentirnos más cerca del
narrador:
aunque lacónico y casi neutro, guarda en su selección y en su orden, un juego
que va de la literatura a la oralidad, que nos permite sentirnos más cerca del
narrador:
Emilia y Julio –que no son
exactamente personajes, aunque tal vez conviene pensarlos como personajes –
llevan meses leyendo antes de follar (….) un verso caprichosamente estirado o
pervertido les funciona, los calienta (Les gustaba esa expresión, calentarse,
por eso la consigno).
exactamente personajes, aunque tal vez conviene pensarlos como personajes –
llevan meses leyendo antes de follar (….) un verso caprichosamente estirado o
pervertido les funciona, los calienta (Les gustaba esa expresión, calentarse,
por eso la consigno).
Zambra suelta a
momentos frases que nos despojan de la comodidad de la narrativa convencional,
la que da por sentado que el que cuenta en tercera persona es un ser
omnisciente, lejano, un dios que ve todo desde la distancia.
momentos frases que nos despojan de la comodidad de la narrativa convencional,
la que da por sentado que el que cuenta en tercera persona es un ser
omnisciente, lejano, un dios que ve todo desde la distancia.
Nuestro narrador, en
cambio, a cada momento nos hace confesiones respecto a los personajes, e
incluso maneja la temporalidad a su gusto: extiende la narración en los
momentos que le parecen cruciales, y salta todo lo que, a su parecer, no viene
a cuento.
cambio, a cada momento nos hace confesiones respecto a los personajes, e
incluso maneja la temporalidad a su gusto: extiende la narración en los
momentos que le parecen cruciales, y salta todo lo que, a su parecer, no viene
a cuento.
Así, lo escrito parece
más bien una charla muy amena con el demiurgo, como si el escritor quisiera
develar en lo que cuenta su humanidad, sus dudas y afirmaciones respecto a la
historia que creó. “Quiero terminar la historia de Julio, pero la historia de
Julio no termina, ése es el problema (…) o bien termina así:”.
más bien una charla muy amena con el demiurgo, como si el escritor quisiera
develar en lo que cuenta su humanidad, sus dudas y afirmaciones respecto a la
historia que creó. “Quiero terminar la historia de Julio, pero la historia de
Julio no termina, ése es el problema (…) o bien termina así:”.
Tal vez la novela se
llama Bonsái por la obsesión del personaje principal con su
novela homónima y su pequeña planta, o tal vez porque esta novela es también como
“una réplica artística de un árbol en miniatura”.
llama Bonsái por la obsesión del personaje principal con su
novela homónima y su pequeña planta, o tal vez porque esta novela es también como
“una réplica artística de un árbol en miniatura”.
Parece que Zambra está
consciente de que la escritura es siempre un artificio, un afán creativo que intenta
–aunque sabe imposible- encerrar la vida entera en una pequeña maceta, o en un
pequeño libro, en unas cuantas palabras.
consciente de que la escritura es siempre un artificio, un afán creativo que intenta
–aunque sabe imposible- encerrar la vida entera en una pequeña maceta, o en un
pequeño libro, en unas cuantas palabras.
Imagen:http://bit.ly/1KGO77r