Redacción/CDMX
La dinámica del planeta Tierra está marcada por constantes cambios, que inevitablemente afectan a las poblaciones de organismos que lo habitan.
A través de la historia, diversas especies han desaparecido debido a una variedad de factores, desde fenómenos naturales como cambios climáticos, inundaciones y vulcanismo, hasta la actividad humana.
En la actualidad, el tema de la extinción se ha vuelto aún más relevante, con estimaciones que sugieren la pérdida de entre 15,000 a 60,000 especies cada año, lo que indica una posible extinción masiva en curso.
Pero, ¿cómo determinan los científicos que una especie se ha extinguido?
La respuesta aparentemente simple es que una especie se considera extinta cuando el último miembro conocido muere sin dejar descendencia. Sin embargo, llegar a esta conclusión no es tan sencillo.
Existen diferentes tipos de extinción. Por ejemplo, una especie puede estar extinta localmente en una región específica, pero aún sobrevivir en otros lugares.
Además, hay casos en los que una especie se clasifica como “extinta” incluso si aún hay individuos vivos, pero estos están enfermos o sufren de una depresión endogámica que compromete su capacidad de adaptación, lo que se conoce como extinción funcional.
Determinar la extinción de una especie no es una ciencia exacta y puede dar lugar a errores. Hay casos documentados en los que se creía que una especie estaba extinta, solo para descubrir años después que aún sobrevivía en estado salvaje.
Por lo tanto, es importante reconocer la complejidad de este tema y la necesidad de una evaluación cuidadosa antes de declarar la extinción de una especie.
La extinción de especies es un fenómeno complejo que involucra una variedad de factores y desafíos. Si bien los avances en genética han mejorado nuestra comprensión de la diversidad biológica, determinar la extinción de una especie sigue siendo un proceso delicado y sujeto a posibles errores.
Es fundamental continuar investigando y monitoreando las poblaciones de especies en riesgo para conservar la biodiversidad de nuestro planeta.
(Con información de National Geographic)