Historias Palawa, podrían ser las crónicas más antiguas registradas

Redacción/CDMX

Hace alrededor de 12 mil años ocurriría una de las historias que los indígenas de Tasmania les contarían a sus conquistadores británicos en 1803, pero a pesar de que fueron ignorados, parecen ser los relatos más antiguos conocidos que describen eventos reales.

A George Augustus Robinson se le asignó la tarea de “mediar” entre los invasores y los Palawa (indígenas de Tasmania) y aunque no era antropólogo, sí registró parte de la cultura que estaba ayudando a destruir.

Mientras tanto el resto de los Palawa fueron exterminados o deportados a las islas Flinders.

Historias de las inundaciones que aislaron a Tasmania de Australia continental ocurridas hace 11.960 y 12.890 años se transmitieron de generación en generación aproximadamente de 400 a 600 pudiendo llegar así a oídos de los británicos.

Un equipo multidisciplinario dirigido por el Dr. Duane Hamacher de la Universidad de Melbourne han recolectado varias pruebas que respaldan las memorias colectivas del pueblo Palawa.

Robinson, no solo hizo referencia al aislamiento de Tasmania, sino que también anotó referencias de una estrella brillante en el sur que no se movía -parte de la narración- entre Moeherne y Droemerdeenne, estrellas hijas del Sol y la Luna.

La única estrella actual cercana al polo celeste es Polaris, pero se encuentra ubicada en el hemisferio norte.

Así que Hamacher y su equipo proporcionaron la información de Canopus la estrella que en ese momento de la historia se encontraba mucho más al sur del cielo.

Hace 12 mil años, Canopus se encontraba lo suficientemente cerca del polo sur celeste lo cual provocaba el efecto de “no moverse”.

Además, fue y es la segunda estrella más brillante en el cielo. Robinson al no conocer de los movimientos de Canopus no la pudo relacionar en ese momento con la estrella de la que hablaban los Palawa.

Los investigadores también analizaron notas tomadas por Francis y Anna Marie Cotton, cuáqueros que afirman haber apoyado a Palawa y registrado sus historias.

Estas son menos fiables debido a que fueron destruidas en un incendio doméstico en 1959, y reconstruidas por un descendiente, Jackson Cotton, quien afirma haberlas leído tantas veces que las recuerda de memoria.

Aun así, Cotton proporcionó un mapa estelar que detalla aún más lo descrito por Robinson. Para Hamacher es poco probable que los Cotton supieran la ubicación de las estrellas de ese entonces, por lo cual, ve muy factible que las historias ancestrales sean la fuente de la cual se creó ese mapa.

Esta catástrofe fue significativa para los Palawa ya que no solo los aisló, sino que seguramente también les provocó problemas en su cacería, por ello creen que la población se rompió con la separación y nunca se recuperó por completo.

Es por lo que la estrella fue importante para ellos, debido a que según Hamacher “Habría sido una estrella de navegación ideal (…) Habría sido una herramienta precisa para encontrar el camino hacia el sur”.

El investigador expresa que este fracaso de los antropólogos a la hora de registrar estos cuentos es indudable debido a que estos pudieron haber sobrevivido más tiempo y ayudado a guiar a pueblos del sur.

Por otro lado, expone lo poco verídicas que pueden ser las historias del pueblo Gunditjmara de Victoria Occidental, ya que su solidez se ve frenada debido a que estos acontecimientos como las inundaciones antiguas por erupciones volcánicas y el aumento del mar, se pudieron haber descubierto sin haberlos vivido.

Por ello, los registros que recolectaron los Cotton y Robinson son, según el estudio, los más antiguos con 12 mil años de antigüedad debido a sus fuertes argumentos como para solo ser considerados “cuentos”.

(Con información IFLSCIENCE)