- A unos 33 kilómetros del Puerto de Progreso se levanta la plataforma Myrtle, mediante una canastilla conocida como «La viuda» se puede llegar a este centro de investigación móvil
Por Alberto Aranda
Ciudad de México, México, 10/05/16, (N22).- Frente al Puerto de Progreso, Mérida se está realizando una de las investigaciones más importantes desde hace algunos años. Se trata del proyecto de Chicxulub.
El presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias, Jaime Urrutia, comentó en entrevista que el cráter que estudia el proyecto fue creado hace 66 millones de años tras el impacto de un meteorito con la Tierra, este suceso afectó los sistemas soportes de vida del planeta y ocasionaron una de las extinciones masivas.
«Este impacto es uno de los eventos que ha marcado la evolución de la historia geológica del planeta y también de la vida. Ahora nos encontramos haciendo una fase adicional de los programas de investigación que se han realizado en los últimos años y es el programa de perforación profunda en el sector marino del cráter.
Según el presidente de la Academia, el cráter es uno de los más grandes. Tiene un diámetro de 200 kilómetros y una parte está en tierra en la península de Yucatán y otra en el sector marino.
«Hemos distinguido varias estructuras circulares concéntricas que definen la parte central y la parte del anillo externo. En la parte externa del sector central, que está marcado en el fondo del cráter por una cadena de montañas con características muy peculiares, porque se ve una cadena de montañas en forma de un semi círculo y se conoce como el anillo de picos. Estas son comunes en los cráteres que podemos observar en la luna, pero aquí en la tierra es el único que lo preserva, entonces estamos muy interesados en entender cómo está formada esta cadena de picos y entender más los procesos o los mecanismos para formar cráteres de gran tamaño».
La expedición 364 Cráter Chicxulub en la península de Yucatán se realiza en altamar. A unos 33 kilómetros del Puerto de Progreso se levanta la plataforma Myrtle, mediante una canastilla conocida como «La viuda» se puede llegar a este centro de investigación móvil que se levanta a 40 metros de altura, 20 de los cuales están sumergidos.
En una cubierta de 2 mil metros cuadrados se han colocado laboratorios, centro de almacenamiento, dormitorios, cuarto de máquinas y sobre todo una torre de perforación para extraer los núcleos que contienen las muestras del fondo marino. Ahí trabajan 12 investigadores de diferentes partes del mundo.
«Por el costo que tiene estar aquí perforando y porque además requerimos ser muy eficientes, se trabajan lo que le llaman 7×24. Los 7 días de la semana 24 horas al día. Para lograr esto hay dos guardias de 12 horas cada una. Unos trabajamos de media noche a medio día, otros trabajan de medio día a media noche. Este es el ritmo de trabajo que probablemente pudiera ser muy rutinario y cansado, pero debido a los descubrimientos que cada vez se sacan nuevas rocas, nuevos registros son nuevos, son diferentes. Entonces nos mantiene con la adrenalina arriba y no sentimos el cansancio», explicó Ligia Pérez Cruz, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Se tiene planeado hacer una perforación de mil 500 metros, de los cuales 500 corresponden a rocas del suelo marino, el resto es el cráter que dejó el impacto del asteroide. La extracción de los núcleos se realiza mediante barrenas de tres metros de largo. Se espera que para el 6 de junio, fecha en que concluya la expedición, se hayan reunido ocho toneladas, que serán trasladadas a la Universidad de Bremen en Alemania para continuar siendo analizadas.
«Las muestras están siendo inicialmente estudiadas en un conjunto de laboratorios que instalamos dentro de la misma plataforma. Tenemos seis laboratorios haciendo análisis de geo-química, propiedades físicas, la parte de micro paleontología y esos datos nos permiten ir planeando las diferente etapas de perforación para saber en qué punto dentro del núcleo del cráter nos encontramos».
Será hasta el mes de septiembre de este año cuando los 30 científicos de los 11 países que participan en la investigación del Cráter de Chicxulub se reúna en Alemania para discutir los resultados, los cuales serán presentados hasta el 2017 en distintas publicaciones científicas. Sin embargo, ya se pueden dar algunos adelantos de los descubrimientos que se han obtenido. Por ejemplo, que el impacto está a 720 metros de profundidad, 30 metros antes de lo que tenían contemplado
«Ha habido una serie de sorpresas interesantes, por ejemplo, que habíamos estimado el espesor de las secciones de rocas fragmentadas con un valor relativamente pequeño y los núcleos han estado mostrando que el espesor es mucho mayor, lo cual hace interesante, porque eso estaría relacionado con la forma en que se construye el mecanismo que hacen estos anillos de picos», explicó el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
Esto permitirá conocer qué fuerza, cantidad de energía y resistencia soportó la corteza terrestre durante el impacto que ocasionó que se comprimiera de esta manera.
Según Jaime Urrutia, el impacto hace el agujero en tiempos muy cortos en escalas de segundos. «Ya tenemos perforada casi toda la corteza y las preguntas son de cómo reaccionan las rocas cuando se deforman a esta velocidad. Queremos entender cómo, qué propiedades de deformación presentan las rocas a escalas de fracturamiento y deformación tan rápidas».
Cuando el asteroide se estrelló con la tierra se elevó la temperatura y eso originó la extinción de más del 70% de la vida que existía. En particular los grandes mamíferos y reptiles como los dinosaurios, uno de los objetivos de la investigación es saber cuándo comenzó la vida tal como la conocemos.
«El impacto nos ofrece la posibilidad de estudiar los cambios en periodos largos y de repente afectados por una perturbación en una escala de unos minutos a unos años. Es algo en donde tenemos mucho interés porque las afectaciones es a escala global, en todo el planeta. Entonces: ¿cómo reaccionan los diferentes soportes de la atmósferas, los océanos, cuando viene una perturbación de gran escalan en tiempo corto?».
Otro de los objetivos era tratar de documentar un evento particular que marcara el límite entre Paleoceno y el Eoceno que se conoce como el máximo termal del Paleoceno, en donde hubo una gran emisión de gases de invernadero.
«Eso produjo en esa época la acidificación de los océanos, y esto obviamente, la mortandad de gran número de especies, de estas especies como los corales o los pequeños organismos como los foraminíferos porque se disolvieron sus conchas. Lo que estamos viendo ahora con lo que llaman el calentamiento global que está caracterizando los últimos 150 años aproximadamente, es previamente que por todas las emisiones de CO2, este CO2 está siendo capturado por el océano y entonces se está acidificando», mencionó Ligia Pérez Cruz.
Además en los laboratorios se buscan microorganismos para extraer su adn y microfósiles para determinar la edad de las rocas.
La investigadpra del Insituto de Geofísica de la UNAM explicó que una de las cosas interesantes es que precisamente participan microbiólogos y gente que se dedica al estudio del DNA, porque regularmente la mayoría de las evidencias de la recuperación de la vida es a través de los microfósiles.
«Pero qué pasa con las formas de vida que no tenían ese esqueleto, o esa capacidad, o esa probabilidad de quedarse en el registro fósil, si se pide analizar el DNA y en caso de que no se pueda analizar, se puede analizar otras moléculas o macromoléculas como los lípidos que podrían dar información del tipo de ambiente que era después del impacto».
Los estudios que se harán en tierra, en Bremen, Alemania, corroborarán los resultados que se han hecho en la plataforma, los cuales van desde color, textura, residuos químicos, físicos, de rayos gamma y susceptibilidad magnética y porosidad.
«La emoción es como ver un libro. El registro geológico es como un libro. Entonces cuando uno pasa de una capa, de un estrato a otro es como darle la vuelta a las páginas del libro y entonces nos sigue contando la historia. En este caso estas rocas nos están hablando de la evolución del planeta y de la evolución de la vida. Es impresionante de que pasemos de 53 millones a 55, vamos a 65 millones a 60 millones de años en 25 días», finalizó Ligia Pérez.
Imagen: http://bit.ly/1WmNF7Q
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