«Yo nunca he tratado de formular soluciones, de proponer una mecánica política de redención social, siempre estuvo muy claro para mí, incluso cuando yo vivía la ilusión socialista, que la literatura no debía ser un vínculo de propaganda política», Mario Vargas Llosa.
Por Perla Velázquez
Ciudad de México, 28/03/16, (N22).- Mario Vargas Llosa (Perú, 1936) ha dicho que su vocación fue precoz. Comenzó como lector voraz a los cinco años, en sus palabras “es lo mejor que me ha pasado en la vida”. Su mundo cambió y se enriqueció por las historias que podía leer, “supongo que de ahí nació mi vocación literaria”, ha expresado.
Hoy el autor de Conversación en la catedral es un referente de la literatura y también es el único integrante del boom latinoamericano que sigue abasteciéndonos de textos.
El escritor nació un día como hoy pero de 1936. Peruano de nacimiento y español por decisión, Vargas Llosa es el más joven, en términos de edad, del “boom latinoamericano”, generación que llevó a la lengua española a un nivel universal. En entrevista, el escritor Álvaro Uribe afirmó que casi desde Cervantes no existía una influencia de los narradores de este idioma hacia otras lenguas y culturas.
Por su parte, el crítico literario Héctor Iván González explicó que Vargas Llosa forma parte de una generación identitaria, porque los autores latinoamericanos comenzaron a leer a los autores de su propio continente:
“El mismo Cortázar lo decía, antes leían a Hemingway, y de pronto un argentino empieza a leer a un colombiano; un peruano empieza a leer a un venezolano. O sea, todo este conjunto de relación entre escritores se difunde en todo el continente Latinoamericano y nos ayuda a ubicar muchas de las realidades y situaciones en común”.
Fue durante la década de 1950 que Vargas Llosa sentó las bases de su escritura. Mientras estudiaba en la Universidad de San Marcos también trabajaba como periodista en Radio Panamericana. En aquellos años, ganó un concurso de cuentos que organizó la revista francesa, La Reveu Francaise y con ello obtuvo un viaje a París.
“En ese momento tenían que viajar a Europa, porque no había el contacto de Latinoamérica con España. Entonces para poder consagrarte de alguna manera te tenías que ir a Europa. Vargas Llosa se va muy jovencito debido a este premio que gana con el concurso que hacen en París. Él se queda impregnado de esta cultura francesa, parece que se obsesiona tanto que ahí es donde descubre a Flaubert. La cuestión es que fue de los primeros que comienza a viajar e incluso a ser publicado”, comentó Héctor Iván González.
El viaje a Francia: un impulso en su escritura
Durante su estancia en Francia, además de haberse acercado más a los autores de aquellos lares, le sirvió, según el escritor Álvaro Uribe, para tener una visión distinta de Perú, país que destaca en la mayoría de sus escritos. Aunado a esto, Héctor Iván González comentó que debido a las dictaduras que se vivían en América Latina la mayoría de los escritores no regresaban a su país de origen, porque sabían que era retroceder a la censura.
«Sus novelas no son novelas de tesis, que además yo también aplaudo que no lo sean, porque es dificilísimo hacer una buena novela de tesis, porque generalmente gana la parte de tesis sobre la parte literaria», Álvaro Uribe.
En la temprana escritura de Vargas Llosa se leen algunos de los episodios por los que ha atravesado el autor. Su vida está reflejada en sus novelas, ejemplo de ello es cuando entre los catorce y los dieciséis años estuvo interno en la Academia Militar Leoncio Prado, éste es el escenario de La ciudad y los perros.
“Vargas Llosa muestra una gran complejidad en sus novelas, una gran precocidad en su obra y al mismo tiempo una seriedad en la escritura que nos permite hablar de él como uno de los novelistas más importantes y al mismo tiempo más complejos de la literatura latinoamericana”, acentúa Héctor Iván González.
En 2010 Mario Vargas Llosa ganó el Premio Nobel de Literatura, galardón que hasta el momento no se ha repetido para la narrativa hecha en América Latina. En aquella ocasión el jurado resaltó de su obra «la cartografía de las estructuras de poder, así como las imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota».
Los críticos suelen dividir su obra en dos etapas, la primera está conformada por La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la catedral.
“En estas novelas hace una crítica muy seria de la vida social, de la vida en política en Perú y son novelas aunque, alguna tiene sentido del humor, son muy serias, muy ambiciosas. De pronto ya asentado como buen narrador pasa a lo que sería su segunda etapa que no ha terminado hasta la fecha. Es un personaje complejísimo y retrata muy bien la historia del continente. De joven era un tipo de hombre de izquierda, por supuesto, le importaba mucho la democracia, Conversación en la Catedral es ejemplo de eso”, afirma Álvaro Uribe.
«Yo nunca he tratado de formular soluciones, de proponer una mecánica política de redención social, siempre estuvo muy claro para mí, incluso cuando yo vivía la ilusión socialista, que la literatura no debía ser un vínculo de propaganda política», Mario Vargas Llosa
Vargas Llosa: un ensayista polémico
Mario Vargas Llosa ha explorado la mayoría de los campos de un escritor y pensador. Opiniones y actos del Premio Nobel han hecho que sus lectores se confundan. Apariciones en la revista ¡Hola!, una pelea física con Gabriel García Márquez, el apoyo abierto a la entonces candidatura de Mauricio Macri, de Argentina entre otras, lo sitúan como un personaje polémico.
“Por supuesto que es polémico. Incluso más polémico que muchos otros, porque nos mete a muchos en un berenjenal. Nos encantan muchas de sus novelas, nos parece un autor que podemos sentir mucha empatía, incluso con el personaje joven podemos sentir una atracción infinita por su pasión por la literatura, por la escritura bien hecha y al mismo tiempo nos da una última etapa de su vida, con un poco o demasiado legado de lo que realmente admirábamos de él”.Héctor Iván González Crítico literario
Desde su libro Sables y utopías hasta su criticada La civilización del espectáculo ha expresado sus ideas sobre la política y la cultura.
“Él es alguien que interviene en todas las polémicas internacionales, no solo del Perú, interviene desde un liberalismo extremo, tiene todo el derecho de hacerlo. Pero efectivamente es polémico, se estila poco, es políticamente incorrecto en América Latina ejercer el liberalismo, incluso la gente le llama de derecha recalcitrante, no eso es no entender de qué estamos hablando. El liberalismo no es la extrema derecha ni mucho menos, el liberalismo se acerca más al centro que a la extrema derecha y él lo ejerce con toda rectitud y con toda coherencia”, dice Álvaro Uribe.
«La literatura es más perfecta que la realidad, la realidad es imperfecta, en realidad nosotros tenemos siempre unas versiones muy limitadas, muy insuficientes, muy fragmentadas, nosotros conocemos los actos, pero no conocemos las motivaciones que están detrás de los actos».