Las pelucas de Ushuaia, empatía y solidaridad

Redacción/CDMX

Martina Rocca es una adolescente de Ushuaia, la ciudad de Tierra del Fuego. A los siete años perdió a su padre por esclerodermia.

Posteriormente quiso convertirse en donante de sangre, pero, pero a esa edad era imposible que lo hiciera.

Entonces buscó otra forma de contribuir, encontró que podía donar su cabello y sin pensarlo fue a una peluquería y salió con una cortina de pelo.

Posterior al corte del pelo se encontró con la complicación que en su ciudad no existía una fábrica de pelucas oncológicas, por lo que, su cabello viajó a Mar del Plata.

Sus acciones se volvieron virales y las personas comenzaron a replicarlas, posteriormente Martina y su mamá ayudaron a una señora que cortó su cabello, pero, no contaba con los recursos para enviarlo.

Estos gestos se volvieron el parteaguas para crear la agrupación Dar+ Pelucas Solidarias.

En 2017, el municipio de Ushuaia premió su esfuerzo y la eligió “Embajadora de la Ciudad”, le preguntaron cual era su sueño, y ella respondió “Quiero que las pelucas se hagan en Ushuaia”.

Tras esta petición y el apoyo de la ONG Doná Cabello Argentina quienes los capacitaron, se logró que Dar+ Pelucas Solidarias manufacturara y distribuyera pelucas en Tierra del Fuego y la Patagonia.

Martina explica que, “Al principio, instalamos una fábrica de pelucas en un club y en un centro de jubilados. Ahora está en casa de una de las peluqueras”.

La peluquera Elba Azucena Benavídez dueña de la casa donde se encuentra la fabrica de la organización, se unió al proyecto, porque, sabe de primera mano los estragos que ocasiona el cáncer, “ mi mamá falleció de cáncer, La vi pelada, con pelucas pero de esas que no son lindas”.

También explicó un poco del proceso de la elaboración de las pelucas, “Cualquiera puede venir y traer su colita de cabello, debe tener, al menos, 25 centímetros de largo, procesamos ese cabello y confeccionamos las cortinas de pelo y el gorro sobre el que se cose para hacer el armado de la peluca”.

Dar+ Pelucas Solidarias creó un banco de pelucas. Fabrican todos los meses para renovar el stock y restauran las que devuelven las usuarias, que en general las tienen entre seis meses y un año.

La organización subsiste de donativos, no solo reciben pelo de donantes y peluquerías sino también los insumos que necesitan para armar las pelucas, organizan eventos para recaudar dinero y recibieron algunas máquinas de coser del municipio.

En Argentina, se presentaron algunos proyectos de ley para que las pelucas oncológicas sean incorporadas a las prestaciones básicas del Programa Médico Obligatorio (PMO).

Las pelucas representan una oportunidad de sentirse bien emocionalmente y de no perder la identidad tras el tratamiento de enfermedades como el cáncer.

La salud física es igual de importante que la salud mental, por eso organizaciones como Dar+ Pelucas Solidarias apoyan al mejoramiento de la salud de los pacientes.

(Con información de El País)