¿Se puede trabajar incluso hasta cuando se descansa?

Redacción/CDMX

¿Alguna vez has sentido que descansas mucho menos de lo que trabajas?, ¿Qué tus pensamientos en tus vacaciones son solo de trabajo y no consigues despejar tu mente?

Muchas veces podemos sentir eso al momento de querer descansar.

No es ninguna sorpresa que esto suceda, ya que nuestros pensamientos e ideas recorren muchos caminos a lo largo de un día laboral promedio. Pero ¿por qué sucede?

Erin Westgate, profesora asistente de psicología en la Universidad de Florida, se enteró de eso hace una década, cuando ayudó a diseñar un estudio para probar los efectos de dejar que las personas no hicieran nada más que sentarse con sus pensamientos durante unos minutos.

El resultado no fue el esperado, ya que la profesora quería analizar el bienestar que la gente tenía al no hacer nada y disfrutar de un descanso.

Sin embargo, los resultados arrojaron que la gente se sentía tan incómoda sin hacer nada que muchos optaron por darse pequeñas descargas eléctricas.

El estudio también concluyo 2 cosas: La primera es que el hecho que no hagamos nada durante el día, puede ser difícil porque la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a pensar sin convertir esos pensamientos en acciones y, por lo tanto es difícil conseguir que una persona realmente pueda quedarse quieta completamente.

La segunda es que, hasta las acciones pequeñas, como salir a caminar o incluso preparar un platillo sencillo, ayudan tanto a aclarar ideas como a meditarlas con más calma.

Existen varias recomendaciones al respecto sobre cómo sentirnos más tranquilos y descansar nuestra mente y nuestro cuerpo, sin llenarnos la cabeza de tantos pensamientos, la primera de ellas es a reevaluar lo que consideramos como un descanso.

Cualquier cosa, desde la jardinería hasta cocinar y leerles a sus hijos, podría cumplir con los requisitos, estas formas de relajación orientadas a la actividad pueden ser especialmente beneficiosas para las personas que no disfrutan de prácticas de atención plena, como la meditación, gocen de un reposo sin ninguna actividad física demandante.

La segunda es establecer límites. Si el momento lo amerita, el realizar diversas actividades requerirá de un descanso entre ellas, por ello, será necesario saber cuándo y en qué momento tomar un reposo.

El tiempo personal también es importante y por ello, la tercera es recordar relajar nuestro cuerpo, muchas personas caminan con una tensión muscular que las mantiene en un estado de estrés, sintiéndose agotadas incluso cuando intentan relajarse.

Una cuarta recomendación es considerar ver a un terapeuta, no todas las personas ocupadas tienen ansiedad o sensibilidad por la relajación.

Si es activo por naturaleza pero también disfruta de su tiempo de inactividad, aunque sea ocasional, probablemente no haya motivo de preocupación.

Pero si le resulta difícil o imposible relajarse, ya sea porque se siente culpable, ansioso o distraído, puede que sea el momento de recurrir a un profesional.

(Con información de Time)