Supresión del miedo instintivo, podría ayudar a tratar la ansiedad

Redacción/CDMX

Un estudio realizado por científicos del Centro de Bienestar de Sainsbury (SWC) ha descubierto un mecanismo cerebral clave que podría tener un impacto significativo en el tratamiento de trastornos como la ansiedad y el estrés postraumático.

Mediante un experimento con ratones, los investigadores han desentrañado el proceso mediante el cual el cerebro suprime el miedo instintivo, un hallazgo que podría revolucionar las terapias para quienes sufren de fobias y ansiedad crónica.

Los miedos instintivos, aquellos que están profundamente arraigados en nuestra biología, son algunas de las respuestas emocionales más difíciles de manejar.

Estos miedos, como el temor a las alturas o a otros peligros, están diseñados para protegernos y asegurar nuestra supervivencia.

Este fenómeno de adaptación ante amenazas repetidas, en el que los animales aprenden a suprimir su miedo tras sobrevivir a un peligro repetido, ha sido un área de interés para los neurocientíficos.

El estudio de este proceso en ratones ha permitido a los científicos identificar una zona clave del cerebro, el núcleo geniculado ventrolateral (vGLN), que parece ser responsable de inhibir las respuestas de miedo cuando un estímulo inicialmente peligroso ya no representa un riesgo.

Lo fascinante, es que el vGLN recibe información de las áreas visuales del cerebro, lo que significa que el miedo puede ser suprimido no solo por una experiencia repetida, sino también por el aprendizaje visual.

Esta función permite que el cerebro «aprenda» que, aunque un estímulo pueda parecer peligroso, no lo es, y con el tiempo, la respuesta de miedo se reduce o incluso desaparece por completo.

Este descubrimiento tiene un potencial enorme para las terapias contra el estrés postraumático y las fobias, dos trastornos que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Al comprender cómo el cerebro puede aprender a inhibir el miedo, los tratamientos podrían enfocarse en estimular esta capacidad natural de supresión del miedo.

Este enfoque podría ofrecer una nueva vía para ayudar a las personas a superar experiencias traumáticas o fobias persistentes, al permitirles reestructurar las respuestas emocionales hacia ciertos estímulos.

Este avance abre la puerta a una comprensión más profunda de cómo el cerebro maneja las emociones más intensas y cómo las terapias pueden estar más enfocadas en la rehabilitación emocional, no solo en el manejo de los síntomas.

Si este estudio se traduce en tratamientos efectivos para los trastornos de ansiedad y el estrés postraumático, estaríamos dando un paso importante hacia la mejora de la calidad de vida de muchas personas que, por años, han luchado con el miedo como un obstáculo constante.

(Con información de Wired)